Otra vez

11 1 0
                                    

Abrí y cerré los ojos muchas veces para entender o para que me despierte de este confuso sueño. Sin poder hacer nada decidí estirarme, no sentía normalmente mi cuerpo, no me pesaba tanto. Haciendo maniobras extrañas me empuje nose como tocando otro cuerpo, me resultaba alguien conocido pero no recuerdo quien era, lo único que quería era despertar en mi cama y no volver a recordar esto.
La voz otra vez me dio la bienvenida pero yo no veía a nadie salvo unos cinco cuerpos en mi misma situación que despreocupadamente flotaban y sonreían. La voz no dejaba de repetir lo que me dijo la primera y la segunda y la tercera vez. Decidí responderle: -Quien sos? Ayudame por favor, no entiendo que hago acá.- Mi desesperación era evidente, mi voz se carraspeaba a cada letra que pronunciaba y el llanto broto sin previo aviso.
Una mano hizo una caricia en mi espalda y yo, con los ojos muy cerrados escuché: -No sabes donde estas? Como es eso posible mi niña? Que edad se supone que tenes?- Sus preguntas eran extrañas y sin sentido.
-23 años, no tengo idea de donde estoy, ayudame.- Esa persona sin dejar de acariciarme se reía de mi reacción asustada y respondió:
-No es posible que no sepas donde estas, ya deberías haber recordado.- Abrí los ojos y lo vi, era mi hermano. Si esto era un chiste, fue muy de mal gusto. Él murió, hace ya dos años que no estaba con nosotros por culpa de un choque.
Mi única reacción fue abrazarlo, porque si eso era un sueño iba a disfrutar lo mayor posible. Él reía a carcajadas, no entendí bien porque.
Me dijo que cierre los ojos y en el instante en que lo hice el ya no estaba, estaba devuelta flotando en el espacio sola y angustiada. No existía el tiempo, los lapsos entre acción y acción eran nulos y todo parecia relajado y en paz. Otra voz, casi gritando dijo Felipa, mi nombre y sin miedo voltié a ver quien era. No había nadie, solo una gran luz que me llamaba. Me acerque, mi miedo se extinguio instantáneamente y sentí el calor de esa luz en mi piel.
-Sabes donde estas?- Me dijo preocupado.
-No tengo idea. Alguien me trajo, me secuestro, o estoy soñando. No entiendo nada, solo quiero volver a mi casa.
-No te preocupes hija mía, nosotros tampoco sabemos porque ya estas aqui, tan rápido. Debe haber un error. Tranquila Felipa no tengas tanto miedo y confía en mi.- Sus palabras alivianaban mi mente y mi miedo.
-Ya puedo volver? Donde estoy?.
-Eso no importa. Nos veremos pronto.

Les vengo a contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora