The Alchemist

Capítulo 18

Estaba confundida cuando Carlisle negó con la cabeza. "No es del todo cierto. He estado haciendo algunas pruebas en tu sangre y ahora eres como un 95 % humana y un 5 % vampira. Antes del ataque de James, eras un 2 % vampira. Aunque sacamos la mayor parte del veneno, ya estabas un poco convertida".

"Sin embargo, los rastros de veneno no eran solo de James y de quien te atacó la primera vez. Eran de Jasper y de quien lo sacó de tu sistema la primera vez. Emmett me dijo que estabas experimentando algunos pequeños cambios en tu vida diaria, ¿verdad?" Preguntó.

"Sí, solo que mis sentidos eran un poco más agudos y mis reflejos también, pero eso es todo". Confirmé.

"Aunque quiero que vivas tu vida al máximo, me preocupo por ti. ¿Y si cambias más? Quiero decir, estas pequeñas cosas probablemente sucedieron sin darte cuenta al principio. ¿Qué pasa si el resto sucede así también, como la sed de sangre o si pierdes el control sobre tu fuerza y haces daño a alguien por accidente o peor?" Y es por eso que puedo respetar la opinión de Carlisle más que la de cualquiera de las que escuché antes. No es solo porque él piense que yo iría por ahí contándole a todo el mundo sobre ellos.

"Ahora, esto es algo en lo que tendría que pensar antes de decidirme. Además, ni siquiera voy a ir durante al menos un año. Entonces, ¿qué tal esto? Dependiendo de si ocurre algún cambio, y del tipo de cambio, decidiré si voy o no a Italia. Me conoces lo suficientemente bien como para saber que no expondría vuestro secreto. Más aún ahora que me hablaste de vuestros gobernantes".

"Supongo que es un buen trato. ¿Te importaría dejarme hacerte un análisis de sangre de vez en cuando para ver si tu 5% crece más?" ¿Vi algún tipo de curiosidad y emoción en sus ojos?

"En realidad no, si te ayuda, déjame tomar mis propias decisiones". Me encogí de hombros.

"Entonces, señorita Swan, has conseguido un trato". Jasper entró y me dio su teléfono.

"Él quiere hablar contigo". Se lo quité.

"¿Hola?" ¿Quién sería?

"Leona, es Peter Whitlock. El tipo que conoces como P.W". Ah, el tipo que prácticamente me expuso la existencia de los vampiros.

"Oh, hola". No sabía cómo sentirme al hablar con este tipo.

"Escucha. Es hora de regalar esa etiqueta de perro tuya. Ya conociste a la persona a la que debería pertenecer. Tiene que suceder esta semana, de lo contrario será demasiado tarde". Eso me confundió.

"¿Quién es?" Pregunté.

"Jasper". Jasper se sintió tan confundido como yo. Al menos la mirada en su cara me hizo pensar que sí.

"¿Y no podrías habérmelo dicho antes porque?" La gente que no me decía estas cosas era una de las cosas que me molestaba.

"Las cosas tenían que pasar. Ah, y no te preocupes por Italia. En realidad, sería mejor que fueras a que no". Él respondió solo confundiéndome más.

"¿Cómo lo sabes con seguridad?" Probablemente por una especie de regalo.

"Mi regalo es como el del duendecillo, pero mis 'visiones' no se basan en la toma de decisiones, así que sé lo que se supone que debe pasar pase lo que pase. Simplemente no siempre sé por qué". Tenía razón.

"Lo entiendo". En realidad no, pero había terminado.

"Sin embargo, no puedo esperar a conocerte. Nos vemos en dos años". Colgó así. Eso fue extraño, pero bastante interesante.

"¿Por qué Peter quería que me dieras una etiqueta de perro?" Jasper preguntó.

"No lo sé. Todo lo que sé es que es lo que Frank estaba buscando. Un segundo". Fui a mi bolso y saqué el artículo mencionado, dándoselo. "Aquí tienes". Se lo di y leyó el nombre en él, probablemente estaba recordando si conocía al tipo.

No dijo mucho al respecto, así que volví a patearle el culo a Emmett en los juegos. El resto del verano disfruté del tiempo libre. Seguí haciendo ejercicio porque me gustaba mantenerme en forma, así es como conocí a Sam, Paul y Jared, los primeros lobos de esta generación. Estaba en mi motocicleta y encontré un acantilado en La Push. La vista desde allí era hermosa y la dibujé mientras me tomaba un descanso para almorzar sentada debajo de un árbol.

"Buenas tardes". Me di la vuelta viendo a tres chicos. Todos eran de La Push. Se acercaron a mí con cautela. Como si estuvieran preocupados de que haría algo.

"Hola". Saludé.

"Mira, Sam, te dije que no era suicida. Ella solo está dibujando la vista". Uno de ellos dijo cogiendo mi cuaderno de bocetos.

"Oye, devuélvemelo, aún no he terminado". Dije levantándome.

"Esto ya está bastante bien. Tienes talento, señorita..." el tipo habló revisando los dibujos. La mayoría consistía en constelaciones o la criatura que las representaba como un escorpión para Escorpio o un tipo con una ánfora vertiendo agua para Acuario. Algunos eran de Charlie y Bella, uno de Renee, la casa y los Cullen.

"Leona. ¿Puedo recuperarlo, por favor?" Tal vez la cortesía funcionaría.

"¿A qué renunciarás por ello?" El tercer tipo agarró el libro.

"Una patada en las nueces si no lo haces". Ahora estaba molesta. Mi cuaderno de bocetos significaba mucho para mí.

"Qué boca tan sucia para una niña pequeña". Se burló.

"No me pruebes. Chico". Seguía sosteniendo el libro sobre mi cabeza. No era el más alto, pero era más alto que Bella, pero todavía no podía alcanzarlo.

"Paul, devuélvelo. El libro es claramente importante para ella". Sam dijo. El primer tipo le quitó el libro a Paul.

"Sam, ella también los dibujó". El que aún no conocía, dijo. Sam devolvió el libro y yo estaba un poco nerviosa por la forma en que manejaban las páginas. No quería que mis dibujos se rasgaran.

"Esta familia, ¿estás cerca de ellos?" Sam me mostró una foto familiar de los Cullen. Lo había hecho dos veces. Uno estaba en la oficina de Carlisle.

"Sí, los hijos mayores son mis amigos". Me entregó el libro y alisé todas las páginas antes de guardarlo.

"¿Eres la hija del jefe Swan?" El primer tipo preguntó.

"La mayor, pero adoptada, sí". Seguía diciendo eso, aunque podría decir fácilmente que soy la media hermana de Bella. Realmente no sé por qué no hago eso.

"Veo. Supongo que está bien siempre y cuando no vengan aquí". Después de eso parecían un poco más amables.

"Leona". Me di la vuelta. Frank estaba cerca de mi motocicleta. Pensé que se había ido.