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La belleza nunca había sido tan aterradora.

La belleza nunca había sido tan aterradora

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Capítulo I

El sol era brillante y el aire fresco. Sentía el calor de una entrante primavera por sobre sus hombros, mientras disfrutaba de una luz resplandeciente y apreciaba el agradable viento que, no hacía más que desordenar su cabello; había logrado percatarse a través del espejo retrovisor.

En una ciudad tan grande, casi parecía minimizar su presencia. Se sentía como un pequeño insecto en una ciudad de tal magnitud, perdido entre una multitud de caras desconocidas; y, aún así, eso no le permitía borrar el brillo en sus ojos. Estaba fascinado ante la grandeza de Daegu, asombrado al pasearse como un auténtico turista sin experiencia en un nuevo sitio que le permitiría cruzar nuevos horizontes.

Tras recibir una propuesta sobre un nuevo ascenso que incluía un buen puesto de trabajo, Jungkook había decidido mudarse de ciudad, esto con el fin de obtener mejores oportunidades laborales.

Emocionado, se propuso buscar un buen lugar para hospedarse, algo digno que le permitiera sentirse todavía más familiarizado con la ciudad; era algo primordial y necesario para mantener una buena estadía en un lugar que, ante sus ojos, era totalmente nuevo.

Apretaba el volante con sus manos, mientras observaba la ciudad silenciosamente. Parecía un tanto desilusionado gracias a las pocas oportunidades que lograban presentarse; tenía claro que buscar un lugar para hospedarse sería un gran problema, así que decidió seguir en busca, con sus apenas existentes esperanzas, que todavía se mantenían al margen pese a que sabía que no siempre todo podía salir bien como él quería; así que siguió su camino, y minutos después, prefirió optar por seguir a la dueña del segundo lugar en silencio, con sus manos dentro de sus bolsillos delanteros.

El edificio era largo, pero muy estrecho, algo que hizo que sus esperanzas de encontrar un lugar volvieran a decaer, y más aún cuando la mujer abrió la puerta de la habitación y en ella se podía observar a la perfección la putrefacción de unas paredes rasgadas y un estrecho lugar donde sabía perfectamente que no podría trabajar; por ello, le mostró un intento de sonrisa, y se negó rotundamente.

Para finalizar, resignado, y a consecuencia de su apenas existente paciencia, comenzó a revolver la única cosa preciada que lo habría ayudado a no perderse en la ciudad: su mapa de ubicación. Algo que lo había orillado a una total y completa frustración; pues no sabía exactamente en dónde estaba, o cómo se había perdido.

Jungkook volvió a revisar el periódico, ya no tenía más lugares disponibles; y el atardecer no le era de mucha ayuda. Estaba comenzando a hacerse de noche y todavía no tenía un lugar para quedarse; además, desperdiciar dinero en un hotel era lo que menos quería en un momento como este. Definitivamente era preferible reservarlo para pagar el lugar en donde se quedaría.

Y tras la distracción del momento, Jungkook se alteró y llevó su vista al frente mientras su corazón se paralizó por un instante; el sonido chirriante de las llantas lo hizo saltar por sorpresa, así que se detuvo justo a tiempo, pues la persecución de cruzar miradas con un individuo completamente desconocido y ajeno a su persona sólo consiguió alterarlo y hacerle sentir que el peso de la situación estaba recayendo sobre sí mismo.

THE CRUSH ; LOCA OBSESIÓN : KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora