vergüenza

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Desde que llegó Sebastian a la casa de los Ivory Randal había agarrado la costumbre de molestarlo a modo de juego y diversión, tratandolo como la "mascota" que era este para el.

Todo bien hasta que el comportamiento del de lentes empezó a ser un poco más "cariñoso" y "coqueto" con su mascota.

Comenzó a darle de comer en la boca, con la excusa de que podría lastimarse o herirse con los tenedores o cuchillos, incluso con una insignificante cuchara, comenzó a insistir en ayudarle a bañarse, segun el como forma de cortesía o amabilidad, o incluso a ayudarle en tareas simples, como lavarse los dientes o cambiarse de ropa.

Algo lo cual hacía que Sebastian se incomodara o avergonzara bastante, siempre le decía que no, pero a Randal para ser honesto le importaba poco la opinión del otro, haciéndolo de todos modos.

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Hoy era una de esas veces en las cuales Randal le daba de comer a Sebastian en la boca, como siempre, el de pecas le había dicho que no, pero Randal lo ignoro.

-Deja de hacer eso...-dice Sebastián avergonzado

-Oh...vamos, es divertido, además, te podrías lastimar con los cubiertos-le respondió de forma juguetona el de lentes, mientras acercaba el tenedor con la cómoda hacia la boca de Sebastian.

Sebastian solo lo miro con cara de disgusto, mientras accedía a comer el bocado de comida que se dirigía hacia el.

-¿Lastimarme? ¡¿De que modo?!-le respondió algo frustrado después de tragar su bocado.- ¡Tengo brazos Randal! Soy lo suficientemente independiente y funcional como para hacer eso por mi cuenta sin lastimarme.

Después de que Randal escuchará la respuesta de Sebastian este solo lo miro confundido y sorprendió, no le dió respuesta.

Sebastian lo miro confundido al ver cómo el otro se quedaba callado, hasta que escucho una pequeña carcajada que salía de Randal.

-Entonces...¿tendré que cortar tus brazos para que me dejes hacer esto todo el tiempo?-pregunto de forma divertida mientras reía, aunque su mirada decía que era enserio la pregunta.

El de pecas, sabiendo como era el de lentes, lo miro con una mezcla de sorpresa y miedo ya que Sebastian sabía que Randal era capaz de cortarle las manos si a este se le apetecia.

-No...me refería a eso solo...-se quedó callado por unos segundos, mientras veía como Randal se le quedaba mirando fijamente con otra cucharada de comida en la mano para el-esta bien, puedes darme de comer en la boca las veces que quieras, solo no cortes mis brazos...-dijo nervioso evitando la mirada.

Randal solo se limito a reírse y darle seguirle dando la comida en boca, sonriendo de manera burlona y mirando a Sebastián con una mezcla de cariño y diversión.

Sebastian solo siguió comiendo hasta terminar su plato y retirarse del lugar, dirigiéndose hacia la habitación que "compartia" con el de lentes.

El de pecas estaba hartó de que Randal jugará y bromeara de esa manera siempre con el, lo hacía sentir avergonzado y nervioso de cierta manera, lo confundia.

Mientras tanto Randal al ver cómo se iba solo suspiro decidido a seguirlo para que jugarán juntos con sus muñecas.

Randal hacia eso por una única razón, estaba enamorado, enamorado de su "mascota", solo que el no sabía la manera correcta de expresarlo, por eso actuaba de esa forma con el, molestandolo, poniéndolo nervioso y jugando de esa forma. El de lentes quería ver la reacción de Sebastian para saber si de cierta forma era correspondido, lo cuál según el, estaba funcionando muy bien.

Este mismo al descubrir sus sentimientos tuvo que recurrir a ver animes de romance para saber cómo actuar o interactuar de esa forma "especial" con el de pecas. Algo ridículo para muchos pero lógico para el de lentes, ya que era la primera vez que tenía ese tipo de sentimientos

Molestoso  // RansebDonde viven las historias. Descúbrelo ahora