Elisa de Almeida, la defensa estrella del conocido y exquisito equipo femenino del Paris Saint-Germain, tiene una "celebrity crush" por la cual se ve envuelta en una serie de emociones, sentimientos e ilusiones. La actriz Alice Wright, le ha robado...
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El bullicio de una ciudad aparentemente "tranquila" llega a mis oídos colándose por la ventana abierta de par en par y, junto con él, el viento frío que amenaza con poseer la ciudad en cuanto caiga la noche.
Observo con detenimiento como el sol empieza a despedirse dejando apreciar su precioso color naranja, sonrío ante tal paisaje y posiciono mi cámara para tomar un recuerdo de aquel panorama.
Miro la foto con una sonrisa orgullosa de mis dotes fotográficos y automáticamente río ante mi intento de halagarme a mí misma. Mis dedos se deslizan por la pantalla entrando a la app de la camarita para presumir la foto profesional que saqué a mi historia pero me detengo en seco justo antes de presionar el + en mi foto de perfil, suspiro hondo y niego.
«Lo haré después» pienso.
Por el momento no quiero que la gente esté enterada en donde estoy debido a mis vacaciones, después de la película que salió hace un par de meses y las entrevistas y promociones, decidí darme unas merecidas vacaciones para relajar mi cuerpo de todo el ajetreo al que lo expuse por casi dos años de grabación. No daba más y sentía la necesidad de simplemente descansar y alejarme de las cámaras por un tiempo.
-- Encontré el bar-- dice la castaña a mi lado.
Una laptop se posa sobre su regazo y en una de sus manos tiene una barrita de cereal la cual come lentamente con su vista viajando con detenimiento en la pantalla de la portátil.
-- Es uno de los mejores, ¡estoy segura que a Alice le gustaría!-- habla la pelirroja con ropas extravagantes-- ¿no querida?
Quito mi mirada de la foto que acabo de sacar y la poso en la pelirroja quien me mira revoloteando sus pestañas. Sonrío y me encojo de hombros.
-- Si tú me lo dices confío en ti-- respondo-- pero ya sabes que los prefiero privados y elegantes-- alzo mis cejas en gesto de advertencia.
-- Ay querida ¿cuándo te he fallado?-- dice haciendo exagerados pero elegantes ademanes-- confía en mí, puedes ir hasta con los ojos cerrados y al abrirlos te encontrarás con una belleza.-- asiente con los ojos cerrados dramáticamente.
Río ante la seguridad de Claudine quién ahora se encuentra caminando a la terraza a punto de encender un cigarrillo que sostiene entre su dedo índice y medio.
La vibración de mi teléfono entre el agarre de mi mano me sobresalta llevando mi vista a él. Lo enciendo y me percato de la notificación que dice "ahora", a su lado, el característico logo de Instagram indicándome que es nueva.
La abro con la sensación de extrañez en mi cuerpo, extrañez por sentirme curiosa ante la notificación que dice "solictud de mensaje" cuando cada dia son cientos de personas que me escriben y lastimosamente por tiempo y cantidad, no puedo responder.
Pero la abro y no es un fan diciéndome "te amo Alice cásate conmigo, por ti dejo a mi esposo/a" como los que suelo leer que por cierto, me sacan carcajadas.
