capítulo 16

5 0 0
                                    

**Capítulo 2: El Amanecer de un Nuevo Comienzo**

La luz del amanecer se filtraba a través de los árboles, bañando el claro con un resplandor dorado. Las primeras aves empezaban a cantar, y el aire fresco de la mañana llenaba los pulmones de las tres chicas. Toga, ahora sentada más cerca de Ochaco y Tsuyu, sentía una paz que no había experimentado en mucho tiempo.

“¿Qué pasará ahora?” preguntó Toga en voz baja, sus ojos buscando respuestas en las miradas de Ochaco y Tsuyu.

Ochaco sonrió suavemente. “Ahora, debemos aprender a confiar una en la otra. No será fácil, pero creo que vale la pena intentarlo.”

Tsuyu asintió. “Tenemos que ser sinceras y abiertas. La confianza se construye con el tiempo y con honestidad.”

Toga sintió un nudo en la garganta. Había pasado tanto tiempo viviendo en la oscuridad, ocultando sus verdaderos sentimientos y deseos. Pero estas dos omegas estaban dispuestas a darle una oportunidad, a ver más allá de su fachada.

“Lo intentaré,” prometió Toga, su voz firme pero con una vulnerabilidad que rara vez mostraba.

Durante los días siguientes, las tres chicas pasaron más tiempo juntas. Se reunían en secreto, alejadas de las miradas curiosas de los demás estudiantes y profesores. Toga les mostraba partes de sí misma que había mantenido ocultas, revelando historias de su pasado, sus miedos y sus esperanzas. A cambio, Ochaco y Tsuyu compartían sus propios sueños y luchas, creando un ambiente de confianza y comprensión mutua.

Un día, mientras estaban reunidas en su claro habitual, Ochaco sugirió algo que cambiaría la dinámica de su relación.

“¿Por qué no entrenamos juntas?” propuso, sus ojos brillando con determinación. “Podemos aprender a trabajar en equipo, a apoyarnos en combate y a entender mejor nuestras habilidades.”

Toga y Tsuyu se miraron, considerando la idea. Finalmente, Tsuyu asintió. “Es una buena idea. Nos ayudará a fortalecer nuestro vínculo y a conocernos mejor en diferentes situaciones.”

Toga, que siempre había confiado en sus propios métodos de combate, se sintió un poco reticente, pero la idea de estar más cerca de Ochaco y Tsuyu era tentadora. “De acuerdo. Entrenemos juntas.”

Las sesiones de entrenamiento comenzaron de inmediato. Se desafiaron mutuamente, aprendieron a coordinar sus movimientos y a cubrir las debilidades de cada una. La fuerza y la agilidad de Toga, combinadas con la habilidad de flotación de Ochaco y la versatilidad de Tsuyu, crearon un equipo formidable.

Durante uno de los entrenamientos, mientras descansaban bajo el árbol, Toga se dio cuenta de cuánto había cambiado. Se sentía más conectada, más comprendida. Los instintos de alfa seguían allí, pero ahora estaban matizados por un profundo respeto y amor por Ochaco y Tsuyu.

“Gracias,” dijo de repente, rompiendo el silencio.

Ochaco y Tsuyu la miraron, sorprendidas.

“¿Por qué?” preguntó Ochaco suavemente.

“Por darme una oportunidad. Por ver más allá de lo que soy en la superficie. Nunca pensé que encontraría algo así,” explicó Toga, su voz cargada de emoción.

Tsuyu extendió una mano y la colocó sobre la de Toga. “Todas merecemos una oportunidad para ser felices y comprendidas. Y contigo, sentimos que podemos ser nosotras mismas.”

Ochaco asintió, colocando su mano sobre las de Tsuyu y Toga. “Estamos juntas en esto. Pase lo que pase.”

Mientras el sol se ponía, dejando un cielo lleno de colores cálidos, las tres chicas se dieron cuenta de que su vínculo era más fuerte que nunca. El camino no sería fácil, pero sabían que mientras estuvieran juntas, podrían enfrentar cualquier desafío.

