Mis días y mis noches seguían transcurriendo de forma normal, por el día, me dedicaba a recabar cualquier cosa sobre el planeta Urón, su composición, su atmosfera, distancia de la tierra y un largo etcétera, pero del que apenas había información, tan solo que existía, que giraba en torno a la estrella Alisa, y que estaba recubierto el noventa por ciento de agua y el otro diez por ciento de una especie de masa verde, que podría ser vegetación, pero no se sabía a ciencia cierta.
Mientras tanto las noches, las pasaba mirando al cielo, en busca de la estrella que palpitaba en el firmamento, pero sin éxito. Era como si se la hubiese tragado el universo.
Con el telescopio hacia recorridos, anotando todo en mi diario de las estrellas y mirando una y otra vez las coordenadas que una noche me llevó hasta Zurán, pero por alguna razón, ya no estaba en ese lugar.
¿Qué había pasado? ¿Por qué no está en su lugar? ¿Qué objeto podría haberla desplazado?, y así un sinfín de preguntas, por las que no obtenía respuesta.
No me daba por vencida, apuntaba mi telescopio, buscando alguna razón por la que la estrella había desaparecido y fue entonces cuando vi que algo más grande que ella la tapaba, como si fuese un eclipse, pero la cubría de tal forma que apenas se veía, tan solo un haz de luz palpitante, y gracias a eso, la volví a encontrar y con ello, mi esperanza de volver a ver a Zurán.
Aquella noche, soñé con él, donde me decía que había habido una gran explosión cerca de su planeta de una pequeña enana roja y de la que su onda expansiva había dañado parte de su escudo magnético y estaban intentando arreglarlo, pero había un enorme planeta de su sistema solar que se había desplazado, cambiando su órbita y poniéndose delante de la estrella Alisa.
Me desperté de un sobresalto, pensando que no había sido solo un sueño, porque todo parecía tan real, que podía tocarlo y su voz la escuchaba muy nítida, pero en mi habitación no había nadie y fue el momento que mi mente comenzó a llamarlo sin cesar, pensando que quizás no había sido un sueño y que de verdad estábamos conectados.
-Zurán, ¿me oyes? Por favor contesta. - dije, sin saber si eso podría ocurrir, creándome un fuerte dolor de cabeza, por la presión y por el sobreesfuerzo que ello tenía, pero, aun así, quería saber si era verdad lo que había soñado.
Pasaron los días y con ellos las noches, sin obtener respuesta, mientras aquel enorme planeta, seguía tapando la estrella y si había cambiado su órbita, corrían el riesgo de chocar con Urón, convirtiéndolo en mil pedazos y borrando toda existencia de la que un día fue el gemelo de la tierra.
Llegó septiembre, y con ello, días de tormentas y días si una sola nube en los que podía contemplar el cielo estrellado. Ese mes, fue un mes de cambios, en los que comenzaba en mi vida una nueva etapa lejos de mi casa con la universidad y con ello, mis noches viajando a través del universo en mis sueños.
Decidí estudiar astronomía, algo, que me encantaba desde pequeña, y de la que siempre buscaba información en la biblioteca del pueblo, donde me pasaba las horas mirando aquellos libros repletos de imágenes del gigante que se extendía un poco más arriba de las nubes, donde había datos de muchos planetas, pero de Urón casi nada.
Me mudé y conmigo siempre mi telescopio, buscando las zonas donde no hubiese contaminación lumínica para poder ver todo mejor, y en una de esas noches, volví a encontrar el planeta de Zurán, y donde podía observar un ejército de esferas alrededor del planeta, como si lo estuviesen protegiendo de algo o de alguien.
Moví el telescopio intentando averiguar la causa, pero aquel enorme planeta se ponía en medio perdiendo toda visibilidad de Urón, era casi tarea imposible, desesperante no poder hacer nada y pensando que aquel planeta lleno de vida podía dejar de existir sino desviaban al grande.
Me senté exhausta, pensando que no podía hacer nada, mientras regresaba a casa, y allí fue cuando mi corazón empezó a palpitar de forma inusual, mientras sentía que alguien estaba detrás de mí, me giré y ahí estaba él, lo abracé mientras notaba como su cuerpo palpitaba bajo mis brazos.
- ¡Estás aquí, que es lo que está pasando! - dije mientras lo observaba, se le veía cansado, más moreno que la última vez, e incluso más delgado, como si la vida se le estuviese escapando de sus manos.
