𝐈𝐈𝐈.

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Otro día laboral, por cuestiones climáticas debieron hacer todas las actividades en el interior. Incluso educación física. Los niños se encontraban conversando con sus compañeritos de mesa mientras June y GoNeul preparaban la próxima tarea. A cada niño se le dio un par de semillas para germinar, papel de cocina y un frasco de vidrio con tapa recordándoles unas vez más las precauciones. En la pizarra estaban dibujado los pasos, los niños aún así siguieron las instrucciones de las mayores y entre ellos mismos se ayudaron. June desde la mesa contigua vio a Yomi presumir su buen trabajo mientras que GuiJu parecía tener algo de dificultad.

Se aseguró que los niños con los que estaba continuaran sin problemas y se acercó al niño en cuestión. GuiJu apenado agachó la mirada, June con amor y paciencia volvió a explicarle desde el principio, pues el niño se había olvidado los primeros pasos y por vergüenza no siguió a los demás. Una vez lo logró, bastante risueño le agradeció y con cuidado se levantó de su asiento dirigiéndose al espacio cerca de la ventana que habían preparado para que, cuando el sol saliera las semillas tuvieran suficiente luz y calor. Lo siguiente sería pasarlo a una pequeña maceta con tierra y que cada niño lo llevase a su hogar para seguir cuidando de ella. Entonces no supo porque pero la sonrisa del niño le recordó a su padre.

No había vuelto a verlo desde ese día en que la despidió luego de la discoteca y GuiJu las tres ocasiones fue retirado por quién se presentó como su niñera y según tenía entendido gracias a su coordinadora, la chica podía hacerlo ya que los tutores así lo pidieron. Era mejor así.

—¿Entonces no volviste a verlo?

—No.

DaHyun volteó luego de revolver la sopa y bajarle al fuego. Se sostuvo de la mesada de mármol mirando a su amiga.

—Entiendo un poco tu confusión. No es fácil su situación y tú no quieres involucrarte en problemas ajenos. Por un lado creo correcto que mantengas las distancias pero por otro... —se mordió el labio—, amiga, ese hombre por poco no te dice que le encantas.

—¡Yah!

Sus mejillas se colorearon. June sentía frustración por no poder ordenar sus emociones como correspondía. Incluso por permitirse sentir demasiada atracción hacia ese hombre. Aún era casado y eso era suficiente como para desterrarlo de su vida.

El hilo de sus pensamientos se vio interrumpido por el timbre del departamento sonando. Fue ella quien abrió recibiendo en brazos a una eufórica Yomi. TaeHyung cerró la puerta detrás y lanzó sus zapatos a un costado, sus manos llevaban algunas bolsas con comestibles. DaHyun tuvo el antojo de cocinar kimchi jjigae así que lo hizo teniendo que invitar a su hermano y sobrina porque si él se enteraba después y no estaba tendrían una gran discusión.

Acomodaron la mesa, Yomi contándole a su tia y padre lo que hicieron ese día en su clase. Era bastante habladora y lograba sacar mucho tema de conversación aún tuviera cinco años. El timbre suena una vez más, ambas chicas se sorprenden porque no esperaban a nadie más a esa hora. Al atender un repartidor avisa de un pedido para June y todo se pone extraño. Lo deja subir, cuando le abre la puerta un enorme ramo de rosas rojas se despliega frente de ella, a simple vista y por el arreglo se notan costosas y June no sabe qué hacer con ellas cuando las tiene en sus brazos. DaHyun es quien termina firmando y despachando al chico.

Ahora tenía tres pares de ojos esperando alguna explicación.

—¿Qué es eso? —preguntó TaeHyung a lo que DaHyun con un resoplido de obviedad le respondió.

—Que no ves que son pantaletas de abuelita.

Yomi más atrás se carcajeo y TaeHyung la miró mal. Ahora ambas amigas se miraron fijamente teniendo una ligera sospecha del dueño de ese regalo. Buscaron alguna la tarjeta, DaHyun la encontró y al abrirla le mostró el pequeño mensaje que venía.

𝐒𝐞𝐭 𝐌𝐞 𝐅𝐫𝐞𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora