CAPITULO 18: LUGAR

22 5 0
                                    

Estaba lleno de emociones que lo cargaban de frustración, Eros no tenía ni la más mínima intención de pasar más tiempo con aquella mujer. Pero ya los tres estaban caminando por los lugares turísticos de aquel pueblo, ninguno decía absolutamente nada.

Solo pensó en terminar aquel paseo para renaudar su viaje y llegar al palacio del sur donde estarían por los siguientes dos meses. Tenía todo planeado, El niño llamado Enoc sería su prioridad mientras estuvieran en ese lugar, trataría de saber mucho más y ganarse su confianza para que le contase que habría pasado con él y a la par también estaría buscando al único mago que podía utilizar magia tan poderosa como para quitarle todo su poder maldito y llevárselo al corazón del niño, donde sabiendo donde se encontraba podría absorberlo en una piedra que se consideraba paz y solo destruirlo.

Un plan que podría traer bastante dolor pero ambos terminarían ganando por que se desarian de ese maldito poder. En cuanto a la serpiente, estaba decidido en que se apropiaria de todo su poder sin dejarle absolutamente nada, solo con su castigo que era la muerte.

― Entonces ¿piensas que es lindo? ― habló Roxa al niño sacando a Eros de sus pensamientos ― la cascada de luces verdes se ve mejor por la noche, ahora solo se ve un poco brillante ―Roxa miró al niño

― La cascada ya es bella sin sus luces, de noche debe ser mágico ―dijo Enoc mirando la cascada con asombro

― así es ―Roxa sonrió

Eros solo había visto esa sonrisa dedicada solo al niño, no era la típica sonrisa cínica o engañosa que daba ahora a todo quien se moviera, No la conocía muy bien, solo habia escuchado sobre ella a través de algunas discusiones. Su Amor o obsesión por Marc tampoco habría prestado atención, No hasta ese momento.

Roxa volteo a verlo y cambio la mirada a una fría y le indico que se acercara junto al niño. Fingir que eran una familia que empezaba a ser unida y que había amor era una total tontería para Eros, incluso eran unos totales desconocidos. A esa hora Eros debería estar en el campo de entrenamiento junto a todo su escuadrón demandando disciplina, no junto a un niño que jamás había visto y la serpiente que amenazó a muerte a Helena.

Eros se acercó y vio los ojos del niño, se fijo en sus iris, estos cambiaron de color a uno igual que la miel, a uno igual que la de Roxa Malchiester.

Eros miró a Roxa, esta tenía los ojos color miel que la hacían ver única a ojos de cualquier persona, no era normal, esos ojos también caracterizaban a la familia Malchiester.

― Si no mal escuche el agua tiene poder reparador debido a una piedra mágica que esta en lo profundo que purifica toda maldad en el cuerpo ―decía Roxa al niño

― es impresionante

Los ojos del niño volvieron a su color natural un rojo menos intenso, cuando estaban tranquilos el color no se intensificaba. Eros noto que Roxa también se había dado cuenta de eso y lo miró con preocupación y confusión.

Eros también mostraría aquella expresión, La explicación podía variar, pero en esta situación no. Su madre se había suicidado a los tres días que haberle traído al mundo, no hubo otro hijo o algún signo para heredar tal maldición a alguien más.

El era el único que cargaba con eso, solo existía el y absolutamente nadie más, eso estaba más que constatado y aunque hubiera una forma en la cual la sangre que le corría por las venas podría estar vinculado al niño, no se podía explicar la razón del tatuaje que era solo heredado por la Familia Malchiester por un mago que comenzó el linaje y ahora también estaban los ojos color miel.

¿Que era ese niño?

― Esos son los ríos de mil colores, con muchos árboles de cerezo a su alrededor, también tiene magia, son por los colores

Una Familia De Villanos Perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora