2-Bienvenido al infierno

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Su siguiente tarea por lo menos había sido mejor que la limpieza de celdas. Tenía que responder las llamadas de la línea de emergencias.

Bueno, no es que hubiera muchas emergencias ese día.

Una joven mujer se quejaba de que su ex novio estaba asechando su casa, otra llamada había sido de una mujer senil que había perdido su reloj. Tres minutos después de la conversación tuvo que preguntar para que había llamado. Pero Hyunjin no se quejaba, y si lo hacia la oficial Bäcker de seguro lo pondría a limpiar más celdas, por lo que mantuvo la boca cerrada.

Hyunjn ya no había pensado en el prisionero y su penetrante mirada. Se estaba preparando para ir a casa cuando los cinco recién llegados entraron al vestuario quitándose el uniforme.

—¿Alguien tuvo algo interesante el día de hoy? Porque yo no tuve nada.—Dijo Jeongin sentándose en un banco mientras se masajeaba el cuello.

—Ella tuvo que vigilar a los prisioneros que venían del patio trasero—dijo Hyunjin señalando a la pelirroja que asintió con orgullo.

Jeongin la miro con clara envidia en los ojos.

—¿Como fue? ¿Estaban todos locos y apretaban sus nudillos cuando los volteabas a ver?

—Esta no es una película Jeongin—dijo el rubio negando con la cabeza. Hyunjin sabia que su nombre era Han y podía ver que era él quien tenia más de policía que todos los del grupo.

—Pero aún así.

—Ellos estaban bien, en realidad.—Hablo la pelirroja soltándose su cabello de la coleta.—No creo que con los que estuve sean asesinos ni nada. Probablemente sólo conductores ebrios y ladrones de bolsa.—Agito su cabello y desarrollo su camiseta azul, tirándola a un lado, sin importarle que hubiera cuatro hombres en la habitación mirándola.—Quiero decir, que si fueran peligrosos estarían custodiados por más guardias, ¿no lo creen?

Entonces, ¿Por qué el muchacho que había visto tenía dos cerraduras? Se preguntó el pelinegro a sí mismo. Un conductor ebrio o un ladrón de bolsas no necesitan de eso.

—Pero aún así.—Suspiro Jeongin, Hyunjin reprimió una risa al darse cuenta que la mirada del chico no estaba en realidad en los ojos de la pelirroja—es mejor que traer la comida y patrullar en los pasillos.

—Palabra—dijo Han cruzándose de brazos.

—Sin embargo, uno de ellos era espeluznante.—dijo la chica poniéndose el suéter. Jeongin parecía decepcionado—me estuvo mirando por detrás de su cabello. Al final estuve a punto de golpearlo.

—¿Fue el 815 cierto?—dijo Jeongin disminuyendo el tono de su voz como si estuviera contando una historia de terror.

—Si, fue él—la chica vaciló. Hyunjin volteó a ver a la chica esperando que dijera algo más.

—¡¿Qué?!—dijo Jeongin frunciendo el ceño—. El 815 estaba aislado en una zona, eso es lo que escuché. ¿Le están permitiendo ahora estar junto con los demás presos?

La chica se encogió de hombros, no parecía saber cuál era el problema.

—¿Qué esta mal con el 815?—pregunto Hyunjin, siendo el centro de atención.

—Él no sabe nada del 815—declaro Jeongin con incredulidad—. ¿Qué persona que estudia para ser policía no sabe nada acerca del prisionero 815?

Hyunjin se sintió estúpido.

—Ella tampoco—acusó, apuntando a la chica.

—Fui a la escuela en Inglaterra, ¿como se supone que debería saber?—dijo a su defensa.

Prisionero 815 |HYUNLIX|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora