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| 01 | YO NO ME TROPECÉ
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GALLY & DEMITRA se despertaron de golpe, sus corazones martillando contra sus pechos y sus mentes aún atrapadas en el vago entresueño que había envuelto su descanso.
La brusquedad del despertar fue potenciada por la urgencia de los golpes que resonaban contra la puerta de madera de su choza. — ¡Ya despiértate, Dem! — llamó Newt del otro lado, la chica gimió molesta y apoyó su frente con desgano sobre el pecho fuerte y desnudo de su pareja. — ¡Ugh! Seguro estás con el miertero de Gally, entraría pero no quiero traumarme.
Y menos mal, porque ambos se hallaban desnudos como prueba de la intimidad compartida en la noche. — ¿Qué mierda quieres, Newt? — le devolvió gritó, cansada.
— ¿Acaso no escuchan la alarma de la caja, malditos sordos? — los dos se miraron fugazmente, sus ojos reflejando la sorpresa y el desconcierto del otro. — ¡La caja está subiendo! ¡Rápido!
— Mierda.
La caja, el mecanismo que traía consigo nuevos habitantes y suministros al Claro, nunca subía sin motivo y su llegada siempre presagiaba un cambio.
— Ten. — Demitra le lanzó los pantalones que Gally buscaba con desespero. Con movimientos rápidos y torpes, se vistieron hasta que la puerta se abrió con un golpe seco, revelando a Newt, su rostro tensado por la urgencia y la expectación. — ¡Dios, Newt! ¡Ya vamos, joder! — se quejó Demitra dándose la vuelta y dejando a su vista solamente la espalda desnuda.
— ¡Rápido! ¡Por algo somos encargados, idiotas! — apremió Newt, apenas dándoles tiempo para terminar de ajustar sus ropas.
— Saben que no soy una gran fan de recibir novatos. — gruñó mientras los seguía a regañantes. — No sé para qué me requieren para este tipo de cosas.
Newt se dio vuelta para darle una sonrisa burlona. — Deja de quejarte, que tal vez es otro niño como Chuck. — ella puso los ojos en blanco al recordar como fue el encuentro con el niño aterrorizado y los siguió sin quejas de por medio.
