Capitulo 17

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Parte 4: La Linterna y El Juego de la Máscara.

Después de aquella noche, Hazel finalmente pudo conseguir el descanso que tanto anhelaba. Durante una semana, disfrutó de un sueño reparador y rara vez sentía la presencia del fantasma de Amanda Grace.
Sin embargo, una madrugada Hazel despertó y, en medio de la penumbra, divisó lo que parecía ser el translúcido espectro de la mujer. Y por un instante le dio la impresión de que lo observaba, o tal vez observaba el Necronomicón, pero nada más.

.....

Durante el desayuno del día martes, Hazel se encontraba sentado en la mesa junto a sus dos madres. Aunque estaba presente físicamente, se mantuvo completamente ausente de la conversación que ellas dos compartían. Hablaban sobre sus trabajos y de como un niño de la clase de su madre termino en el hospital porque según un juguete lo empujo desde las escaleras.
<<Suena familiar>>, pensó Hazel mientras seguía concentrado en el tazón de cereal frente a él.
Sin embargo, minutos después algo en la conversación llamó la atención de Hazel.

-Hay más de treinta pacientes, y solo uno es el que da problemas-, habló Janeth -Creo que antes fue el alcalde del pueblo. Algo así oí entre los cuchicheos de las enfermeras. Es tan agotador. A veces solo quiero gritar y pedir unas vacaciones con urgencia.

-¿Has dicho alcalde?-alzó las cejas Hazel, interrumpiendo la conversación trivial de sus madres.

Fue entonces que Hazel notó aquel detalle en el rosotro de su madre; Jane cada vez se veía más cansada, las bolsas bajo sus ojos y su aspecto descuidado la delataban.

-Hazel...-le dijo entonces Amelia.

-¿Huh?

-Cariño, ya es tarde. Deberías terminar de comer -, le dijo su madre Amelia -Te llevaré hoy a la escuela. Y no quiero un 'no' como respuesta-, le aclaró ella.

Él quiso replicar, pero el gesto de su madre le hizo saber que no tenía más opciones, así que Hazel terminó por aceptar. Después de todo Hazel podía comprender la preocupación de su madre; un alumno había aparecido sin vida en la escuela a la que asistía su hijo. No era algo para tomarse a la ligera, aunque eso era lo que daba a entender el resto del pueblo.

-Solo hice una pregunta- dijo Hazel entonces-Mamá, ¿de quién hablas?

-No es nada, cariño. Solo es un anciano que está mal de la cabeza- respondió Janeth con una media sonrisa -Nada por lo qué preocuparse, solo es rutina del trabajo.

-Pero has dicho que crees que es el ex alcalde,¿estás segura de eso?

-No lo sé cariño. Es solo un rumor que escuché en unas de mis rondas- contestó Jane y en ese momento tosió un poco, había tapado su boca con un pañuelo, pero aún así Hazel notó aquel hilillo de color rojo que mancho uno de los bordes del pañuelo- Creo que debería descansar un poco. No quiero volver a dormirme en plena guardia -, le sonrió ella una vez aclaró su garganta. Y lo miró con la pesadez que adornaba sus ojos.

- Pero...- quiso volver a preguntar Hazel, pero en ese instante Amelia lo interrumpió.

-Jovencito, ve por tus cosas, se hace tarde para la escuela-, le dijo Amelia cuando tomó los hombros de su amada. Y esta le sonrió- Descansa cielo.
Y aunque la curiosidad lo matase, Hazel sabía que lo mejor era hacerle caso a su madre. Ya luego podría preguntar por aquel paciente. Después de todo había una gran probabilidad de ser el ex alcalde Finster.

.....

Más tarde ese día, Hazel se despidió de su mamá antes de bajar del vehículo. Trató de no darle tantas vueltas a la posibilidad de que fuese Finster el paciente que le había estado dando problemas a su mamá.
Y mientras caminaba, reconoció el auto de Collins estacionado con una llanta sobre la acera.
Noto que algunos estudiantes conversaban a gusto sentados en el césped, mientras que otros iban de aquí para allá, ignorantes de los terrores que Hazel sabía que se habían desatado por todo el pueblo. Hasta daba la impresión de que habían olvidado que un estudiante había muerto no hacía mucho.

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