O8 | El día.

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El día ( 18+ )

¿Estaba listo? No tenía ni la más mínima idea, pero ese día tenía que serlo, guardar su miedo en más profundo de mente y hacer lo que tenía que hacer

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¿Estaba listo? No tenía ni la más mínima idea, pero ese día tenía que serlo, guardar su miedo en más profundo de mente y hacer lo que tenía que hacer.

Se había preparado, o eso creía, no era muy fan de meterse un dildo un día fuera de su celo, era más extraño y menos placentero.

Sí, ese día iba a dar un siguiente paso en la relación. Había agradecido de que su alfa no le hubiera presionado por eso, desde el día en que lo había dejado fuera de su cuarto, casi toda la noche.
En fin, él se lo había buscado así que no tenía nada de que quejarse.

Tenía una cita esa noche, en la casa del moreno, comida hecha por él, y estaba conforme con eso. Una vez Derek le había preguntado porque nunca había pedido una cita en algún restaurante o algo.

La respuesta era simple en realidad, al vivir casi como un ermitaño no se sentía cómodo en un lugar con muchas personas, por eso preferiría comer en casa, además, estaba seguro que las cenas en esos restaurantes caros no se iban a comparar con las que hacía su alfa.

Había acabado de salir del baño, buscó en su cajón de ropa interior, dejando de lado los de Star Wars, sacó unas bragas de encaje negro, un poco apretadas adelante y la parte de atrás era algo fina.

Buscó una ropa cómoda y sexy para la noche, hacía un poco de frío así que optó por un jean ajustado que resaltaba sus regordetes muslos. Una camisa de mangas cortas junto a una chaqueta y sus botines.

En su mochila metió un cambio de ropa para la noche y otras cosas más. Salió hacía la casa del alfa, de verdad estaba pensando en mudarse con el, puede que esa noche se lo mencione.

Minutos después, ya en la puerta principal de la casa del moreno, tocó el timbre, fue abierta a los segundos. Miró como el alfa le iba a decir algo, pero se quedó en silencio cuando lo vió, con una expresión sorprendida en su rostro.

Sonrió algo nervioso, caminó hasta quedar cerca y dió un pequeño beso en los labios del alfa. Después simplemente caminó hacia dentro meneando sus caderas.

—Huele bien Der, ¿Es Salsa lo que preparas?— preguntó colocando su mochila en uno de los sillones del recibidor, vió como el cachorro corría hacia el con una sonrisa en su carita.

—¡Mamá, mamá!— exclamó el cachorro alzando sus manitas y el pecoso lo alzó gustoso.

—Mi pequeño, ¿Ya cenaste, quieres comer?— Stiles lo apapachó con cariño haciéndolo reír, volteó hacia el alfa, quien parecía haberse quedado sin habla.— Der, ¿Simon ya comió su papilla?

El Omega podía sentir esa mirada verdosa devorarlo, recorriendo de arriba abajo su cuerpo por completo. Lo vió tragar saliva y asentir lentamente.

—Sí, ya comió su papilla.— fue lo que contestó al final, e Stiles asintió, pero Simon palmeó los pechos del castaño, eso significaba que quería comer más.

¿Mamá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora