[PAUSADO] Hetalia "Destino" (UsUk)

07:15 am

—Todos los días lo mismo... —murmuró un chico británico de cabello rubio y ojos verdes recién despierto. Dio un bostezo y trató de levantarse—

Nuestro joven se llama Arthur Kirkland y estudia en el instituto Gakuen Hetalia cursando el cuarto año, lo que nos dice que tiene 16 años. Tiene lo que podríamos llamar algunos "defectos", como que sus cejas son gruesas como los códigos de barra, se enfada fácilmente y que se dedica a molestar a sus tres hermanos, al igual que ellos a él.

Pero Scott, Liam y Dylan son otra historia, nosotros nos centraremos en Arthur.

El británico, cuando consiguió alejarse de su querida cama, se estiró y fue a la cocina a prepararse té con tostadas, todavía con su pijama con banderas del Reino Unido puesto. Encendió la televisión y se puso a tomar el té.

—El día de hoy será nublado, pero tal y como los últimos días, no acabará lloviendo —dijo el presentador del tiempo, haciendo que el rubio suspirara—.

—Si lloviera, sería mejor. Así se rompería esta maldita rutina —masculló cogiendo una tostada, la cual se le había quemado... como siempre, y se la comió con asco-.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó una voz infantil a su lado—

—No creo que tú puedas ayudarme... —dijo bajando el tono de su voz— " Pero qué? Si yo vivo solo..." —pensó y giró rápidamente la cabeza—

Un niño estaba de pie junto al oji verde. Tenía cabello rubio, ojos azules, cejas algo gruesas y vestía un traje de marinero, aparte de que por su espalda se asomaban un par de alas blancas. El niño no dejaba de sonreírle a Arthur, quien trataba de asimilar lo que veía.

—¡¿Pero quién demonios eres tú?! —exclamó algo enojado y sorprendido mientras se levantaba de la silla y lo señalaba con el dedo índice—

—Soy un ángel... y creo que deberías aprender a cocinar —dijo agarrando una de las tostadas quemadas y la observó—

—Espera, espera. Entonces ¿de verdad existís? —preguntó ignorando su último comentario—

—Por supuesto que sí. ¿Acaso crees que miento? —el niño arqueó una ceja dejando la tostada en la mesa—

—Bueno, eres un crío —dijo como respuesta y el oji azul suspiró—.

—Mira esto —comenzó a agitar las alas y se elevó para ponerse a volar por toda la habitación, ante la asombrada mirada del británico—. ¿Ya me crees? —dejó de flotar hasta tocar el suelo—

—¡Claro que sí! —exclamó emocionado y con los ojos brillando— ¡Siempre he querido ver un hada o un unicornio, pero nunca pensé que me toparía con un ángel! —observó las alas del niño—

—Espera, ¿tu nombre completo es Arthur Kirkland? —el joven de gruesas cejas asintió confuso— Hemos recibido quejas de las hadas porque invades su territorio en busca de ellas.

-Bueno... —se rascó la nuca y rió nervioso, sin saber qué decir—

—Da igual, no vine a reñirte —suspiró—.

—"Pero si soy mucho más mayor que tú..." —pensó algo molesto el oji verde—

—¡No me he presentado! ¡Me llamo Peter y voy a ayudarte a cambiar tu día! —exclamó con una amplia sonrisa—

—¿Eh? ¿Puedes cambiar la rutina de siempre? —sin creérselo del todo—

—No exactamente, pero lo que haré será mucho mejor. Haré que conozcas a alguien muy especial —le guiñó un ojo—.

—¿Ahora eres Cupido, o qué? —arqueó una ceja—

—No, y menos mal. Ese es el trabajo de Francis —se rió al ver cómo Arthur inclinaba la cabeza por no entender—. Bueno, te dejo con lo tuyo. Pero recuerda, no todo será como siempre —dijo y después de dar un salto, una humareda se hizo presente y cuando se dispersó, Peter ya había desaparecido—.

—Qué extraño es todo esto... —miró al reloj y se levantó como si se tratara de un muelle— ¡Voy a llegar tarde!