A medida que pasaban los días, Selene se sorprendía de lo rápido que su negocio con T/N comenzaba a florecer. Las fotos del disfraz de conejo habían sido un éxito rotundo entre sus seguidores, quienes inundaban su cuenta con mensajes y solicitudes de contenido aún más audaz.T/N se había involucrado por completo en la administración y promoción de la cuenta, ofreciendo ideas creativas y asegurándose de que Selene se mantuviera enfocada en la producción del contenido. Juntos, formaban un equipo formidable que parecía estar en camino al éxito.
Sin embargo, a medida que su asociación se fortalecía, Selene no podía evitar sentir que algo había cambiado entre ellos. Había momentos en los que sorprendía a T/N mirándola de una manera diferente, con una intensidad que la hacía sentir inquieta. Y a veces, cuando sus miradas se encontraban, parecía haber una chispa de algo más que simple complicidad profesional.
Selene se esforzaba por mantener la calma y actuar con naturalidad, pero en el fondo, su corazón latía con fuerza cada vez que estaba cerca de T/N. Poco a poco, se fue dando cuenta de que sus sentimientos hacia su primo habían evolucionado, convirtiéndose en algo más que una simple relación de negocios.
Intentaba convencerse de que era solo su imaginación, que no podía ser posible que estuviera desarrollando sentimientos más profundos por T/N. Después de todo, él era su primo, y su socio en este delicado negocio. Cualquier complicación emocional podría poner en riesgo todo lo que habían construido juntos.
Pero por más que lo intentaba, Selene no podía negar la atracción que sentía. La forma en que T/N la miraba, la manera en que la tocaba con suavidad, todo parecía despertar una chispa en su interior que no lograba apagar.
Durante las sesiones de fotos, Selene se encontraba a sí misma perdida en la mirada de T/N, olvidando por momentos que estaban trabajando. Había veces en las que sus dedos se rozaban accidentalmente, y Selene sentía que una descarga eléctrica recorría su cuerpo.
Intentaba mantener la compostura, esforzándose por separar lo profesional de lo personal. Pero cada vez le resultaba más difícil, y temía que en algún momento su fachada se derrumbara.
Una tarde, mientras revisaban las estadísticas de la cuenta, Selene se encontró con la mirada intensa de T/N. Sintió que el corazón le latía con fuerza, y tuvo que hacer un esfuerzo para mantener la calma.
—Selene, ¿estás bien? —preguntó T/N, con una expresión preocupada—. Te noto un poco distraída.
Selene tragó saliva con dificultad, intentando encontrar las palabras adecuadas.
—Sí, estoy bien —respondió, esforzándose por sonar convincente—. Solo estoy un poco cansada, eso es todo.
T/N la observó en silencio por unos instantes, y Selene tuvo la sensación de que podía ver a través de ella.
—Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad? —dijo T/N, con suavidad—. Si algo te preocupa, puedes decírmelo.
Selene desvió la mirada, sintiendo que el rubor se apoderaba de sus mejillas.
—No es nada, de verdad —insistió, rogando internamente que T/N no notara su nerviosismo—. Simplemente estoy un poco abrumada con todo esto. Pero estoy bien, te lo prometo.
T/N la observó en silencio por unos instantes, y Selene tuvo la sensación de que podía ver a través de ella. Finalmente, asintió con suavidad.
—Está bien, Selene —dijo, colocando una mano sobre la de ella—. Pero recuerda que estoy aquí para ti, pase lo que pase.
Selene sintió que su corazón se aceleraba ante el suave contacto de T/N. Tragó saliva con dificultad, esforzándose por mantener la compostura.
—Gracias, T/N —respondió, con voz temblorosa—. Significa mucho para mí.