𝑵𝑨𝑴𝑶𝑹𝑬-ⒸⓄⓈⓂⒾⒸ ⓀⒾⒹ/ⓅⒺⒹⓇⒾⓉⓄ ⓋⓂ

CD

Amanecía, el sol recién empezaba a hacerse notar cuando la deseada cantante rubia, había logrado quedarse dormida. No había podido pegar un solo ojo pensando en lo que i iba a responder a abmos mensajes, los cuales, no eran de cualquier persona.
llegaba el mediodía y Sabrina seguía hundida en un profundo sueño, lo que era lógico, en su situación, todos haríamos lo mismo, pero su sueño se vio interrumpido no como frecuentemente es por su alarma la cual ya había sonada pero ella ni siquiera la había escuchado, esta vez era el timbre.
Bastante des prolija y con sus tantas pocas horas de sueño se levantó a abrir la puerta, sin importarle su pelo revuelto, maquillaje corrido y un outfit que si bien era cómodo, para nada estético.

-Ya voy!- grito poco frustrada al no encontrar las llaves para abrir pero aun mas enojada por haberse despertado - A ver, ¿Quien rompe las pelo...?...¿Pedro? Que raro, ¿como tenés mi dirección?- se moría ahí, o de vergüenza o de amor.

-Perdón Sabri, ¿Estabas durmiendo?, pasa que como no me contestabas el mensaje de ayer, quise pasar directamente pero no me imagine que ibas a estar durmiendo. Perdón, otra vez.

La cara que Sabrina tenia era un poema, estaba entre ternura, sueño y un poco confundida también estaba. Que ella supiera, nunca le había dado su dirección.

Sabrina recien se habia oercatado de que Pedro, sostenía un ramo de flores en una mano y un disxo en la otra.
aún medio dormida, intentaba procesar la situación mientras sentía cómo su corazón latía más rápido de lo habitual.

-No te preocupes -dijo Sabrina, finalmente encontrando las llaves y abriendo la puerta de par en par -. Pasa, Pedro.

Pedro entró, mirando a su alrededor con curiosidad. Era la primera vez que estaba en la casa de Sabrina. La decoración era sencilla pero acogedora, con fotografías en las paredes que mostraban momentos felices de la cantante en diversos escenarios.

-Perdón por venir así de improviso -dijo Pedro, ofreciéndole las flores y el CD-. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien. Los mensajes de ayer me dejaron un poco preocupado ya que ni respondiste pero estabas conectada

Ella tomó las cosas sintiendo una mezcla de gratitud y nerviosismo. La última noche había sido un torbellino de emociones, y ahora tener a Pedro en su sala, mostrando tanta consideración, solo añadía más confusión a sus pensamientos.

-Gracias, Pedro. Es muy dulce de tu parte. Solo... Tuve una noche difícil. No podía dormir pensando en cómo responder al mensaje y ademas me llego otro, capaz colaboro con emilia mernes...¿entendes eso? Voy a morir aca. Perdon, te cuento todo esto y capaz ni te interesa, igual quiero saber ¿quien te dio mi dirección? -Emocionada o no, ella seguía confundida.

-no te creo! Obvio que me interesa Sabrina, además para que te quedes mas tranquila, fue Martín el que me paso la dirección.

Sabrina suspiró, sintiéndose un poco más aliviada. Colocó las flores en un jarrón y miró el CD, notando que tenía una portada personalizada.

-¿Qué es esto? -preguntó, levantando la vista hacia Pedro.

-Es un mix que hice con algunas canciones que pensé que te gustarían. Algo para animarte y ayudarte a relajarte un poco -respondió Pedro, con una sonrisa tímida.

-sos demasiado bueno conmigo -dijo Sabrina, sintiendo cómo su corazón se ablandaba-. No sé cómo agradecerte.

-No tienes que agradecerme nada -respondió Pedro, acercándose un poco más-. Solo quiero que estés bien.

Sabrina se sintió conmovida por su sinceridad. Miró el CD y luego a Pedro, preguntándose si tal vez él podría ser más que solo un amigo preocupado.

-Sabes, podría poner el CD ahora y escucharlo mientras preparo algo de comer. ¿Te gustaría quedarte un rato? -ofreció, esperanzada.Pedro sonrió ampliamente.

-Me encantaría, Sabri.

Mientras Sabrina se dirigía a la cocina para preparar algo sencillo, Pedro puso el CD en el reproductor. La música llenó la sala, creando un ambiente cálido y relajante. Sabrina se sintió más tranquila, sabiendo que no estaba sola.

Pasaron la tarde conversando, riendo y disfrutando de la compañía del otro. La presencia de Pedro, su consideración y su capacidad para hacerla sentir especial la ayudaron a dejar de lado las preocupaciones que la habían mantenido despierta la noche anterior. Aunque aún quedaban muchos mensajes por responder y decisiones importantes por tomar, Sabrina se permitió disfrutar del momento, confiando en que todo se resolvería a su debido tiempo.