Con el tiempo, su relación comenzó a atraer la atención de otros estudiantes. Algunos miraban con curiosidad, otros con desaprobación. La sociedad no siempre aceptaba los vínculos entre alfas y omegas fuera de las normas tradicionales, y eso añadía una presión adicional.

Un día, mientras caminaban por los pasillos de la academia, un grupo de estudiantes se les acercó. Bakugo, con su habitual arrogancia, fue el primero en hablar.

“¿Qué es esto, Toga? ¿Un alfa con dos omegas? ¿Qué están intentando hacer?” preguntó con desdén.

Toga sintió una oleada de ira, pero antes de que pudiera responder, Ochaco dio un paso adelante.

“Es nuestra elección,” dijo con firmeza. “No te incumbe.”

Bakugo se burló. “Sólo espero que sepan en lo que se están metiendo. Las cosas pueden volverse difíciles.”

Tsuyu se mantuvo tranquila, pero sus ojos reflejaban una determinación inquebrantable. “Estamos preparadas para cualquier cosa. No nos subestimes.”

Bakugo se encogió de hombros y se alejó, pero su advertencia quedó en el aire. Toga, Ochaco y Tsuyu sabían que no sería fácil, pero su amor y compromiso mutuo eran más fuertes que cualquier adversidad.

Mientras avanzaban por los desafíos diarios de la academia, su relación se profundizó. Aprendieron a apoyarse mutuamente no solo en combate, sino también en la vida cotidiana. Las noches se llenaban de conversaciones profundas, risas compartidas y una conexión emocional que crecía con cada día que pasaba.

Una tarde, mientras disfrutaban de un raro momento de tranquilidad en el claro, Toga se volvió hacia sus compañeras.

“Quiero hacer esto oficial,” dijo, su voz temblando ligeramente. “Quiero que seamos reconocidas como una pareja, sin importar lo que piensen los demás.”

Ochaco sonrió, sus ojos llenos de amor. “Estoy de acuerdo. No me importa lo que digan los demás. Te amo, Toga, y quiero que todos lo sepan.”

Tsuyu asintió, tomando la mano de Toga. “También estoy de acuerdo. Juntas, podemos enfrentar cualquier cosa.”

Con esa decisión, Toga, Ochaco y Tsuyu dieron el siguiente paso en su relación. Enfrentaron las miradas, los comentarios y las críticas con la cabeza en alto, demostrando que su amor era verdadero y fuerte.

La noticia de su relación oficial se extendió rápidamente por la academia. Algunos estudiantes y profesores les mostraron apoyo, mientras que otros seguían siendo críticos. Sin embargo, Toga, Ochaco y Tsuyu no permitieron que la negatividad los afectara.

Durante una misión de entrenamiento particularmente peligrosa, el vínculo entre ellas fue puesto a prueba. Enfrentaron a un villano con la capacidad de manipular los miedos y las inseguridades. A medida que luchaban, el villano intentó separar sus mentes, sembrando dudas y desconfianza.

Pero, a través de la confusión y el caos, Toga, Ochaco y Tsuyu se aferraron a su amor y a los recuerdos que compartían. Recordaron las noches bajo las estrellas, las risas, los momentos de vulnerabilidad y apoyo. Esa fuerza interior les permitió superar los miedos y derrotar al villano.

Después de la misión, mientras se recuperaban, se dieron cuenta de lo fuertes que se habían vuelto juntas. El vínculo que habían construido no solo era emocional, sino también una fuente de poder que les permitía enfrentar cualquier desafío.

“Lo logramos,” susurró Toga, sosteniendo las manos de Ochaco y Tsuyu. “Juntas, podemos lograr cualquier cosa.”

Ochaco sonrió, sus ojos brillando con lágrimas de alegría. “Siempre juntas.”

Tsuyu asintió, su voz llena de convicción. “Siempre.”

La luz de la luna iluminaba sus rostros, y en ese momento, supieron que su amor y su vínculo eran inquebrantables. No importaba lo que el futuro les deparara, sabían que, mientras estuvieran juntas, podrían enfrentar cualquier cosa.
---

OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora