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Al despertar, Shoto se percató de que aún era de madrugada

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Al despertar, Shoto se percató de que aún era de madrugada. Su cuarto estaba completamente a oscuras, mucho más que cuando se había acostado. Cuando se incorporó y las mantas le cayeron hasta la cintura, se dio cuenta de que estaba utilizando magia; poco a poco, los restos del sueño se disiparon a medida que se volvía consciente del torbellino de sus poderes, que lo envolvían con un cálido abrazo contra el intenso frío.

Lo segundo que notó fue que la temperatura había descendido aún más, haciendo que el aire frío quemara sus pulmones al respirar hondo, mientras éste se esfumaba al encontrarse con el calor de su magia.

Estaba a punto de volver a dormirse, convencido de que la invocación inconsciente de sus poderes le había despertado, cuando escuchó un estruendo fuera de su dormitorio. Era apenas audible entre los aullidos del viento, pero no tardó en repetirse, un quejido dolorido que le resultaba familiar.

Se puso en pie de inmediato, encendiendo una llama en la palma de la mano para iluminar el camino hacia el salón. La tenue luz proyectaba largas sombras en las paredes y, apenas se enfocó en la chimenea, entendió por qué.

De la chimenea de la noche anterior solo quedaban brasas; su anaranjado resplandor no era suficiente como para proporcionar una luz confiable o calor. Al acercarse, descubrió las ropas de su compañero, arrojadas junto a la chimenea, y a Bakugou acurrucado lo más cerca posible del fuego apagado, semicubierto por mantas que recordaban su forma lobuna.

Su primera reacción fue alarmarse por la transformación de su compañero. Se acercó unos pasos y se sintió aliviado al ver que no había rastro de sangre; sus heridas no parecían haber empeorado con el cambio, señal de que sus suposiciones sobre su curación estaban en lo cierto.

Otro gemido surcó el aire y el heterocromático se distrajo de las heridas del oji escarlata. Intentaba acurrucarse, como lo había hecho en su forma humana el día que se conocieron, y sintió un inesperado remordimiento al pensar que no soportaba solo el frío.

Habituado a que su magia le proporcionara calor, había olvidado que Bakugou no podía hacer lo mismo.

Después de dudar un instante, sacudiendo el recuerdo de su última interacción con el rubio cenizo, Shoto extendió la mano y acarició el suave pelaje de su nuca con la derecha. Bajo su mano, sintió cómo temblaba.

—Bakugou —lo llamó. Solo obtuvo un gruñido como respuesta, así que repitió más alto: —Bakugou, despierta.

Un gruñido más profundo salió de la garganta del lobo antes de que abriera los ojos, pero su agresividad inicial desapareció al ver al bicolor mirándolo directamente. Rápidamente retiró la mano, repentinamente tímido, mordiéndose el labio inferior mientras la mirada de Bakugou lo atravesaba a través de la tenue luz de la llama.

—Tienes frío —añadió. Katsuki bufó, inclinando la cabeza como si se burlara de la obviedad de su afirmación—. No tendremos leña hasta mañana. Vamos, puedo usar mi magia para mantenernos calientes hasta entonces.

ㅤㅤ𝐖𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐢𝐧𝐠 𝐖𝐨𝐥𝐟 ──BakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora