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Y todo lo que anhelo en la vida, es pasar todo mi tiempo a tu lado; que seas ese lugar seguro que me abraza fuertemente ante la tempestad, al cual pueda llamar hogar.

Y todo lo que anhelo en la vida, es pasar todo mi tiempo a tu lado; que seas ese lugar seguro que me abraza fuertemente ante la tempestad, al cual pueda llamar hogar

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Capítulo IV

A menudo, trotar no le provocaba ningún tipo de daño. Más bien, le hacía pensar de más, y de cierta forma, relajaba cada músculo tenso que sentía; porque al hacerlo, lograba sentirse menos tenso y pesado; lo sentía cada vez más necesario. Parcialmente deseaba despejar su mente y mantener su cordura al margen; porque sentía que la perdía con cada respiro que se atrevía a dar.

Sentía que el Sr. Kim le daría un jalón de orejas, así como a su hijo, y claro que Jungkook no quería eso.

Pero era algo que se volvía imposible teniendo un niño con una dualidad tan limitadamente indecente, que le fue inevitable no pensar en cosas que estaban mal; y aunque es enfermo y desagradable, le era imposible no mirarlo de más. Se estaba volviendo un desastre, porque era enfermo pensar en una persona de esa manera, y más cuando se trataba del hijo de las personas que le abrieron las puertas y le brindaron armonía.

Tal comportamiento llamaba su atención, porque jamás había conocido a alguien que portara una personalidad tan madura y peculiar  en un adolescente que, por un lado, llamaba su atención; o aquella razón por la que sus ojos verdes se volvían algo tan cegador, tan atractivo, tan brillante como diáfano. Todo en Taehyung llamaba su atención; la manera en cómo mordía sus propios labios, esa tentación cuyo nombre era deseo; un deseo infalible e imposible de procesar. A cada segundo sentía que el oxígeno abandonaba su respiración y se sentía preso de sus propios pensamientos; porque sabía muy bien que pese lo mucho que intentara negarse, esa atracción y curiosidad no lo dejaban en paz, sentía que invadía su paz mental y su poca racionalidad. Y lo más extraño, era que no se sentía culpable por ello, sentía que no estaba haciendo algo mal porque, sabía que nunca pasaría nada contraproducente, nada fuera de un mundo erróneo y cubierto de fantasías extrañas.

Taehyung era tan tierno, que Jungkook sentía la necesidad de cuidar y protegerlo del mundo exterior. Esa inocencia que reflejaba le hacía sentir que estaba obligado a cuidar todo aquello que pudiera siquiera acercarse a su ahora compañero de aventuras. La forma en la que solía mirarlo, era como si sintiera que solo podía confiar en él mismo, y en que no sería de su agrado tener la compañía de otro individuo. Sentía que era él a quien Taehyung llamaba, incluso si eso parecía una tontería, para Jungkook era la idea de aferrarse a algo que pedía a gritos.

Mientras que por otra parte, se desconocía a sí mismo. Se sentía asqueado por aquellos pensamientos imprudentes y absurdos. Aunque no podía dejar de pensar en que era un sentimiento mutuo, porque se había dado cuenta de que no era algo que acostumbraba a hacer con cualquiera. Lo había observado, y se había percatado de que a lo mejor, con otras personas, no era tan social; incluso podría asegurar que no hablaba con nadie a menos que sintiera que era necesario. Taehyung parecía considerarse una persona bastante independiente y solitaria; y quizás esa era la consecuencia de no poder compartir su vida con alguien más, de poder expresar sus emociones como quizás le gustaría hacerlo; o simplemente era alguien demasiado reservado como para ir por la calle y contarle sus cosas personales a un vil desconocido.

THE CRUSH ; LOCA OBSESIÓN : KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora