𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋.

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Un año y seis meses.

La sonrisa en su rostro leyendo una vez más los papeles de confirmación no hacen más que hacerla saltar en su puesto sin importarle que haya gente a su alrededor mirándole extraño. Después de tanto pensarlo June volvió a Seúl para anotarse en la universidad. Hizo el examen anual de ingreso con otros miles de futuros estudiantes y luego de haber aprobado tuvo que buscar el itinerario con sus horarios para la carrera de Arte y Cultura. Estaba feliz. Con altas expectativas de una nueva realidad. Está vez todo sería mejor y diferente.

Vio a TaeHyung a lo lejos. La esperaba sentado en una banca distraído con su teléfono en la mano. June trotó la poca distancia que los separaba y cuando él se percató de su presencia se levantó. Tuvo que hacer toda la fuerza posible para no caer cuando ella se lanzó a sus brazos. Eso y su alegría efusiva lo hacían reír.

Habían retomado la amistad. La diferencia era que sin decirlo ni pretenderlo estaban explorando un poco más allá.

—Hace calor.

—Vamos por un helado, ¿quieres?

Asintió sonriente, se ancló del brazo del azabache y juntos caminaron. Decidieron entrar a un centro comercial por el aire acondicionado y porque June viajaría a Daegu el fin de semana por el cumpleaños de su padrastro. Así que aprovecharía en comprar su regalo. Pasearon por varias tiendas, TaeHyung la dejó sola un momento dirigiéndose a la heladería, ella aprovechó y se detuvo en una vidriera con ropa para hombres. Todo se veía bonito aunque bastante moderno y su papá era muy clásico. Estaba tan distraída que no se percató cuando unos ojos brillantes y enormes dieron con su persona.

—¿June?

Su corazón comienza al retumbar fuerte al reconocer su voz. Despacio gira, primero la cabeza y luego su cuerpo. JungKook la miraba fijamente, se veía demasiado diferente. Estaba mucho más delgado de lo que recordaba, su cabello negro bastante corto permitía ver sus cinceladas facciones algo cansadas y se veía solitario. Después de eso, su manera de mirarla era casi igual solo que con un par de emociones agregadas.

—June.

Hizo el intento de acercarse y tocarla. Su inminente rechazo al ella dar un paso hacia atrás lo detuvo. Le dolió.

—¿Cómo estás, JungKook?

—Bien. Supongo. —por primera vez en su vida se sentía nervioso. No podía dejar de mirarla, no había cambiado mucho a excepción de su cabello ondulado de un rubio mas platinado, se veía radiante—. ¿Estás viviendo en Seúl?

—No. —mintió acomodando la correa de su bolso. No tenía porque saberlo en realidad—. Solo vine de visita.

—Te busque June, durante un par de meses todos los días intenté contactarte de todas las maneras posibles. —jamás creyó ver en él una sonrisa tímida y avergonzada—. Incluso envié a alguien hasta Daegu pero por lo visto nadie quería decirme donde estabas.

Ella no estaba enterada de eso. Estaba sorprendida. Demasiado.

—Tal vez era lo mejor.

—Logre divorciarme de SoYeon, tuvimos algunas perdidas económicas que pudimos estabilizar con el tiempo. También obtuve la custodia de GuiJu. Está enorme y precioso tendrías que verlo.

Y fue sincero.

—Realmente lo siento June. —tragó—. Ojalá hubiera hecho todo de otra manera, jamás fue mi intención lastimarte en verdad. En ese momento estaba desesperado, presionado, harto de tantas cosas en mi vida, de las imposiciones de mis padres, del trabajo, de mi matrimonio que fue más problemas que alegrías, excepto por mi hijo. Tú fuiste mi momento más feliz, lo digo en serio, —y le creía, se notaba la sinceridad en sus palabras, tono y mirada—. Llegué a quererte tanto que sí me imaginé un futuro a tu lado, no me arrepiento de nada de lo que hicimos, solo el haberte mentido y engañado.

𝐒𝐞𝐭 𝐌𝐞 𝐅𝐫𝐞𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora