La respiración del omega era irregular y gotas de sudor corrían por su carita roja por el esfuerzo, decidió detenerse por un momento a tomar aire.
Rodrigo al no ver a su bebé a su lado se detuvo también, miró hacia atrás y a un par de pasos de él se encontraba su omega, estaba jadeando y con las manos apoyadas en sus rodillas.
─ ¿Quieres que paremos? Podemos sentarnos en un banco si quieres, o podemos volver a casa. ─Al escuchar sus palabras iván levantó la cabeza y lo miró con enojo.
─ ¡No! ─exclamó el omega con decisión, el castaño parecía preocupado e impotente.
─ Pero bebé...─El omega lo interrumpió antes de que terminara de hablar.
─ ¡No quiero! quiero bajar de peso, estoy muy llenito ─Iván parecía algo decaído, su pancita estaba más grande que el mes pasado y cada semana parecía crecer un poquito más, esto lo tenía frustrado.
─ Lobito, tú eres perfecto como estás, te adoro y pienso que estás igual de bonito o incluso más.─Rodrigo se acercó a su bebé, y sin importarle que ambos estaban sudados, comenzó a oler su cuello, aspirando su olor que cada semana se ponía más dulce.
Iván sonrió ampliamente y un escalofrío cruzó su cuerpo al sentir las cosquillas que la nariz del alfa le hacían en el cuello.
─ Tu olor está un poco diferente ─dijo el alfa castaño.─ Huele a manzanas y leche, me gusta mucho ─El corazón del omega palpitó con nervios.
Cada semana que pasaba iván estaba más asustado, además de los vómitos primarios, náuseas y antojos, ahora estaba experimentando una inexplicable subida de peso y sus pechos últimamente estaban muy sensibles.
Cada día la sospecha en su corazón iba creciendo, estaba en estado, y eso le asustaba.
Había intentado ignorarlo, pero ya no podía, las palabras de rodrigo le recordaron nuevamente su situación, y eso le hizo tener miedo de nuevo.
El alfa notó el ánimo anormal de su pareja por lo que no dijo nada más y solo lo abrazó en silencio mientras acariciaba su cabecita pelinegra.
─ Te amo bebé ─dijo con cariño.
Rodrigo no sabía qué estaba sucediendo con su lobito estas semanas pero no había ignorado su estado de ánimo extraño, solo que no estaba seguro de qué hacer, finalmente decidió que esperaría a que su bebé le dijera la situación por cuenta propia.
Mientras tanto, lo único que podía hacer era hacerle saber el gran amor que le tenía y que siempre le brindaría su apoyo.
Con sus feromonas de miel y canela intentó tranquilizar a su omega, el olor del alfa envolvió al pelinegro y este inconscientemente plasmó una sonrisa en su lindo rostro.
─ También te amo, alfa ─dijo iván más calmado, en su corazón había decidido: iría a hacerse una prueba de embarazo.
Aunque su mente e instinto como omega le dijera que no era necesario, que definitivamente estaba esperando un bebé.
Si eso fuera cierto estaría en problemas, muchos problemas.
La apariencia del omega pelinegro era nerviosa, sus feromonas delataban su miedo. Sus pechos picaban y en estos días estaban un poco más grandes, eso le asustaba.
Las punzadas en su vientre al igual que las náuseas habían parado, pero ahora ciertas comidas no podía soportarlas, al olerlas quería vomitar, además de eso últimamente su pancita crecía más y tenía mucha energía.
Iván estaba desesperado, eso junto con los exámenes lo tenían al borde, por lo que para calmarse un poco decidió aclarar sus dudas haciéndose una prueba de embarazo.
El omega había ido a un hospital recomendado por su mejor amigo, nicolás, que quedaba bastante lejos de la universidad, allí había hecho su operación de glándulas.
Los pasos del omega eran dudosos; sin embargo, siguió avanzando hasta llegar a la puerta de la doctora con la que había hecho la cita.
Con dos toques una suave voz femenina provino desde el interior de la consulta.
─ Por favor, pasa ─Iván tragó grueso y con las manos temblorosas, abrió la puerta e ingresó a la habitación.
Al entrar lo primero que vio fue a la doctora que se encontraba sentada detrás de un escritorio de madera, encima del mismo parecía haber una carpeta con algunos papeles, también había un vaso de plástico vacío y algunos lápices.
Al lado izquierdo del escritorio había un archivero de metal, al lado derecho había una cama con una sabana blanca y una almohada del mismo color, cerca de la puerta había un cubo de basura con algunos papeles arrugados y en el aire podía olerse un tenue olor a desinfectante.
─ Debes ser iván buhajeruk, ¿cierto?, no tengas miedo ─habló la joven doctora, parecía tener unos veinticinco años, su cabello era azul y se encontraba amarrado en una cola.─ Me llamo angie velasco, soy doctora especializada en omegas, un gusto.
─ El gusto es mío, y sí, soy iván buhajeruk ─El pelinegro contestó rápidamente, sus manos se aferraron al borde de su camiseta amarilla con nerviosismo, sus ojitos brillaban con miedo, pero aun así, se armó de valor para sentarse en la silla de cuero frente al escritorio de la doctora en cuanto ella hizo el gesto.
─ Nicolás me habló un poco de ti y tus dudas, quisiera que me las plantearas para contestarlas, y de ser posible, hacer los exámenes correspondientes a las mismas ─Las palabras de la mujer fueron directo al grano, el omega asintió lentamente y con voz débil hizo la pregunta que lo llevaba carcomiendo cuatro meses.
─ Solo quiero saber si estoy embarazado ─La voz del omega era débil y temblorosa, sus manos seguían aferradas al borde de su camiseta y sus pies se movían inquietos.
─ Bueno, según lo que nicolás me comentó, al igual que lo poco que conversamos por mensajes. ─La voz de la mujer fue firme, sus palabras decían lo que parecía ser una teoría, pero su tono de afirmación decían que era la única verdad.
─ ¿Qué? ─Soltó el omega débilmente.
─ Quiero decir que, según mi experiencia, definitivamente estás en espera de un cachorro.
Iván únicamente escuchó como su corazón se agitaba.
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⪩ ! 𝙡𝙞𝗍𝗍𝗅𝖾 𝙥𝙧𝗈𝖻𝗅𝖾𝗆 , 𝗿𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻.
Fiksi Penggemar𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻 ﹆ donde iván es un lindo omega que tiene como pareja a rodrigo, un alfa que adora a su pareja. ambos son felices juntos, eso hasta que iván se entera que está esperando un bebé. ahora vive con los nervios de que su alfa se ente...