harry potter: un encuentro casual

un encuentro casual parte 11

-Harry-

"Bueno, Fleur, bienvenida a Hogsmede". Harry sonrió, la hermosa rubia a su lado mirando el pintoresco pueblo.

"Es un lugar encantador." Fleur asintió mientras unía su brazo con el de él, sus oídos se calentaron ante la acción, "¿A dónde vamos primero?"

"Bueno, tengo ganas de almorzar". Harry respondió, con el estómago rugiendo de acuerdo. "Entonces, ¿qué tal si vamos a Las Tres Escobas? Te mostraré el pueblo y luego podemos terminar en Honeydukes para comprar algunos dulces".

"Suena maravilloso, estoy seguro de que Gabrielle se pondrá muy celosa". Fleur se rió.

"Sabes cuánto deseaba venir". Harry se rió al recordar el adorable puchero de la pequeña quarter veela. "Casi me sentí mal por tu papá por todos los ojos de cachorro y las súplicas que usó con él".

"No lo hice". Fleur se rió, "Hizo su cama con la frecuencia con la que ha malcriado a Gabrielle, ahora puede acostarse en ella".

"Eso es frío, Fleur". Harry se rió entre dientes antes de dirigirse a la taberna con su vivaz compañero.

-Hermione-

"¿Por qué los seguimos de nuevo?" Ron susurró mientras miraban desde detrás de una esquina a Harry y Fleur mientras caminaban hacia Las Tres Escobas. Ron al menos tuvo la decencia de permanecer callado incluso si no estaba seguro de por qué tenía que hacerlo.

"Porque me preocupa que alguien intente algo". Hermione le susurró: "Sabes cuántas chicas están obsesionadas con Harry". Que la hermana de Ron era una de ellos no se dijo: "¿Qué pasa si alguien intenta algo en su primera cita?"

"¿Cuenta siquiera si ninguno de los dos se da cuenta de que es una cita y Harry ni siquiera es consciente de cómo se siente Fleur?" preguntó Ron, rascándose la cabeza confundido. Después de su 'charla' con Fleur esa primera vez que los dos visitaron la Sala Común de Gryffindor, Ron al menos había admitido que estaban enamorados el uno del otro. Ahora solo se trataba de lograr que los dos imbéciles densos lo reconocieran ellos mismos.

"Cuenta si digo que cuenta". Hermione respondió en broma, ansiosa por ayudar a su mejor amigo con esto: "Vamos, veo a Romilda Vane siguiéndolos y hay un rumor de que está planeando darle a Harry una poción de amor.

"Este va a ser un día largo, lo sé". Ron suspiró mientras lo seguía.

"Oh, deja de quejarte Ronald." Hermione resopló de buen humor mientras lanzaba un hechizo de detección de pociones en dirección a Romilda Vane.

"Espera, si lo que Harry y Fleur están haciendo cuenta como una cita, y vamos a los mismos lugares mientras los seguimos, ¿eso también hace que esto sea una cita? ¿Es una cita doble?" Ron parpadeó cuando Hermione sintió que sus mejillas brillaban con calidez.

"¡Deja de hablar!"

-Dumbledore-

Inclinándose hacia atrás con el ceño fruncido, Dumbledore pensó en la nueva y sorprendente información que había obtenido. La varita hermana de Voldemort había dejado de funcionar para Harry Potter. Significaba que el fragmento de alma en la cicatriz del estúpido chico estaba debilitado o desaparecido. Desafortunadamente, sabía que los malditos franceses le impedirían llevar al chico solo para realizar las pruebas que necesitaba.

Luego estaba esa nueva varita suya. Las varitas de Aspen eran bastante raras y, además de su afinidad por los hechizos, aquellos unidos a una siempre fueron ejemplares en los métodos de la magia marcial. Excelentes duelistas, los de mente fuerte, los decididos. La varita de un revolucionario. Ese mocoso que tenía ideas de revolución era lo último que necesitaba en este momento. Sólo empeoraría una vez que la noticia llegara al Ministerio, o más específicamente al Ministro. Fudge era un hombre paranoico que nunca estaba seguro de su propia posición y más de una vez había intentado crear una lista de vigilancia para cualquiera con una varita de madera de Aspen, citando a los revolucionarios como una amenaza potencial para la estabilidad del ministerio.

Luego estaba el núcleo de la varita. Los graforns eran bestias notoriamente poderosas. Si bien carecían del vuelo de llamas de un dragón, eran mucho más fuertes físicamente y tenían una piel aún más resistente a los hechizos. Honestamente, si no fuera por los casos documentados de ellos haciéndose amigos y ayudando a Brujas y Magos en ocasiones, entonces estaba seguro de que serían clasificados como XXXXX en lugar de XXXX. Dicho esto, eran fuertes, feroces y protectores de lo que es "suyo". Un núcleo como ese combinado con Aspen constituiría un foco mágico bastante formidable.

Ahora habría que reescribir aún más plan tras plan. Ya sabía que las cosas habrían cambiado debido a los nuevos poderes que Potter estaba mostrando. Pero sin el poder del efecto de hechizo inverso de los núcleos hermanos que eliminaron varias ideas.

Por su barba ni siquiera estaba seguro si Potter podría siquiera cumplir la profecía de matar a Voldemort sin el fragmento de alma para llevarse a Voldemort con él. Había planeado que Potter llegara al punto en el que se batiría en duelo o se rendiría a Voldemort después de su resurrección. Teorizó que Voldemort usando la Maldición Asesina en un contenedor de su propio fragmento de alma los destruiría a todos ellos y a él mismo a la vez, el vínculo inherente entre la propia magia del hombre y su alma tendría un efecto en cascada.

Como mínimo, Voldemort ni siquiera habría sabido de la presencia del fragmento de alma y mucho menos de su posible destrucción. El estúpido chico aún podría servir como un excelente cebo para Voldemort, así como una manera de hacer que el Señor Oscuro tuviera una sensación de exceso de confianza una vez que Potter estuviera muerto.

Por ahora, el Torneo tendría que servir como un método que le permitiera evaluar las habilidades de Potter en caso de que sobreviviera a cualquier complot que Voldemort tuviera en mente para él. Como mínimo tenía un año para hacer nuevas contingencias y resolver la situación política a la que Potter lo había sometido.

Sacudiendo la cabeza, abrió el cajón de su escritorio y colocó sus notas sobre la nueva varita de Potter y sus posibilidades dentro. Debajo, por un momento antes de que fuera cubierto, pudo vislumbrar una vez más el plan para la primera tarea y su título.

'El asedio'.