2-Fingiré demencia

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Esta era la primera vez que entraba al hogar de Matvey, un penthouse en uno de los edificios más exclusivos de todo New York, que por si fuera poco era de los negocios Kozlov

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Esta era la primera vez que entraba al hogar de Matvey, un penthouse en uno de los edificios más exclusivos de todo New York, que por si fuera poco era de los negocios Kozlov. El lugar desbordaba lujo en todo su esplendor, con ventanales gigantes que daban vista a toda la ciudad, justo igual que su oficina. 

 Todo parecía tener una sintonía, la decoración era negro, grises y blanco, dando ese aspecto sobrio y elegante. Aunque no pude profundizar mucho más en mi fascinación por este lugar ya que empezó a subir las escaleras conmigo aun agarrada de su mano. Debo decir que tropecé un poco con los escalones teniendo en cuenta mi estado y los tacones de 15cm que llevaba puesto, pero él lo soluciono cargandome y avanzando mucho más rápido.

Eso me hizo desearlo más, este hombre también estaba borracho sin embargo podía cargarme escaleras arriba a una velocidad desesperada.

Su habitación era igual de sofisticada e impersonal. Incluyendo esos ventanales que tanto le gustaban. Las luces de la ciudad eran lo único que alumbraban la habitación, pero para lo que íbamos a hacer no creo que la necesitáramos tampoco.

Me dejó sobre la cama y no dudo en volver a tomar mis labios. Sus labios seguían un ritmo posesivo y arrollador. Podía notar que el quería controlar el beso pero no se la dejaría tan fácil.

Tome el cuello de su camisa atrayéndolo hacia mí, en un solo movimiento lo hice sentarse en la cama y quede a horcajadas sobre él. Sus manos fueron directas a mis nalgas,no es tuviera mucho pero parecía estar complacido mientras me las masajeaba. Sus besos empezaron a descender por mi cuello y el inicio de mis pechos.

— ¿Estás segura? Si comienzo no podre tenerme— su preocupación por el consentimiento fue de lo más tierna pero realmente deseaba que no fuera un caballero en este momento y solo me tomara. Esta podría haber sido la oportunidad para detenerme antes de cagarla definitivamente pero ya había llegado demasiado lejos para parar y no estaba muy segura de que quisiera hacerlo

—Muy segura— mis labios buscaron los suyos comenzando un vaivén entre nuestros cuerpos. Podía sentir la forma de su polla creciendo mientras mi coño se frotaba con ella. Sus manos se dirigieron al cierre del vestido en mi espalda, bajándolo en un ritmo tortuoso, deseando poder sentirlo piel a piel.

Jadeo por la fricción de nuestros cuerpos, lo que le da la oportunidad para sacarme el vestido por la cabeza y tirarlo a algún lugar en la habitación. Mis tetas quedan al aire, odiaba usar brasier, mi cuerpo solo quedo cubierto de unas diminutas bragas de encaje.

—Simplemente perfecta— dice alejándome un poco para mirarme completamente. Me estremezco al sentir el frío en mis pezones y sin perder el tiempo dirige su boca a ellos. Un jadeo se me escapa al sentir su lengua moverse con tanto ímpetu, pareciendo necesitado y hambriento. Tomo su cabello entre mis manos teniendo algo de que sostenerme, mis ojos se cierran disfrutando del placer. Mis tetas son mi punto más sensible y él parece saber exactamente como mantenerme caliente. Uno de sus brazos me sujetan por la cintura, mientras que con su mano libre comienza a mover a un costado mis bragas.

Acuerdo De SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora