[PAUSADO] Hetalia "Destino" (UsUk)

09:50 am

—"¿Qué demonios me pasa? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?" —se quejó el oji verde en su mente, molesto por haber estado dos horas recordando la imagen de aquel chico americano con el que se chocó aquella mañana—

Recién había sonado el timbre y Arthur se encontraba en el baño de chicos para cambiarse a ropa deportiva pues ahora le tocaba Educación Física.

—Seguramente todo haya sido una coincidencia. Hay un 50% de probabilidades de que no vuelva a encontrármelo... Pero también un 50% de toparme con él... —comenzó a hablar solo mientras se ponía la camiseta—

—¿De qué hablas, Arthur? —preguntó una voz a su lado y enseguida se giró a mirarlo—

—No es nada, Matthew. Solo... tengo un pequeño problema —suspiró como últimamente se dedicaba a hacer—

—¿De qué se trata? Sabes que puedes contarme, si quieres —dijo su tímido compañero canadiense con una ligera sonrisa—.

—Es muy complicado... —cerró los ojos y se cruzó de brazos y en ese mismo instante, el profesor los llamó—

Todo fue como siempre. Primero dieron 3 vueltas a la cancha para calentar, estiraron los músculos y luego echaron una partida a Volleyball. Todo bien, como siempre. Pero...

—Mira, son los del equipo de Baloncesto —dijo una compañera que estaba en su equipo a una amiga, señalando a un grupo de gente. Enseguida atrajeron la atención de Arthur, quien seguía jugando—.

—¡Es cierto! —ambas chicas se pusieron en una esquina de la cancha de Volleyball para no tener que jugar y poder cotillear— ¿Por qué vendrán a esta hora? ¿No es que siempre entrenan al final de la clase?

—¡Tonta! ¿No sabes que tienen una competición en menos de una semana? ¡Tienen que entrenar duro!

—Bueno, así podremos ver a Alfred jugar —dijo dando un suspiro de enamorada. En cuanto dijo ese nombre, el oji verde se giró a ver al equipo de Baloncesto—

Consiguió identificar, entre un tumulto de gente, al rubio con el que no paraba de pensar. En ese entonces, el oji azul se giró y miró a Arthur con una sonrisa.

—¡Está mirando hacia acá! ¡¡Hola, Alfred~!! —dijeron las chicas al unísono, agitando eufóricamente la mano para saludarlo.

El americano hizo lo mismo, pero lo que las chicas no sabían era que él estaba saludando al rubio de cejas gruesas y no a ellas, pero siguieron tan felices como siempre. Cuando Alfred guiño un ojo, las chicas gritaron emocionadas y Arthur se ruborizó.

—¡¡¡Cuidado!!! —gritó alguien y cuando el oji verde se giró, un balón lo golpeó en la cara y en menos de lo que canta un gallo, cayó al suelo, desmayado—

Tercer cambio hecho, Arthur nunca se distraía.