Steven Gato. Parte 01

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Nueva Sección

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Nueva Sección.

Steven se transforma en un pequeño gato luego de ser víctima de la maldición de una estatua antigua.

Marc y Jake aprenden a vivir con el pequeño animal, mientras esperan que algún día vuelva a la normalidad.

Estás son sus aventuras.

•••

Cuando Steven adquirió una pequeña estatua de la Diosa Bastet, en una pequeña tienda de antigüedades, jamás imaginó que se llevaría a casa algo que cambiaría su vida por completo

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Cuando Steven adquirió una pequeña estatua de la Diosa Bastet, en una pequeña tienda de antigüedades, jamás imaginó que se llevaría a casa algo que cambiaría su vida por completo.

Lo que él esperaba ser una decoración más para su hogar, se convirtió en un sueño irreal, cuando se dió cuenta de que la pequeña figura, guardaba en su interior una maldición ancestral.

Un hechizo antigüo cayó sobre el incauto británico, transformando su figura humana en la de un felino, uno que por cierto era adorable para un Marc y un Jake que presenciaron impávidos la repentina transformación.

Ambos hombres buscaron al dueño de la tienda, dónde Steven se había hecho con esa estatua, pero el hombre no pudo darles respuesta alguna, incluso creyó que le estaban tomando el pelo.

Marc y Jake regresaron al apartamento con el gato en brazos, con más preguntas que respuestas.

Los dos hombres no tuvieron más opción que aprender a a vivir con esta nueva realidad, y aunque estaban preocupados por el bienestar del británico, ninguno podía negar que había algo encantador en todo aquello.

Steven era aún más tierno en esta nueva forma, con su pequeño cuerpo esponjoso y su pelaje suave de un tono caramelo quemado, con enormes ojos, una pequeña nariz y su cola alargada.

Los tres sabían muy poco de este hechizo, pero al final, tanto Marc como Jake decidieron proteger a Steven como siempre lo hacían, aunque convivir con un gato, no siempre era fácil o divertido.

•••

—¡Agh! ¡No puede ser!— Jake salió furioso de su habitación, sosteniendo unos guantes de cuero en su apretado puño. Éstos estaban roídos, llenos de pequeñas marcas de mordeduras y rasguños por todo lo largo del material de los dedos y la palma.

El hombre estaba buscando con los ojos al único responsable de tan infame y constante crimen, pero no lo encontraba por ningún lado.

Marc salió de su propia habitación cuando escuchó los gritos de Jake, preguntándose que había hecho Steven está vez. —¿Qué hizo ahora?— el mercenario preguntó suspirando.

—Se comió mis guantes, ¡de nuevo! Es el cuarto par este mes— Jake exageró, como solía hacerlo siempre que estaba enojado, pero Marc no sentía deseos de corregirlo.

—Sólo compra unos nuevos— Marc intentó remediar el problema con una vaga y obvia solución.

Pero eso solo acrecentó la furia dentro de Jake —no se trata de los putos guantes, es Steven, tenemos que enseñarle modales— cuando Jake dijo eso, ni siquiera él mismo sabía cómo podían hacer algo semejante, ninguno de los dos tenía el valor de pararse frente a la tierna criatura para establecer alguna especie de límite.

—¿Y que sugieres?— Marc se llevó las manos a la cintura, esperando escuchar alguna brillante idea, pero sabía que Jake no iba a decir nada. Ambos tenían una debilidad por Steven, y ahora en su forma felina, se había apoderado por completo de sus corazones.

Jake levantó su gorra para peinar su cabello hacia atrás con la mano antes de poner la gorra de nuevo sobre su cabeza, —voy a darle a ese gato el regaño que se merece— Jake trató de sonar firme pero esperaba no encontrar al pequeño animal. Aunque de manera irónica, en ese mismo instante, Steven salió de debajo del sofá, mirando con sus grandes ojos hacia los dos hombres.

—Bueno, es tu oportunidad— Marc mencionó mientras se cruzaba de brazos.

Suspirando, Jake se aproximó a la indefensa criatura y la levantó con cuidado hasta que su pequeño rostro quedó al nivel del suyo, —muy bien, Steven... Haz sido muy desordenado y travieso, y eso tiene que parar.

El mercenario no pudo evitar soltar una risa entre dientes, había visto a Jake gritando, diciéndole las cosas más crueles a los desafortunados que se habían metido alguna vez en su camino de la peor manera. Este intento de regaño era divertido.

Jake pudo escuchar esa risita pero en lugar de explotar envuelto en una nube de ira, sólo se sintió irritado y derrotado. Mientras más miraba dentro de los ojos del pequeño Steven, su fachada de tipo rudo se llenaba con más y mas grietas. No había forma que pudiera ser duro con un animal, y no podía en lo absoluto ser firme con Steven.

El hombre terminó por menear la cabeza hacia los lados, sintiendo la derrota sobre sus hombros. Jake puso de nuevo en el suelo a Steven y sin decir otra palabra, salió apresurado del apartamento, azotando la puerta detrás de él.

Durante cada momento hasta que estuvo fuera, Marc lo siguió con la mirada, y con Jake finalmente ausente, pudo soltar una risa más sonora.

Steven levantó su pequeña cabeza hacia el mercenario y soltó un pequeño maullido para anunciar que quería su atención.

Marc se acercó y lo levantó entre sus brazos, sintiendo las vibraciones de su dulce ronroneo —acabas de patearle el trasero al asesino más despiadado que existe— Marc tenía una pequeña sonrisa en sus labios —creo que te mereces algo rico de comer.

El mercenario llevó cargando a Steven a la cocina, a darle una golosina especial para gatos.

Si Steven podía entender aún algo de lo que sucedía, debía saber que tanto Marc como Jake lo seguían amando profundamente.

𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤 • 𝕄𝕠𝕠𝕟 𝕂𝕟𝕚𝕘𝕙𝕥 • 𝕍𝕠𝕝𝕝 𝕀𝕀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora