El rugido de las ruedas sobre los rieles del tren era una melodía casi monótona que calmaba a los pasajeros, pero no a Jack. En el oscuro interior de su vagón, él analizaba las opciones mientras escuchaba los ruidos en el pasillo, donde Biscuit avanzaba con paso firme. Al parecer, el ataque era inevitable, y solo había una forma de evitar que el tren se descarrilara. Biscuit reconoció inmediatamente que el veneno de los hongos explosivos comenzaba a filtrarse, dejando a Jack y a Biscuit pocas opciones.
Jack evaluó la situación desde su ventana. Sabía que el techo del tren le daría la ventaja del sigilo, y, tras una señal a Byako, salió con agilidad al techo del tren. El viento se escuchaba fuertemente en sus oídos, también le dificultaba abrir los ojos. Afortunadamente aun tenia los lentes de buceo que habia comprado cuando Jack acompaño a los estudiantes de Laurence a una salida a la playa.
La velocidad del tren aumentaba a cada segundo y Jack se vio obligado a usar nen para no salir volando. Debia admitir que estaba un poco arto de encontrarse con este tipo de incidentes cada vez que sale.
Su cuerpo pequeño y ágil le permitió sortear cada unión entre los vagones, desplazándose con precisión mientras observaba los vagones traseros donde los terroristas guardaban la mayoría de los explosivos.
Mientras tanto, Biscuit caminaba por el pasillo, su apariencia infantil contrastaba con su mirada resuelta mientras iba en contra de la marea de personas que querían escapar de la explosión. Al acercarse al último vagón, vio a la mujer pelirroja esperándola. Su presencia imponía (en parte), una figura enigmática con ojos feroces y una sonrisa arrogante que desafiaba a cualquiera a acercarse.
Seria mucho mejor si ella no estuviera palideciendo por la nube de veneno que venia de los vagones detrás de ella. Biscuit supuso que la transacción había fallado y su compañero probablemente la habría abandonado.
Sin perder tiempo, Biscuit avanzó, sin ninguna intención de dar el primer golpe.
La mujer pelirroja se movió con rapidez, lanzando un golpe directo al rostro de Biscuit. Sin embargo, esta se mantuvo impasible, recibiendo el golpe sin inmutarse. La sorpresa en el rostro de su enemiga fue evidente.
"¿Eso es todo?" preguntó Biscuit con una sonrisa burlona.
En un parpadeo, se transformó en su forma musculosa, rompiendo su delicada apariencia para revelar su verdadera fuerza. La mujer pelirroja apenas pudo registrar el cambio antes de que Biscuit la agarrara del cabello con una velocidad y fuerza inesperadas. Un puño potente impactó en su abdomen, enviándola volando con tal fuerza que atravesó la pared del tren y salió disparada, chocando con el suelo y perdiéndose en el polvo y la velocidad del tren. Biscuit observó con frialdad el agujero en la pared y suspiró mientras recuperaba su forma juvenil
-Si iba a morir así de fácil. No debió tomarse la molestia de atacar este tren. ¿Eh? ¿Dónde está la maleta?
Mientras tanto, Jack encontró al otro cómplice en el techo del tren, el cual avanzaba en dirección a la cabina del conductor. El hombre, sin notar al pequeño que se acercaba, estaba concentrado en resistir el viento que producía la velocidad del tren. Con ayuda de los imanes especiales a pones podía abrir los ojos y concentrarse en no salir volando.
Justo antes de dar el último paso hacia el siguiente vagon, sintió un tirón en su brazo mientras un dolor atroz se extendió por la zona: Byako, cuyo cuerpo parecía haberse agrandado, había aparecido en un instante, mordiendo con fuerza la extremidad del hombre y arrancando tanto el brazo como la maleta con los hongos explosivos. Jack apenas reaccionó, observando con indiferencia cómo su compañero dejaba al hombre sin oportunidad de defenderse.
El hombre miró a Jack, con el horror y la incredulidad reflejados en sus ojos mientras Byako se convertía en su depredador. Parecía decir algo, pero Jack que sabia de las palabras sin valor que las personas usaban para ganar tiempo dio una orden silenciosa y Byako procedió a acabar con el terrorista.
La maleta llego a sus manos. Sin atreverse a abrirlo en el exterior.
Con el enemigo neutralizado, Jack y Byako regresaron a su camarote. Al ver su portátil aun echando humo se quedo mirando a la nada.
Biscuit llego poco despues sin rastro alguno de la tensión del combate. Ella sonrió con una mezcla de admiración y diversión, lanzándole una tarjeta de presentación a Jack.
"Buen trabajo, chico. No todos los días uno se encuentra con alguien como tú, ¿verdad?" dijo Biscuit.
"Págame la compensación" Jack la miro con ojos muertos que remarcaba sus ojeras. Era raro ver a un niño con cara de asalariado al que no le pagan las horas extras.
Considerando el tiempo que quedaba hasta Samora. Ella ya no tenia ganas de hacer una broma por miedo a que esta persona lo apuñalara.
"¿Efectivo o tarjeta?"
.......
Al llegar a Samora, Jack intentó mantener su rostro tranquilo mientras los policías empezaban a hacer registros y a entrevistar a los testigos. Los periodistas tomaban fotos y similares. Jack estaba demasiado cansado para tomarse la molestia de esquivar los flash de cámara. Pero al ser un niño no había mucho interés en el y pudo irse sin muchos problemas.
Biscuit estaba refunfuñando en otra esquina mirándolo con ojos llorosos y resentimiento. Jack no se sintió culpable en absoluto con esa abuela infantil que aparentaba tener su misma edad. Como ella no tenia efectivo solo pudo pagarle con joyas. Y Biscuit amaba las joyas y piedras preciosas especialmente si son brillantes.
Poco después, vio una figura que le era demasiado familiar: Patrick, su editor, quien corría hacia él con un rostro de preocupación. Apenas alcanzó a darle un abrazo, Jack sintió cómo Patrick soltaba una risa nerviosa.
"¿Dónde te metiste? Te perdiste y no pude contactarte para nada. ¡Laurence me va a matar si le digo que estuviste en peligro!" exclamó Patrick, con una mezcla de alivio y reprimenda en su tono.
Jack le lanzó una mirada indiferente, este tipo enamorado ni siquiera sabia lo que Laurence había pasado este ultimo mes.
Byako maullaba de manera complacida, como si todo hubiera salido según lo planeado. Su rostro reflejaba el deseo de una compensación por el riesgo. Ambos compañeros estaban cansados por el ajetreado dia, mas Jack que no habia dejado de usar nen desde que subió al tren, a tal unto de que dejo que Byako matara a esa papa frita.
Con un suspiro, Jack permitió que Patrick lo arrastrara hacia la editorial para completar el último capítulo de *Zoo*. Realmente esta considerando renunciar, pero sintio que estaba olvidando algo.
De todos modos. Si lo olvido no debería ser importante.
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Reencarnando en Hunter x Hunter /A Killer Among Hunters/ (Reescribiendo)
FanfictionMorir es solo una etapa de la vida , para alguien pecaminoso como yo no me espera nada más que el infierno. Pero no me arrepiento . No conosco la bondad ni el odio. Más allá de la venganza solo hay arrepentimiento. Pero al volver a abrir los ojos vi...