Fue raro, no pude llorar,
pero mi alma estaba
hecha pedazos.★𖤓♡︎🀥★𖤓♡︎🀥★𖤓♡︎🀥
Diciembre 1918, Aldea de Sombras
Me miré frente al largo espejo en el baño, podía notar algunos huesos sobresaliendo por lo poco que comía, pero nada más que eso. Suspire aliviada de no tener nada adicional después de mi cambio.
Comencé a vestirme con calma y movimientos lentos para no resbalar y caer, Helio nos había hecho una invitación para cenar con ellos y Miranda creyó que lo necesitaba. Aunque no lo negaría, él era un hermano para mi y apreciaba que a pesar de todo lo nuevo y lo raro, él no se alejara de nosotras.
—Dragă, ¿Estas lista? — Miranda abrió la puerta y se asomó ligeramente —Nos queda media hora, ¿Necesitas ayuda? — Ella entró al baño cuando asentí y se acercó con cuidado de no tirar nada por accidente con sus alas.
—Aún me resulta raro verte con esas nuevas adiciones, pero sigues siendo hermosa — Me dio una sonrisa dulce y tomé su mano, no necesitaba ayuda solo la necesitaba a ella —¿A parte de tus alas tienes otra cosa diferente en el cuerpo? — Ella pareció pensarlo antes de negarlo.
Eso era bueno, porque yo estaba agobiada sintiendo mi pecho vacío, mi forma de ver y sentir había cambiado tanto y en tan poco tiempo que todo era raro para mi.
Después de que desperté con Miranda a mi lado, no sentí nada, no más tristeza ni melancolía, simplemente fue calma, era como volver a ese lugar blanco en el que había estado. Mientras que los colores antes opacos a mi vista ahora eran tan nítidos que todo resplandecía de una forma encantadora.
Miranda envolvió sus brazos en mi cintura y recostó su barbilla en mi hombro, nos mire en el reflejo del espejo notando lo diferentes que estábamos a hace un año, ambas estábamos demacradas y demasiado delgadas como para ser sano.
—Sigues siendo hermosa para mi, pero realmente me gustaría que comieras un poco más — Murmuró en mi oído y no pude evitar estremecerme, una ligera sonrisa se dibujo en sus labios totalmente complacida —Se que aprecias a Helio como a tu hermano y me encantaria que aceptaras sus invitaciones para que coman juntos más seguido, no te quiero dejar sola en mis visitas al pueblo — Beso mi mejilla y espero pacientemente por una respuesta.
Atine a asentir aun perdida en lo raro que estaba todo en mi vida, me gire para verla y le sonreí con cariño. Me balanceo en sus brazos hasta que me libero y me di la vuelta por completo.
—Bien, pero aún tienes que llegar a casa temprano — Acepte sin mirarla a los ojos concentrandome en los mechones rebeldes de su pelo —Quiero por lo menos despertar contigo y cenar juntas, como mínimo... — Susurre y ella tarareo de acuerdo.
Ambas salimos de la casa unos minutos después, era tan raro volver a verla usando ropa que no fuera esa extraña túnica negra y que sus alas intentarán permanecer fuera de mi vista. Miranda tenía la impresión de que si la miraba directamente con ellas, me daría un ataque o algo parecido.
Aunque lejos de la verdad no estaba, tenía el extraño presentimiento de que si se mostrara como ahora es en todo su esplendor, perdería toda la calma que ahora tengo, incluso si no la pedí. Me sentía cansada de alguna manera, cansada de vivir para llevar mi pena.
Miranda había dejado aparentemente sus pensamientos de morir de lado, pero no podía evitar sentir cierta decepción al saber que ella no quiso quedarse conmigo, mi pequeña Eva era mi luz, pero no había pensado en dejar a Miranda sola para que cargara con la muerte de ambas, al menos no hasta que entre en contacto con la megamiceta.
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In the stars | Madre Miranda
RandomAtenea tenia todo lo que siempre quiso, una familia, pero tan pronto como lo tuvo se esfumo. Había conocido a Miranda mucho más que a ella misma, pero ahora desconocia todo de la persona frente a ella. - No quiero decir adiós, porque esta vez sera p...