Elisa de Almeida, la defensa estrella del conocido y exquisito equipo femenino del Paris Saint-Germain, tiene una "celebrity crush" por la cual se ve envuelta en una serie de emociones, sentimientos e ilusiones. La actriz Alice Wright, le ha robado...
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Me acerco al armario sin tener la menor idea de qué usar esta noche, a mi lado, una desesperada Jolie habla por teléfono caminando por toda la habitación maldiciendo al aire y haciendo ademanes como si la persona al otro lado de la línea la pudiese ver.
-- ¿Qué pasa?-- me atrevo a preguntar cuando veo que ha colgado.
-- Hay muchos productores que te quieren en sus nuevos proyectos, pero les dije que estás de vacaciones. Que no aceptarás, pero ellos no lo entienden e insisten-- dice suspirando aún con la vista en su pantalla con cierto desdén.
-- Dios, que no me vengan a joder. Estoy cansada de las cámaras por el momento. Necesito un descanso. Lo único que hacen es explotar a los actores-- digo viendo mi ropa colgada en el armario.
Mi vista se fija en un vestido blanco algo pegado pero ligero, muerdo mi labio indecisa pero decido que es el vestido perfecto para esta noche. Lo tomo y en cuestión de segundos lo tengo puesto mientras me veo en el espejo de cuerpo completo de la habitación.
Me hago un "makeup no makeup" ya que no quiero sobrecargarme de maquillaje, prefiero los estilos más naturales posibles. Mi cabello lo dejo caer como cascada sobre mis hombros semi desnudos y en cuestión de minutos estoy lista y bajando con mi manager hacia el lobby del hotel.
Claudine, mi estilista, nos espera dentro de su auto enfrente del hotel mientras un cigarrillo se posiciona entre sus labios, una sonrisa se expande por su rostro al vernos entrar.
-- Demonios Alice, ¿acaso también vas a los bares a romper corazones? ¿No te basta con hacerlo a través de una pantalla?-- bromea mi estilista-- ese vestido te queda bellísimo, chica.
Claudine acelera por la avenida y yo río ante su cumplido desde el asiento de copiloto.
-- Gracias Clau, tú igual te ves bellísima -- halago sonriendo.
Claudine es una persona que siempre ha vestido de manera extravagante y con las ultimas prendas de moda de temporada, ama los colores vivos y relucientes, llamar la atención, ser una estrella que resalte en el mundo de la moda. Hoy, no fue la excepción, por supuesto que no. Claudine lucía un suéter tejido negro en cuello alto, una falda corta con estampados de formas extrañas en colores como el fucsia, amarillo y naranja con unas medias negras que cubrían sus largas piernas y unas botas altas color naranja combinando con la falda y en su cabeza llevaba una boina negra. Digna parisina. Digna estilista.
-- Dime algo que no sepa-- dice soltando el humo por su boca.
-- Por eso nadie se casa contigo-- bromea mi manager desde el asiento de atrás
-- ¡Oye, perra!-- exclama Claudine viéndola en el espejo retrovisor.
Y yo, solo me dedico a reir ante su mini discusión.
[...]
Un buen jazz se expandía a través de todo el bar deleitando los oídos de cada uno en el lugar, la paz y elegancia era lo que reinaba en este bar. Personas de la alta sociedad que solo querían un momento en paz dejando de lado el ajetreo de sus vidas.
