Una semana después las chicas se encontraban sentadas en su salón conversando sobre la clase de filosofía que tuvieron, su profesora es un poco dispersa a la hora de dar sus clases y termina contando anécdotas en lugar de dar su clase.
- ¿Le entendiste algo a la profesora?- preguntó Sam recostada sobre su mesa.
- Para serte sincera, sobre la clase nada, pero ya se que que alimentar a un mono en un zoológico es una mala idea- respondió con una risita.
- Depende de a quien le preguntes, si le preguntas a mi papá lo más probable es que te diga que es una idea estupenda.
- Es posible, pero eso hace que sea divertido escuchar sus historias, ¿Me pregunto cuánto de lo que nos cuenta es real?.
- Con mucha suerte- se toma una pausa- espero que nada.
Ambas serían interrumpidas por un compañero que se acerca a hablarles.
- Oye Samantha- llama el chico tímidamente.
- Hola... Eh...- duda ya que no se sabe el nombre de su compañero.
- Leon- completa Luisa.
- ¿Qué?- le susurra Sam a Luisa.
- Así se llama- responde el susurro.
- Creen que no las escucho- pensó el joven- hay un tipo muy alto afuera del salón preguntando por ti- dice mirando a Sam.
- ¿Qué? ¿A mi? ¿Estás seguro que no busca a Luisa?- responde sorprendida.
- Sep, totalmente seguro, preguntó por una chica que se ve medio salvaje y anda junto a una chica muy tierna, así que asumí que se refería a ti- explicó.
- Voy a tomar eso como un halago, gracias por avisarme- mira a Luisa- ¿me acompañas a ver qué quiere?
- Acepto, pero no voy a ayudarte a rechazarlo- dijo levantándose.
Ambas caminaron hasta la salida de su salón y vieron al tipo que estaba tocando guitarra en la cafetería la semana pasada, estaba apoyado de espaldas en los casilleros viendo su teléfono mientras habían un par de chicas que lo miraban embobadas, y el las ignoraba hasta que vio a Sam y Luisa salir del salón, inmediatamente se separó del casillero, guardó su teléfono y se dirigió hacia ellas.
- Finalmente las encontré, ¿saben lo difícil que encontrar a una persona en específico en un lugar como este sin parecer acosador?- pregunta tranquilamente.
- Mucho me imagino porque ya creo que lo eres- respondió Sam poniendo un brazo frente a Luisa por instinto.
- Que cruel eres- dijo fingiendo dolor en el corazón de forma dramática- no te preocupes, no le haré nada, no vengo por nada malo.
- ¿Y qué se supone que buscas?- preguntó Luisa.
- Directo al punto, así me gusta- dijo sonriéndole a Luisa- vengo a pedir un favorcito, pequeñito, chiquitito, casi imperceptible.
- Al punto- cortó Sam.
- Quiero que seas mi baterista.
- ¿Qué?- preguntó Sam estupefacta.
- Lo que oíste, el lunes pasado te vi cuando estaba cantando, tu tocas batería ¿no es así?- explica relajadamente.
- ¿Qué? Pero ¿Por qué yo? Estoy segura que deben haber muchos bateristas aquí y quizá con más experiencia, de entrada, ¿Tienes una banda?
- Eh... Si... Obvio, hasta el momento somos tu y yo.
- O sea no tienes una banda- suelta Luisa- pero pienso lo mismo que Sam, ¿Por qué ella?

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Enlazadas con la música
RomanceSam es la baterista de una banda de rock de preparatoria, se encuentra enamorada de Luisa, la bajista de su banda y su mejor amiga, ambas son totalmente diferentes una a la otra, ¿podrán juntarse o Sam se tragará sus sentimientos para no poner en pe...