Capítulo 4

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Después del éxito del programa la empresa les dio el próximo domingo libre. Iba a ser algo sencillo y económico por la falta de presupuesto, pero podrían tener un momento para relajarse y ser ellos mismos. 

Viajaron en bus, Jimin fue el último en subir y tenía que elegir entre sentarse con Yoongi y Jungkook, así que no lo pensó dos veces y fue con el mayor.

—Al fin un descanso, ya me cansé de despertar temprano —gruño Yoongi pasando un brazo sobre los hombros de Jimin, lo acomodo para usarlo de almohada.

—Nos lo merecemos. Los Hyung son los que más cansados se ven —respondió Jimin mirando a NamJoon y Jin que dormían con las cabezas apoyadas entre sí. 

—Si, pero tarde o temprano todo ese esfuerzo va a merecer la pena. Los esfuerzos bien intencionados, tarde o temprano reciben su recompensa.

—Eres un sabio…

—Tsk —Jimin se giró para ver a Jungkook de mal humor mirando por la ventana.

Cuando sus miradas se cruzaron Jungkook parecía esperar algo, pero Jimin miró a otro lado. Yoongi se había dormido, así que el resto del viaje lo pasó en silencio. 

Bajaron del autobús y subieron a uno de los metros que los llevaría directo a la playa. Está vez Jimin se sentó con Hoseok y al poco tiempo cambió de lugar para ir con Taehyung. 

Al llegar al lugar fue con Jin para ayudarlo a ver precios y elegir un buen lugar para comer.

Jimin sabía que deberían disfrutar de los pequeños momentos juntos sin importar la gerencia de lujos estaban vivos, juntos y bien. 

Compraron un poco de carne para las 7 y se llenaron con ensalada y agua por qué era gratis. Nadie los reconoció y la única que vez una chica los paró fue para decir que Jin era guapo y le pidió su número. Él fue educado en negarse y le dijo que era idol, le dio el nombre del grupo y de la canción debut, ella avergonzada y confundida prometió buscarlo.

Cómo la idea de Jin fue buena, o la situación de improviso que vivió, algún tiempo después la empresa los mandó a la calle a entregar folletos invitando a la gente a ver gratis su show. No muchos parecían interesados o solo se acercaban para parecer caritativos. 

Cómo esas cosas ellos tenían que hacer muchas cosas más para ayudar al marketing de la empresa. Era un trabajo de nunca acabar que los tenía despiertos desde muy temprano en la mañana hasta muy tarde en la noche. 

Frente a los demás los 7 eran un grupo unido que compartía las responsabilidades y los castigos por igual. Se ayudaban en las prácticas y se motivaban cuando uno no tenía las fuerzas o se sentía desganado. Pero a solas en su departamento las grietas se empezaban a ver, sus personalidades eran diferentes y muchas veces solía chocar. El espacio era pequeño y una sola cosa fuera de lugar podría parecer que todo estuviera sucio, sumado a que Yoongi había empezado a trabajar y se estaba perdiendo mucho de las clases de baile y vocal. 

Esa noche Jimin y Jungkook se estaban preparando para salir a comprar, fuera estaba lloviendo y solo tenían un paraguas. Jimin sin decir palabra se puso la capucha de su campera y salió bajo la lluvia. Jungkook lo siguió y lo cubrió con el paraguas, pero Jimin solo se alejó.

—Entramos los dos debajo del paraguas —aseguró el menor.

—Estoy mejor así, cúbrete tú —El tono fue seco y sin dar posibilidad de réplica. 

A Jungkook ya empezaba a inquietarle como Jimin había dejado de buscarlo en los descansos, que no lo corrigiera en las prácticas de baile, que cuando estaban hablando todos juntos y él decía algo Jimin se quedaban en silencio.  Sumado a que se había hecho muy unido a dos chicos con los que practicaba baile Taemin y Eunwoo.

Al terminar de comprar en la tienda de conveniencia, Jimin pagó y cargó las bolsas más pesadas, después no dijo nada y tampoco espero a Jungkook antes de iniciar el regreso a la casa. Ya habían pasado seis meses desde esa pelea, pero para Jungkook seguía pareciendo que fue ayer. 

Al principio había esperado que Jimin lo perdonará y volvería a ser como antes, después creyó que si Jimin no lo perdonaba, sería él quién dejará de esperar que el mayor se acercará, al ver qué ninguna de las dos cosas pasaba empezó a buscar excusas para acercarse o tener un tema de conversación. 

NamJoon le había aconsejado que fuera sincero y le pidiera disculpas, pero cómo podría decirle eso sí no hablaban.

Ese día la empresa mandó un vehículo para llevarlos a todos al lugar donde harían las prácticas de baile del día. Además de las actividades grupales, tenían actividades individuales y cuando las iban terminando podrían volver a casa.

Al final de la noche, cuando ya era bastante tarde, solo quedaban él y Jimin. Se sintió relajado porque creía que podrían terminar al mismo tiempo y volver caminando juntos. El camino de regreso era largo y podrían hablar de la situación y volver a empezar su amistad de nuevo. 

Jungkook terminó sus estiramientos para relajar los músculos y fue a buscarlo. Jimin se había ido, no había ni rastros de su campera impermeable. En su inocencia creyó que si corría podría alcanzarlo, así que agarró el paraguas y empezó a trotar, a un ritmo regular para no cansarse rápido.

Fueron los dos kilómetros más largos de su vida hasta llegar al departamento, cuando entró saludó a los demás y busco a Jimin, pero este no estaba. 

—¿Dónde está? —pregunto agitado y al borde de las lágrimas.

—¿A quién buscar? ¿Qué pasó? —Fue Jin el que aprecio preocupado sin entender nada.

—Jimin… pensé… quería hablar con él 6 cuando se fue pensé que iba a estar aquí y… no está. Quería volver con él y pedirle perdón por haber sido tan malo con él y decirle todas esas cosas que no sentía —habló atropellado.

—Le pedí que te espere, ya que a él le faltaba bastante por terminar —respondió NamJoon saliendo del baño después de una ducha. 

—Pero fui a buscar a la puerta y su campera no estaba. No tengo su número de teléfono y… es que…

—Relájate, ya lo llamo —Yoongi le dio unas palmadas en la espalda mientras sacaba su teléfono. Después de unos mensajes lo guardo—. Jimin sigue allí fue por…

No dejo que Yoongi termine antes de salir corriendo por la puerta de nuevo hacia la sala de prácticas. La lluvia caía con más fuerza pero eso no lo detuvo, nada frenaría la convicción que tenía de arreglar las cosas. 

El error de Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora