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Namjoon si vio a Jimin la siguiente semana.

Y la siguiente y la siguiente. De la nada no solo visitaba los jueves, si no también los martes.

Sus ropas siempre siempre siendo extremadamente exóticas y coloridas. Siempre con un maquillaje perfecto y refunfuñando cada vez que tenía quitarse la joyería y dejar su pluma de tinta rosa. (Que no entendía porque seguía trayendo, si conocía el protocolo de memoria para este punto).

Pero Namjoon ya se había acostumbrado a esa rutina. Jimin llegando campante, quejándose al dejar todas sus cosas, llenar el formulario y haciéndole plática a Namjoon sobre su vida.

Después de un mes desde que sus visitas comenzaron, vinieron los regalos.

Se encontró a si mismo revisando paquetes de dulces y galletas.

"Traje una para ti también" le dijo Jimin señalando las donas de chocolate, una envuelta en papel diferente.

"No puedo- eso no-"

"Oh vamos Namjoonie" Jimin le deslizó el formulario ya lleno "Será nuestro secreto"

Jimin le lanzó un guiño y fue a la parte de revisión.

Namjoon continuó en poner el formulario con el resto, no sin antes notar un pequeño detalle, algo que no había estado antes.

El corazón aún lado del nombre de Yoongi.

Yoongi veía la gran caja con donas antes de sonreírle a Jimin

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Yoongi veía la gran caja con donas antes de sonreírle a Jimin.

"No tenías que traer todo esto"

"Claro que sí, además puedes compartirle a tus compañeros de celda. La comida es una gran manera de hacer amigos"

"¿De verdad?"

"Uhm, de niño no tuve muchos amigos, así que un día mi madre me dio un paquete de galletas, el único que teníamos, y me dijo que lo compartiera con la clase. Lo hice, y al día siguiente tenía con quien jugar, es como magia"

"No sé si aplique con convictos, dulzura"

"Tal vez si. Ah y abre la otra caja" Jimin acomodó el teléfono en su oreja. "Te va a encantar"

Yoongi lo miró sospechoso unos segundos antes de dejar el teléfono de lado y abrir la caja.

Y Jimin juraba que el rostro del pálido era como el de un gatito encontrando hierba de gato. Sus ojos abriéndose de par en par, sus pupilas dilatándose y volviéndose entre él y la caja.

"Eres un maldigo ángel, Park Jimin" le dijo al ponerse el teléfono en la oreja y admirar los filtros de café y las dos latas de café molido que Jimin le había regalado.

"Dijiste que lo extrañabas, así que" Jimin se encogió de hombros "Encontré algo que no pudieran rechazar. Iba a ir por una cafetera pero al parecer cualquier cosa con cordones o cables es un no no. Esta era mi siguiente mejor opción"

Please, Please, Please >Yoonmin<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora