Capitulo 0: Un legado que mantener

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En un planeta lejano, muy, muy lejos del sistema solar se libraba una guerra o bueno... los finales de esta — ¡Cuidado! — un grito se escucho antes de ser golpeado por una energía roja — Malditos... ¡Nadie puede detenernos, somos la ir-! — un mazo gigante aplasto al sujeto reventando su cuerpo

¡Rápido! ¡Acabemos esto! — los atacantes se reunieron, la batalla en el planeta Ysmault estaba en su apogeo, la atmosfera del planeta ardía con intensos destellos esmeralda y carmesí, mientras las fuerzas de los Linternas Verdes y los Red Lanterns se enfrentaban en una lucha titánica.

Los gritos de rabia y los rayos de energía roja, se desvanecían con el paso del tiempo en medio de este caos, un grupo de Linternas Verdes avanzaba de manera implacable, liderados por Kilowog, orgullosamente avanzaban con firmeza, pues su objetivo casi era logrado el cual era: erradicar la amenaza de los Red Lanterns de una vez por todas.

Los Red Lanterns, conocidos por su furia incontrolable y su poder destructivo, estaban siendo eliminados, pues tras haber destruido 5 sistemas solares los guardianes junto a otros grupos de linternas decidieron que era momento de ponerles un final.

La resistencia de los Red Lanterns comenzaba a desmoronarse, los cuerpos de los caídos, tanto verdes como rojos, yacían esparcidos por el campo de batalla mientras el poder de la ira se extinguía lentamente.

Atrocitus, el temible líder de los Red Lanterns, y Dex-Starr, su leal compañero felino, se encontraban gravemente heridos, Atrocitus había recibido un golpe devastador que lo había dejado con una enorme herida en su costado, mientras que Dex-Starr apenas podía moverse, con su pelaje azul empapado de su propia sangre.

Conscientes de que la derrota era inminente, se arrastraron hacia una cueva oculta, apenas visible entre las rocas y escombros. Atrocitus, jadeando de dolor, utilizó sus últimas fuerzas para sellar la entrada con una barrera de energía roja, intentando ganar tiempo, aunque sabia que este era su final

Dentro de la cueva, la atmósfera era sofocante y cargada de tensión. Atrocitus, apoyado contra la fría pared de roca, miraba a su alrededor con ojos encendidos de rabia, desesperación y un sentimiento más. Dex-Starr se acurrucaba a su lado, lamiendo sus heridas con lentitud.

Esto no puede ser el fin gruñó Atrocitus, su voz resonando con profundidadNo podemos dejar que nos destruyan. No así

Dex-Starr, aún en su forma de gato, maulló débilmente en respuesta, su mirada fija en su líder. La lealtad inquebrantable en sus ojos era evidente, incluso en su estado debilitado.

Afuera, los Linternas Verdes se acercaban, su determinación era notable, consciente de que dejar a Atrocitus escapar significaría un riesgo futuro.

Sabemos que estás ahí, Atrocitus declaró uno con firmeza Ríndete ahora y déjanos acaba con esto de una buena vez por todas

Dentro de la cueva, Atrocitus dejó escapar una risa antes de quejarse del dolor ¿Rendirme? Los Red Lanterns no se rinden murmurando respondió, entonces noto como su anillo parpadeaba

Los Linternas empezaron a rodear la entrada, preparándose para romper la barrera y acabar con lo que quedaba de los red Lanterns, Atrocitus sabía que no tenían mucho tiempo. Miró a Dex-Starr, sus ojos se agrandaron de sorpresa al ver que sus ojos estaban reflejando una mezcla de tristeza y miedo.

Entonces cuando se detuvo a pensar el porqué, por primera vez en su vida, Atrocitus sentía algo más que ira, algo que hace años no había experimentado: miedo. Miedo por su vida, pero sobre todo miedo por el futuro de los Red Lanterns, por el legado de rabia y venganza que había construido, todo se iba perder. Miró a Dex-Starr, sus ojos normalmente llenos de furia ahora reflejaban una profunda angustia por su futuro.

Furia Roja: La Llama del Heroísmo (En hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora