Me desperté a media noche, me levanto de repente. Escucho las voces determinadas de mis padres, están discutiendo. Me levanto de la cama y voy hacia la habitación donde están. Desde fuera de la puerta logro escuchar que están muy alterados. Abro la puerta caudalosa.
—!Ya lo hemos hablado!
Papá estaba muy cerca de papá gritándole cosas. Al instante en que abro la puerta se dan cuenta lo dos y se quedan callados.
—¿qué pasa...?—pregunto en un hilo de voz.
—Caroline, vuelve a dormirte.—dijo Papá.
—¿qué ocurre?
—Cariño, vete a dormir. Papá y yo estamos hablando las cosas. No te preocupes.—asegura, con un intento de tono suave que caracteriza tanto a mi madre, aunque no se disimula ese matiz de fastidio.
—No. —la miro a los ojos.—¿Que pasa mamá?
Nunca quieren que les escuche discutir, o simplemente hablar entre ellos cuando están en la habitación. Estoy cansada de ser un cero a la izquierda, soy su hija quiero saber las cosas.
—Vete a la habitación, porfavor. Obedece.—pide papá, por su tono de voz se nota la súplica.
—He preguntado algo. —insistí.—¿Qué pasa, papá y mamá?—los miro a los dos, pero ninguno parece que vaya a responderme.— Tengo derecho a saberlo.
—Te hemos dado una orden. Sino obedeces a tus padres pasarás dos dias en el sótano. Ya sabes las reglas de esta casa.—recuerda papá, su mandíbula ya está tensa, su paciencia se desvaneció de un momento a otro.
—¿¡porque no me contáis nada!?—reprocho, e intento calmarme al instante—¿No confiáis en mi?
—Son cosas de mayores. Algún día...—
—¡algún día! ¡Algún día! —interrumpí con la paciencia por los suelos. Esto es tan a menudo que ya no puedo contenerme.—¡Siempre lo mismo!
—cálmate...
Mamá da un paso al frente con cautela.
—¡no! ¡No entiendo porque no confiáis en mi!—las lágrimas se deslizan por mis mejillas.—hago todo lo que me pedís...
—cariño. Voy a ir a por tus pastillas...las necesitas ahora—mamá coloco su mano en mi mejilla, dándome ese acto como apoyo —¿vale?
Sin esperar respuesta mamá va a buscarlas. Sollozos se escapan de mi garganta, llenando la habitación. Papá se acerca y me abraza acariciándome la espalda.
—Tranquila, todo está bien.
En tan solo unos segundos mi madre ya tenía las pastillas entres sis manos, frente a mi. Medió una y me la lleve a la boca y bebí agua y la tragué. Después de unos instantes ya me sentía más relajada. Cada vez más.
—Ahora descansa. Todo está bien.—me dio una sonrisa afable.
Me fui a mi habitación sin ganas. No siento absolutamente nada. Los párpados me pesan pero no quiero dormir...escuché tres golpes al cristal de la ventana. Me levanto y voy a ver, aparto las cortinas, me sorprendí al ver al chico de la ventana.
Abro la ventana.
—hey. Buenas noches.—saluda.—¿va todo bien?
—Eh..buenas tardes...noches. —intenté que mi voz saliera bien, con todo mi esfuerzo pero fallé.—Todo genial.—levantó el pulgar.
Frunció el ceño.
—Hace dos minutos he escuchado gritos. ¿Estas segura? —insiste, su voz es grave pero relajada.
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En otra vida
غموض / إثارةCaroline, una chica que nunca salió al mundo exterior. Cuando puso un pie fuera y conoció el mundo, su vida cambió por completo.