-El planeta Kalo, nos está quitando el agua con su atracción, y nos está consumiendo poco a poco, no somos capaces de desviarlo, ha creado una órbita pegada a la nuestra y al ser más grande atrae a nuestro planeta absorbiéndole gota a gota y con ello nos arrastra a nosotros. - Dijo sentándose en el suelo, con las manos en la cara medio quemadas por la cercanía a la estrella Alisa.
Me levanté y me puse manos a la obra para curarle las quemaduras y de ahí a darle la mayor cantidad de agua dulce para que recuperase lo que había perdido y así coger fuerzas para regresar.
-Zurán, soñé contigo hace unos días, no fue un sueño ¿verdad? – dije mirándolo a esos ojos verdes y azules que perdían intensidad con cada minuto que pasaba.
- No, no fue un sueño, por alguna razón que no logro entender estamos conectados, sabía que me llamabas y que lo estabas pasando mal al no obtener respuesta por mi parte, pero no podía dejar de de reparar la atmósfera de nuestro planeta para protegerlo de ambos astros. Tenemos que buscar una solución para desviar al planeta o acabará con Urón.-
Me lo quedé mirando, pensando en cómo podía ayudarlo y si en alguna de las clases de la universidad habían hablado alguna vez de cómo desviar un asteroide y su órbita.Zuran se que quedó dormido y aproveché para ver en los libros de qué forma se desviaban los asteroides, por si existía alguna manera de mover la órbita de ese planeta, devolviéndolo a su estado errante en el universo.
Así fue, que en uno de esos libros, aparecía datos de él, su composición, de la que estaba formado, que era principalmente por gases, su atmosfera era muy débil, pero su núcleo era grande, más que el de Urón, por eso lo atraía, aunque no a una velocidad excesiva, sino poco a poco, como si primero lo consumiera para luego atraerlo del todo y colisionar con él.
Ahí, pude ver, que su órbita estaba cargada de miles de asteroides, que también lo protegían de otros impactos, y fue cuando pensé que si se impactaba con los asteroides que controlaban la órbita, desplazándolos, arrastrarían a Kalo, antes de que deje a Urón sin masa y lo arrastre con él también.
-¡Zurán, despierta!, creo que ya se como podéis desviarlo.- dije hablándole con mi propia voz, como si me pudiese escuchar, sin darme cuenta que él me señalaba la mente y fue cuando reaccione,- creo que ya se como podéis desviarlo, a través de sus asteroides, ellos tienen una gran fuerza de arrastre, de hecho, creo que son los que lo mantiene ahí. Este planeta es en realidad un planeta solitario que entró en la órbita de los asteroides y éste de adhirió a ellos, como un escudo protector.-
- Vale, ¿pero como lo hacemos?, hay que desplegar todas las naves que tenemos para destruir los mayores asteroides posibles, pero eso también tendrá consecuencias, nos caerán fragmentos de los mismos, habría que reforzar más nuestra capa de ozono para aguantar los impactos. - dijo Zurán, mientras veía las imágenes que le mostraba en mi ordenador.
-Los de mi planeta, los desvían con bombas nucleares, causándoles una gran explosión y desintegrándolos casi al completo. Pero, hay que hacerlo de tal forma que la honda expansiva lo desplace hacia atrás, en vez de a vuestro planeta ¿Qué materiales podéis sacar de la estrella Alisa? quizás ella sea la que tenga la solución,- dije mirándole fijamente, mientras mi cuerpo palpitaba o ¿era mi corazón?.
Él, me miró con cara de asombro, al ver lo que en tan poco tiempo había descubierto, aunque él luego hiciese el resto, cuando notó, como su cuerpo también palpitaba más de lo normal o ¿era también su corazón?, no sabíamos muy bien que era lo que nos pasaba y fue cuando me agarró de las manos en forma de despedida, tenía que emprender el viaje más importante de su vida y yo me quedaba en tierra por segunda vez.
-Gracias por todo lo que haces por mi y por mi planeta, te prometo que volveré a por ti.
Continuará..
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DIARIO DE LAS ESTRELLAS
Ciencia FicciónEmma, es una chica a la que le encanta mirar las estrellas, sin saber, que su telescopio emite una señal que hará que un ser de otro planeta, se vea arrastrado hasta su posición, dándose cuenta ambos, que son muy parecidos pero a la vez muy diferent...