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Los días pasan y la frustración en Dre crece cada vez más con la actitud de Cheng.
Dre jamás imagino que esas palabras que Cheng le había dicho se harían realidad.
Pero las estaba cumpliendo, para decepción de Dre.
Y para colmo, unos tipos de otra escuela empezaron a molestarlo desde hace dos días.
Solo lo atacaban con palabras, con comentarios racistas para ser exactos.
Dre trata siempre de ignorarlos, ya que su maestro Han le enseño que solo debería usar su kung fu para una situación realmente importante.
Incluso cambió la ruta para regresar e ir a su casa. Quiso simplemente darles la vuelta pero parecía que esos tipos lo buscaban una y otra vez.
Hoy no fue la excepción.
Dre salió de la escuela estresado, Cheng lo ignoró completamente cuando se encontraron en el comedor.
A Parker le dolió pero supo disimular.
Y ahora iba camino casa, pensando en mil cosas.
Dre se dió cuenta que detrás de el venía Cheng y su dos amigos. Por un momento creyó que le hablaría o algo. Su momento de emoción se rompió cuando frente a el aparecieron los cuatro tipos que le habían empezado a molestar.
Claramente no venían con tan buenas intenciones. De eso estaba seguro.
Dre se detuvo cuando los chicos se le acercaron.
Volteó hacia atrás solo para ver como Liang apuntaba a su dirección y Cheng lo miraba, solo fue por unos segundos. Después de eso Cheng lo volvió a ignorar, los tres asiáticos se fueron por otro camino. Dejándolo completamente solo.
Lo último que Dre vió fue la mirada cargada de lástima que Liang le había dado.
Dre no supo que decir.
¿Realmente Cheng lo había dejado solo con esos tipos? Sin siquiera importarle si lo golpeaban o algo.
Ni siquiera lo defendió.
Dre pareció llegar a su límite con eso.
Cuando el tipo frente a el le grito algo que Dre realmente no entendió, mando todo su autocontrol a la basura.
El segundo chico soltó el primer golpe, Dre lo esquivo con mucha facilidad.
Lo siguiente que pasó fue una pelea de cuatro contra uno.
Al final Dre solo supo que los tipos tendrían feos moretones por todo el rostro al día siguiente. Pero al diablo, se lo merecían.
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Cuando estuvo cerca de su departamento, se sentó en las escaleras. No quería entrar a su casa.
Dejó escapar un suspiro, de alguna manera se sentía decepcionado por la nueva actitud de Cheng.
O más bien, algo más estaba herido.
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