CUATRO

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La mente de Jinsoul era un caos, un caos lleno de colores. No podía dejar de pensar en la figura de la contraria, era una diosa griega. Aquellas curvas hacían que su corazón latiera con frenesí. Su centro estaba húmedo y no sabía cuanto más podría aguantar.
Jungeun volvió del baño, dejó la bata a un lado y acomodó su cuerpo tal y como Jinsoul ordenó;
sentada, su mano izquierda a un costado y su brazo derecho encima de su cabeza, la tela cubría su cuerpo sin embargo se traslucía dejando ver su cuerpo marcado, enloqueciendo a la otra chica.

- Mueve un poco tu cadera - Murmuró Jinsoul observándola desde su taburete. Recién llevaba el contorno de su cuerpo curvilíneo, era perfecto.

- ¿Así? - Preguntó moviendo su cadera a un costado

Jinsoul asintió.

Mojó sus pinceles y los pasó por el acrílico, sacando un poco de color café para empezar a retratar el cuerpo de Jungeun.
Su mirada viajaba constantemente del lienzo al cuerpo de la contraria, unos cuantos suspiros salían de sus labios.

- Me duele - Un quejido salió de los labios de Jungeun, la posición le estaba cansando.

Jinsoul entró en alerta al escucharla, dejó los pinceles a un lado y caminó hacia ella.

- ¿Estás bien? - Preguntó con preocupación. Su ceño se frunció y examinó el cuerpo de la contraria.

- Sí - Murmuró suavemente

Jungeun tomó la mano de Jinsoul y la posó en su cadera desnuda.

- Me duele ahí - Mencionó

La piel de Jungeun se sentía cálida, los ojos de Jinsoul viajaron hasta los de ella, sentía que se derretía bajo esos ojos chocolate.
Bajó hasta sus labios, rojos y carnosos, Jungeun los mordió y Jinsoul no aguanto más; cayó en la tentación.

Paint Me - LipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora