ecilpmoc

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tristeza. eso fue lo primero que notó noni cuando se encontró con juan en los pasillos del subterráneo.

-¿en donde te habías metido?- preguntó juan sin ánimos en la voz.

-me perdí por los túneles- mintió con razón -es sencillo extraviarse cuando esta tan oscuro.

tras escucharlo, el de lentes solo asintió antes de encaminarse hasta el dormitorio que compartían y noni lo siguió sin hacer el más mínimo ruido.

-no pude encontrarlo, noni.

al mencionado le resultaba ridículo el sentimiento de culpa que tenia en el pecho. apenas estaba conociendo a su compañero, pero le fue inevitable sentir algo de remordimiento mientras veía la postura derrotada de este.

apenas estaba comenzando el engaño y ya se estaba contagiando por la amargura de su compañero.

-no deberías buscar a alguien que no quiere ser encontrado- dijo cuando ambos se estaban metiendo entre las mantas.

-parece que esta buscando algo, pero no es un ladrón- juan hablaba con seguridad, pero sus ojos no conectaron con los de noni -los ladrones no se te quedan viendo mientras finges dormir.

noni no supo que responderle. el príncipe debía crear sus propias cartas de mentiras.

ꪆ୧

el entrenamiento inicio con normalidad luego del desayuno.

juan le agradeció a karchez cuando este se ofreció a acompañarlo en el entrenamiento cuerpo a cuerpo, pero tuvo que ocultar sus nervios cuando el silbato de tanizen resonó en el cuarto de entrenamiento.

karchez era más grande y fuerte que él, sin embargo, pudo concentrarse lo suficiente para lanzarle un puntapié que logro llegar hasta la altura de los ojos. el peliblanco se tambaleó un instante, pero se recobró a tiempo para acertarle un golpe al abdomen de juan.

tanizen los miraba a ambos con una sonrisa disimulada. eran notables los avances que todos sus subordinados estaban logrando en tan poco tiempo. karchez estaba dejando atrás su torpeza, y lograba manipular su fuerza como antes le resultaba imposible.

pero quien tenia maravillado al hombre era juan. su fuerza, flexibilidad y agilidad habían mejorado a pasos agigantados, tanto así que tenia la certeza de que muy pronto podría hacerle frente a cualquier mosquetero de alto rango y salir vencedor.

resultaba una lástima que el muchacho no fuera consciente de ello. juan sentía que le faltaba mucho por aprender, y demasiado que arreglar de si mismo para ser un verdadero mosquetero.

juan creía que jamás podría pensar en si mismo y sentir que la imágen estaba completa.

el moreno recibió otro golpe del castaño, y este estuvo a punto de arremeter de nuevo contra su amigo para darle fin al entrenamiento. sin embargo, los ojos del más bajo se desviaron hacia la puerta, y se quedaron allí clavados el tiempo suficiente para que karchez viera la oportunidad de darle un puñetazo en el rostro que terminaría dejándolo en el suelo.

-¡juan!- gritó tanizen con preocupación al ver la sangre escurriendo por la nariz del muchacho.

karchez se apresuró en brindarle una mano para que se levantara, pero su gesto fue cordialmente negado por el chico que seguía mirando la entrada del cuarto.

trató de pensar que no era una alucinación, y se sintió indiscutiblemente aliviado cuando m
notó que todos los demás se hallaban observando lo mismo que el.

el intruso miró a cada uno de los presentes antes de comenzar a caminar con la cabeza en alto, pero la realidad era que hacía un esfuerzo para que el temblor de sus labios no se hiciera notar. notó la mirada perpleja de juan, y supo que ya era demasiado tarde para salir corriendo cuando se paró en medio del cuarto y toda la atención se centró en él.

-soy spreenDMC- dijo sin rodeos.

pero al instante se encontró con la imagen de noni reprochandole eso que los demás desconocían -y quiero entrenar junto a ustedes.

tanizen lo evaluó de pies a cabeza.

-¿qué puedes tener de especial para formar parte de esta guardia?

-no tengo nada- dijo, sus ojos miraron a noni con súplica para no ser delatado -tampoco soy algo más que un simple jardinero.

el mayor pudo seguir inspeccionando la presencia de spreen en su guarida secreta, pero entonces, una macabra idea le llegó a la cabeza.

-juan- el nombrado salió de su trance para finalmente levantarse del suelo -toma tu espada, lucharás contra él.

a todos les tomo por sorpresa la orden del líder, incluso se enviaron miradas expectantes entre ellos. pero juan no titubeó para acercarse hasta la zona de armamento y tomar la espada que le pertenecía.

estaba impresionado. estaba frente a aquel extraño, a segundos de enfrentarse, pero la situación parecía tenerlo sin cuidado.

no lo conocía, no sabía las razones que el pelinegro tenía para estar merodeando por los túneles secretos y espiarlos incluso en las madrugadas. juan solo tenía la certeza de que ganaría el duelo, y reclamaría las respuestas a sus dudas como premio.

-cuando quieras.

spreen tomó con agilidad la espada que tanizen le lanzó, y se posicionó frente a juan mientras los demás se ubicaban alrededor para ver el combate.

tanizen hizo sonar el silbato de nuevo, y la pelea dió inicio.

el sonido del acero empezó a presentarse, y los aprendices no tuvieron ninguna duda de que spreen parecía ser un oponente a destacar. se notaba la fuerza que poseía, su agilidad para leer los movimientos de juan resultaba peculiar e impresionante.

no parecía una batalla, sino una coreografía improvisada.

pero juan no estaba dispuesto a perder, mucho menos ante el muchacho que se habia atrevido a interrumpir sus sueños cada noche desde hace una semana. así que reforzó el agarre que tenía en su espada y atacó de nuevo con movimientos más precisos y elegantes ante los ojos de sus compañeros, cambio el ritmo sin previo aviso hasta que logró enredar la espada del contrario con la suya.

una espada terminó en el suelo, pues el nuevo príncipe había perdido.

nadie habló cuando spreen se dispuso a recoger el arma que se le había otorgado, tampoco se escuchó algo cuando las manos de juan se adelantaron en tomar el objeto para sostenerlo frente al perdedor de aquella pequeña disputa.

por primera vez pudo mirarlo de cerca, sin el movimiento agresivo de sus cuerpos atacando. juan se grabó todos los detalles de spreen antes de poner la espada en alto con la intención de devolvérsela. el de ojos violetas la agarró por el extremo de acero, sin importarle lo imprudente o peligroso que pudiese resultar. sin embargo, juan aún no tenía planeado soltar el arma.

-tus manos son muy lindas, no parecen las de un jardinero.

spreen ni siquiera pudo pensar en algo antes de que el castaño soltara la espada y decidiera salir del cuarto de entrenamiento. se quedó allí, sin razón ni motivo.

-puedes quedarte -escuchó por parte de tanizen- estás a prueba.

agradeció con un simple gesto, y antes de comenzar su primer entrenamiento se quedó mirando la puerta por donde solía espiar en silencio.

era un mentiroso, un príncipe con un nombre inventado. pero de algún modo, era lo único que le quedaba.

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⏰ Última actualización: Jun 10 ⏰

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juan y los tres mosqueteros ★ spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora