Tras una larga noche donde, a decir verdad, no pude casi dormir de solo pensar en que todo volvió a ser como antes, de que por fin estábamos juntas otra vez, la alarma sonó para acabar con todos esos dulces sueños. Así que me levanté algo cansada e hice mi rutina habitual, con la gran diferencia de que acordé con Minji ir juntas al colegio. Así que era un bonus muy lindo en este día, que ya veremos cómo se comporta con nosotras.
Salí de mi casa y ahí estaba ella, sentada en las escaleras con sus auriculares grises y su pelo atado en una linda trenza que destacaba cada vez más sus lindos ojos. Como estaba de espaldas, no dudé en abrazarla por detrás, dándole una gran sorpresa.
"Te tardaste tanto. A decir verdad, ya esperaba quedarme aquí plantada".
"¿Crees que te dejaría plantada en nuestro día de reconciliación?"
"Bueno, basta de charlas. Llegaremos tarde" —dijo mientras se levantaba de las escaleras—.
Ambas tomamos rumbo hacia la escuela mientras compartíamos auriculares. No suelo hacer eso, pues me da un poco de asco, pero no creo que me suceda nada malo. El día estaba muy fresco, un poco frío a mi parecer. El viento chocaba en nuestras caras y movía nuestro pelo, haciendo que la linda trenza de Minji se desatara, cayendo un caucho al suelo.
"Ay no, tu trenza había quedado muy bonita" —me agaché y recogí el caucho con una cara triste—.
"Da igual, no importa. Solo quería innovar un poco más".
"Créeme, deberías hacerlo más seguido".
No obtuve una respuesta, pero su cara al oír eso ya fue más que mil palabras. Tal vez mi corazón estaba mucho más cariñoso de lo normal, pero debería entenderme, es mi única amiga y ya la quiero como una hermana.
Llegamos a la escuela y no pude evitar sentirme algo nerviosa, pero al Minji agarrar mi mano me devolvió un poco de la calma que escaseaba en mí en ese momento.
"¿Te sientes bien?" —preguntó mientras me miraba a los ojos fijamente—.
"Sí, tranquila, pero me das miedo. Tú no sé qué puede llegar a hacer Hanni y eso me asusta".
"No te preocupes por ella".
Entramos y casi instantáneamente los murmullos comenzaron y miradas comenzaron a fijarse en nosotras. Era algo nuevo todavía, pero ya me iba acostumbrando. A lo lejos pude ver a Haerin observándome con una cara triste. Olvidé por completo hablar con ella después de la pijamada.
"Suerte en tus clases, Minji" —la abracé y comencé a correr hacia Haerin—.
Al parecer Haerin no quería hablar conmigo, pues al verme correr hacia ella comenzó a alejarse. Pero necesitaba saber por qué estaba triste, así que la perseguí hasta llegar a la parte de atrás de los baños, donde logré agarrarla del brazo.
"Oye, ¿por qué estabas corriendo? ¿Qué pasa?"
"Creo que deberías saber por qué estoy molesta".
"Si hablas por no escribirte, lo siento, estuve muy ocupada".
"Sí, ocupada, pero di con quién".
¿Qué? ¿Acaso ella sabía que había hablado con Minji esos días? ¿Cómo pudo haberse enterado de eso? "¿De qué hablas?"
—Lágrimas comenzaron a correr sus mejillas mientras trataba de hablar—. "Ya sé que volviste a hablar con Minji y claro, no sé por qué no lo noté. Solo me hablabas porque estabas sola".
"Claro que no, Hae, yo te quiero mucho" —traté de abrazarla, pero me empujó—.
"Sí, pero nunca lo harás tanto como la quieres a ella. Traté de hacer todo lo posible para que sintieras cariño por mí, pero siempre se sintió forzado. Siempre parecías desconectada y ahora lo entiendo: siempre estuviste pensando en Minji".
"¿Cómo puedes decir eso? Claro que me gusta pasar tiempo contigo, Minji no tiene nada que ver".
"Sí, tiene mucho que ver, pues nunca vas a sentir algo por mí mientras ella exista. Siempre seré la segunda, no importa cuánto dinero gaste o cuánto amor yo te demuestre, solo buscas los restos que Minji te da".
"¿La segunda en qué?"
"Vamos, Danielle, deja de ser tan tonta. Tú sabes que la persona que llega a tu cabeza cuando te dicen amor es Minji".
"..."
"¿Ves? Ambas lo sabemos".
"Hae... ¿acaso estabas enamorada de mí?"
"Hasta que por fin lo entiendes. Todo iba bien hasta que me desperté por un sonido de tu celular y era esa estúpida. Debí borrar el mensaje mientras tenía la oportunidad, pero solo quería llorar. Pensé muy ilusamente que tal vez al otro día ibas a preferirme, aunque la realidad me hizo ver lo tonta que fui".
"Así que por eso estabas llorando. Hae, no sabía que te sentías así, pero no me gusta Minji. A mí no me gustan las mujeres. Perdón por confundirte".
"Ya no tiene caso seguir hablando. Por favor, no vuelvas a hablarme. Será lo mejor para ambas".
Solo podía quedarme observando mientras Haerin lentamente se iba.
De camino a mi salón estaba pensando sobre lo que Haerin había dicho. ¿Por qué ella piensa que me gusta Minji? Aunque tiene razón con lo de la palabra amor, es lo primero que se me viene a la mente. Y desde que volvimos a hablar, últimamente me he sentido extraña a su alrededor. Mi estómago me duele y me siento más feliz de lo normal. Tal vez algo me está pasando, aunque de seguro solo estoy confundida. Necesito tiempo para aclarar las cosas.
No me concentré para nada en clases. Dejando a un lado los murmullos fuertes y las bolas de papel golpeando mi cabeza, algo más invadía mis pensamientos. ¿Qué debería hacer? Nunca antes había tenido tantas dudas en algo así, pues nunca pensé en sentir algo por otra mujer. Aunque de seguro no sea nada y solo deba olvidar lo que pasó. Pero algo está claro y es que debo aclarar las cosas con Minji.