Capítulo 9: una buena noche con final amargo.

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—Ya es de media noche. Princesa, hora de irnos.

Hago una mueca.

—Vuelve a decirme princesa y te roció con agua bendita.—amenazo.

Reprime una carcajada.

—Ya vas sacando tu carácter, eh.—dice divertido.

—Cállate y vamos.—voy a salir por la ventana.

—como usted quiera, mi lady.

Freno, y me giro para fulminarle con la mirada.

—¿qué?—me mira incrédulo.—¿tampoco puedo decirte mi lady?

—llámame como te dé la gana, pero sal ya.

Sonríe, satisfecho.

—Vale mi lady.

Salgo negando con la cabeza. Este chico es como un niño de cinco años. Unos segundos después aparece frente a mi.

—date prisa.—ordena, mientras mira el reloj invisible en su muñeca.

—serás...—me callo antes de terminar.

—¿seré...?—me incita a terminar.

No digo nada y él se ríe.

Bajo primero yo y él parece abajo, no me acostumbro a verle desparecer y parecer. Después de caminar por bastante tiempo paramos frente a un de edificio abandonado.

—¿qué hacemos aquí?—pregunto mientras lo observo.

Algunas ventanas están rotas, por no hablar que falta trozos de paredes. Parece que se fuera a derrumbar en cualquier momento.

—tienes que entrar.

¿Qué? ¿Yo? ¿Sola?

No puedo creer esto.

Lo miro sin entender.

—¿te quedas aquí?

—Yo no puedo entrar Caroline.—al ver que no digo nada, suaviza su expresión.—Tienes que hacerme este favor.

Suspiro profundamente mientras pienso miles de cosas que pueden ocurridme ahí dentro.

—¿qué tengo que hacer?

—Es un hospital abandonado, así que solo tienes que ir a la sala nueve. Ahí tienes que buscar algo de color azul.

—¿de color azul?—frunzo el ceño.—¿cómo se que es lo que tengo que buscar?

—cuando lo veas lo sabrás. Venga, te espero aquí.

—Que fácil parece cuando lo dices tú.—murmuro.

—Lo es.

Voy a dar un paso y me agarra del brazo y lo miro.

—No hay peligro ahí dentro. —asegura.—No te dejaría entrar si lo hubiera.

Asiento.

Sin decir nada más entro por la puerta, todo está oscuro pero en el fondo logro ver unas luces parpadeando. Que mal rollo da esto. Papeles tirados por el suelo, las paredes tiene grafitis por todas partes. Se nota que esta abandonado. Subo por las escaleras hasta el primer piso. Este paso está más alumbrado, gracias a dios. Sigilosa camino por este, atenta a las puertas. Uno...dos...la siguiente no tiene número, está borrado. Miro la siguiente y pone número cuatro así que algunas no tendrán marcado el número, tendré que averiguarlo yo. Cinco...no tiene la siguiente, tampoco la siguiente. Ocho...y nueve. La puerta está entre medió abierta, le doy un pequeño empujón suave, con cuidado entro. Tengo el corazón en la garganta. Hay una cama con una sábana y almohada encima, el color de esta es amarillento, es notorio que hace mucho tiempo que esto está así. Algunos papeles lanzado al suelo, pero no son como en el primer piso, son de color rosado... me agacho y agarro unos cuantos. Puedo distinguir que están escritos a bolígrafo.

En otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora