Barrabasadas, tres verdades y veinte mentiras.

Inocente

Te cuento, a veces no sabía lo que era estar con alguien ni siquiera como enamorar a alguien, era enamoradizo de las chicas que veía en el colegio o por la calle pero ni idea de cómo hablarles, solo era un hola y adiós, no me daba por ser el niño vulgar del "adiós Mamasita o adiós amor".
Un día, la vi, era tan hermosa, con unos pómulos pronunciados, muy bella, yo era sin gracia, con mi cabello largo acolochado, delgado, delgado no, flaco, mi abdomen plano con cuadros por que hacía el aseo en mi casa, eso me servía de gimnasio, me gustaba, la conocí con el uniforme puesto en aquel colegio, su sonrisa era muy hermosa pero éramos unos niños, los mejores amigos de todos los tiempos, en aquellos columpios éramos felices, éramos. Ahí es donde conozco el amor, de amistad quizá pero en fin amor, luego me fui del colegio, no era lo que quería, pero sucedió. La perdí.
Recuerdo que ella siempre llegaba con la sonrisa hermosa, siempre radiante, el recorrido al colegio era tan perfecto cuando pasábamos por su casa llevándole, era cariñosa, simpática, una niña inteligente, ahí comprendi que el amor existía en el cerebro de alguien seduciendo a mi corazón.