4. El insierto futuro.

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Alessio.

La enorme mansión de los Mancini es un lugar formidable, la elegancia que denota este lugar es increíble. Jamás en mi vida había visto algo parecido, aún no me puedo imaginar los lujos que tendrá la casa principal de Italia en la que viviremos.

Ya estamos a pocos minutos de ver lo impensable: una mujer reinando en el mundo de las mafias, carteles y grupos delictivos. No la he visto desde que me sacó casi a patadas de su cuarto, pero supongo que dañé su pequeño juego, así que estamos a mano.

Me imaginé una chica bastante grande, con cara de ogro y cabello grasoso. Debo admitir que me sorprendió su apariencia impecable, rostro armonioso reflejando esa inocencia que para nada tiene y unos ojos negros hipnotizantes.

En mi cabeza, las órdenes de Ernesto serían fáciles de concretar, pero se me está haciendo complicada una de ellas. No hablaré de su cuerpo por respeto a Ernesto, pero sí que la fiera es preciosa.

Estoy algo impaciente porque comience este suicidio voluntario, tal vez estemos muertos en un par de horas, aunque si la suerte está de nuestro lado, seremos el objetivo de todos en el mundo criminal.

Si logro sobrevivir a esta primera presentación, haré lo imposible por vivir hasta lograr mi principal meta. Estoy por decirle a una de las sirvientas que vaya a buscarla, pero mis ojos visualizan a la mujer más espectacular del universo, con ese vestido rojo que le marca todas sus curvas, me es imposible quitar mi vista de ella.

¿Acaso es posible ser tan perfecta?

《Lo siento mucho Ernesto, pero tu hija no te dará un hijo por concepción artificial, te dará muchos, pero de forma natural》

Te había respetado mucho, pero me es imposible no tener pensamientos lujuriosos con semejante mujer, que de paso será mi esposa.

— Sin palabras — le digo referente.

— Lo sé, desde aquí veo tu baba — se burla.

Es una mujer impredecible, pero supongo que nada puede ser perfecto.

— ¿Lista? — le pregunto cuando estamos a punto de bajar las escaleras.

Me sorprende la cantidad de personas que hay en todo el lugar, todas mirando hacia un mismo lugar, esperando ver al heredero que en realidad es niña, no me imagino lo que pasarán por sus cabezas al ver lo contrario a lo que pensaron.

Sin responder, Megan comienza a descender por las escaleras como si de una experta se tratase, la valentía con la que baja es como si no le tuviera miedo a nada ni a nadie.

Así desde un punto observo cómo su presencia hace que todas las miradas se dirijan a ella. Pero en cuanto yo aparezco, toda la atención se centra en mí, no los culpo, todos pensarán que soy el hijo de Ernesto, pero están bastante equivocados.

— Buenas noches, damas y caballeros — saludo Megan, denota elegancia en cada palabra con una seguridad que solo le he visto a su padre — Soy Megan Mancini Fiore, la primogénita del gran líder Ernesto Mancini y Greta Fiore. — Estableció.

— ¿Es una broma cierto? — pregunta alguien incrédulo.

El salón tiene más de 50 invitados, por lo que en la cara de todos está plasmada la incredulidad, no los culpo, todo este tiempo esperaron ver un hombre, no una niña que aparenta ser inocente.

— Me ves cara de payasa — se enoja Megan.

Desde que la vi por primera vez, supe que había heredado el mismo genio que su padre.

— Ernesto jamás permitiría que el legado de su familia lo llevara alguien como tú — vocifera el mismo.

— Así de perfecta como yo, te comprendo, pero no pedí tal grado de perfección solo fui la favorita de Dios.

Mujer InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora