El rescate del alma

TWO

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Continuamos.

-Me gusta ese entusiasmo, Wolff -dice con una sonrisa-. Seré directo. -Coloca el vaso a un lado-. Quiero mover mi mercancía en su territorio, pero para eso necesitamos una alianza tipo matrimonio, ¿no?

-Así es -responde Toto con seriedad-. Pero, ¿con quién será esa supuesta alianza?

-Tú no tienes otra hija o hijo aparte de esa niñita estúpida y caprichosa -interrumpe Christian, adelantándose-. Y déjame decirte de antemano que mi hijo no se casará con esa cabeza hueca, ¿me entendiste? -Se levanta y mira a su esposo-. Amor, vámonos. -Toma su mano con firmeza.

-Christian, te equivocas. Por supuesto que tengo otro hijo -se acerca con confianza-. Pero era un pequeño secreto... Sin embargo, en tiempos desesperados, se buscan opciones desesperadas.

-Apártate -Toto se interpone entre él y su esposo-. Ese compromiso ficticio que propones, ¿dónde nos beneficia? Porque si el beneficio es solo para ti, sería muy estúpido de mi parte darte todo en bandeja de plata.

-Por supuesto que ustedes también transportarán su droga en mi territorio. Además, como regalo de bodas para mi pequeño hijito, les ofreceré 10 toneladas de marihuana pura. También tendrían acceso a información muy valiosa que les beneficiaría. Digo... ustedes tienen la última palabra -extiende la mano con una sonrisa calculadora-. ¿Aceptan?

Toto observa la mano extendida del padre de Pato y la deja allí, suspendida en el aire.

-Es un buen negocio el que propones, pero hay un pequeño detalle: mi hijo no es mercancía que puedas intercambiar. Así que tu propuesta es declinada. Sin más que decir, nos vamos -camina hacia la puerta con Christian delante de él.
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Continuará