---Vaya día... ---expresó Hwang luego de haber llegado a su casa y se fue directo al baño.Dejó su mochila caer, se retiró el suéter y comenzó a desabotonar su camisa. Previamente llenado el lavamanos con agua, se dispuso a lavar desesperadamente la prenda con ayuda de un jabón. Tuvo que restregarla un montón de veces pues las manchas de sangre no desaparecían por completo.
---Ese tonto me arruinó el uniforme...
Después de mucho insistir, el color rojo de la sangre logró acalrarse un poco tornándose rosa, pero seguía viéndose horrible. Al final se dio por vencido y puso la camisa a secar junto al ventilador de su habitación. Se tiró en su cama con el torso desnudo y boca arriba mientras sostenía su celular en las manos. Una buena canción le quitaría el estrés, así que se colocó sus auriculares de cable y cerrando los ojos poco a poco se durmió.
Mientras, en otro parte de la ciudad, Minho se miraba frente al espejo. Esta vez si que se había pasado, normalmente solo se provocaba cortes en los brazos, hasta que se sintió peor que la mierda y así fue como terminó lastimándose otras partes del cuerpo. Se desconocía completamente, ya no tenía el control de sí mismo, era la ocasión perfecta para mandar todo al diablo. Entonces pensó en Hynjin y en lo ocurrido horas antes.
Reconoce que no fue muy inteligente, pero estaba al límite, completamente desesperado. Cualquiera podría sorprenderlo, curiosamente volvía a ser él quien lo atrapaba en el acto. Eso ya lo había vivido, ser descubierto por sus padres autolesionándose es de lo peor que le ha sucedido en los últimos días y también se sentía mal por poner a Hyunjin en situaciones tan incómodas. Debía de arreglar las cosas lo más pronto posible.
---Mamá, ¿me prestas dinero? ---Minho bajó las escaleras y se paró frente a su progenitora. No fue capaz de verle a la cara, estaba muy distante desde la última pelea que tuvo con su padre luego de regresar del restaurante. La mayor igualmente había quedado afectada y todo el ambiente en la casa estaba tenso.
---Puedes tomar la cantidad que necesites de mi bolso, está encima de la mesa.
---Prefiero que me lo des tú ---dijo, pues notó que el señor Lee estaba allí leyendo un periódico. No quería encontrarse con él y por eso lo evitaba a toda costa, cosa que de por sí es bastante difícil considerando que viven bajo el mismo techo.
La mujer volvió y le ofreció en efectivo y tarjeta, a lo que Minho escogió la primera opción. También le preguntó que es lo que iba a comprar pero no quiso decirle y se marchó.
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La sopa de Hyunjin se enfríaba en su plato mientras este solo revolvía y revolvía el caldo con la cuchara. Aún no podía creer que se había escapado de la escuela junto con el castaño, al cual anteriormente había sorprendido haciéndose cortes en la piel como un salvaje.
¿Qué problemas tiene él para llevarlo hacer semejante locura?. ¿Qué o quién tiene la culpa de haber afectado la mente de Minho para que piense en suicidarse?
Eran las preguntas que Hwang formulaba en su cabeza.
---¿Jinnie? ---la mujer preocupada llamó a su hijo.
---Dime mamá.
---¿Que te pasa?, tienes una mirada extraña.
---No es nada ---hizo un larga pausa---. Bueno, sí ---habló---. Hay.... hay un..., mejor no.
---¿Por qué?. Si es algo que te preocupa tal vez pueda ayudarte.
---Es que es complicado ---todo ese asunto lo tenía tan alterado que hasta casi se atreve a contárselo a su madre, aunque a última instancia se arrepintió y se paró de la mesa yendo al fregadero para limpiar los trastes.
Ya en su cuarto, buscó en su mochila, sacando del pequeño bolsillo delantero el arma del crimen: el cúter que había utilizado Minho para cortarse. Hyunjin no entiende de que sirve hacer eso, de hecho, hasta lo considera estúpido. Además de que es una recurrente tendencia emo y esa gente siempre le pareció rara. Sostuvo el objeto por unos cuantos segundos más y lo guardó en uno de los cajones de su mesa de noche.
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7:30 AM
Caminaba tranquilo por los pasillos del instituto, portando ese insoportable suéter a una temperatura ambiental un tanto acalorada, cuando de repente es arrastrado por el brazo hacia el interior de uno de los baños de hombres sin explicación alguna.
---¡¿Oye, que te pasa?!
---Para tí ---mencionó extendiéndole una bolsa ---Hyunjin tomó lo que el contrario le ofrecía y al mirar dentro encontró un uniforme escolar totalmente nuevo---. Quiero disculparme por lo de ayer ---Hwang alzó la mirada.
---Supongo que gracias, ---dijo---. ¿Te puedo pedir algo?
---Adelante ---respondió Minho. Tomó aire antes de soltar lo que iba a decir, buscando no sonar demasiado grosero.
---A partir de ahora... hagamos como si no supiéramos de la existencia del otro.
---¿Cómo?, ¿es eso necesario?
---Escucha Minho. Nos conocimos de una forma bastante atípica y recién volvimos a tener un encuentro similar, así que si te veo intentando hacer algo que atente contra tu vida de nuevo, no voy a intervenir, haré de cuenta que no vi nada y seguiré en lo mío, no quiero problemas.
---Te entiendo, pero...
---Lo siento mucho ---interrumpió---, sé que te quieres acercar a mí pero no va a poder ser. Por cierto, toma tu suéter ---se lo quitó para dárselo---. Me cambiaré rápido, puedes irte.
---Claro... yo... me voy ahora mismo ---habló mirando hacia el suelo.
Minho salió del baño dolido, no esperaba que el plinegro le dijera esas cosas. Él solo quería refugiarse en Hyunjin, desde lo de la azotea supo que era la persona indicada y la única que podía entenderlo, que era el ideal para confiarle sus sentimientos y emociones. Hoy perdía la oportunidad de abrirse por primera vez con alguien.
Por otro lado, Hwang sentía que tal vez estaba haciendo mal, Minho parecía ser un muchacho con miles de problemas y él le estaba negando la posibilidad de ayudarlo a recuperarse de sus trastornos suicidas. No era experto en el caso, pero de seguro algo podía hacer para sacar al castaño de ese hoyo oscuro en el que se había metido. Sin embargo, era tarde ya para retractarse. Lo tenía decidido, no iba a dejar que Minho se convierta en una preocupación más, suficiente con las que ya tiene.
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𝐂𝐢𝐭𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐮𝐧 𝐒𝐮𝐢𝐜🆇𝐝𝐢𝐨!!🩸_Hyunho
FanfictionHyunjin: Prómeteme que no te irás sin mí -el pelinegro tomó el brazo del contrario y lo miró directo a los ojos-. Prométemelo, Min. Minho: ¿Cómo podría dejarte atrás?. Pronto nos iremos a descansar, tu y yo juntos. Lo prometo -el castaño sonrió, dán...