Capitulo 2

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Cómo siempre, llegando tarde a Química apresuré el paso, por los pasillos casi vacíos indicando lo tarde que ya iba
—Buenos días, puedo pasar?—Dije tímidamente mientras abría sutilmente la puerta del aula
—Es la segunda vez esta semana, Jang a la tercera se queda afuera, siéntese con algún equipo.—
Mientras caminaba miré a mi alrededor y nigún equipo parecía querer recibirme, algunos incluso murmuraban o me miraban de manera extraña
El equipo de Liam ya tenía suficientes integrantes, así que mi única opción era el equipo de...
—Nick! Por aquí! Siéntate aquí!—Dijo Samantha al fondo del aula, sin ningún integrante en su equipo
—Mierda...—
Samantha y yo éramos compañeros desde primaria, es decir, nos conocemos de toda la vida. Desde que tengo memoria le he gustado a Samantha y me lo ha dicho en múltiples ocasiones, se aseguró de que me quedara claro...
Ella no sabe que me gustan los chicos, aunque a veces me gustaría decírselo, tal vez así me dejaría de acosar, pero, conociéndola, se lo contaría a todo el mundo.
—Hola Samantha... Porqué no hay nadie más en el equipo??—
—Sabes que nadie me habla Nick...Pero me da igual, siempre y cuando hable contigo—Dijo con una sonrisa pícara .
Cuándo terminó la clase de química noté que Liam ni me volteó a ver, creí que tal ves no notó cuando llegué (Lo que era casi imposible) así que decidí acercarme a saludar
—Hey, Liam—Dije mientras acercaba mi puño para saluda—
—Aléjate de mí, okay? —Dijo con una cara de disgusto, mientras caminaba al grupo de chicos con los que hablaba.
Al principio no entendí el motivo de su rechazo, después vino a mi mente el incómodo momento que pasé ayer en la fiesta
—Mierda, le habrá contado a alguien?—
El rechazo de las personas que quiero y que me importan, es lo que más me aterra de salir del clóset, sabía que Liam no tenía la mente muy abierta, así que su frío rechazo no me sorprendió del todo
Liam y su grupo de amigos me estuvieron ignorando todo el día, escuchaba mi nombre entre risas y supe que Liam se los había contado.
A la hora de salida fui a mi casillero para guardar algunas cosas, me sorprendí al ver dentro de él una foto, era de la noche anterior, con aquel chico, por detrás decía "Sabemos lo marica que eres" el maldito Liam había tomado una foto sin que me diera cuenta...
No pude fingir serenidad después de aquel evento, mis ojos vidriosos me delataban y solo quería irme a casa y no volver nunca.
Mientras corría por el pasillo escuché a Samantha llamarme pero no quería ver a nadie en ese momento, salí y detuve el primer taxi que pasó.

Durante el camino recordé la propuesta que me había hecho a mi mismo la noche anterior, el taxi estaba a unas cuantas cuadras de mi casa
—Cambié de opinión, podría llevarme a la calle worwood, por favor—
En la mañana aún dispuesto a ir a casa del abuelo tomé discretamente las llaves en el bolso de mi madre, así que las tenía en mi mochila
Llegué y sin dudar entré, como ayer, el polvo me hacía toser y me causaba picazón, por alguna razón ahora me costó un poco encontrar la puerta debajo del papel, después de unos minutos buscando, la encontré exitosamente, tomé un cuchillo y comencé a cortar el papel tapiz. La puerta estaba descuidada y vieja, la verdad, de verla no me daban ganas de saber que era lo que había dentro...
Abrí la puerta y tosiendo trataba de encontrar algún interruptor para aquel cuarto fríamente oscuro, algunas polillas salieron y ese lugar no había sido limpiado por al menos Diez años.
Cuando al fin encontré el interruptor pude distinguir un objeto extraño en un rincón, el resto de cuarto estaba vacío y la luz débil no me permitía identificar aquel objeto, algo dudoso decidí acercarme a él, nunca había visto algo parecido, era brillante, plateado y en forma de huevo, tenía un teclado coreano y varios botones, estaba posada sobre una base del mismo material, parecía ser su centro de carga, aunque no parecía estar cargando, la curiosidad me mataba y no dudé en encenderla apretando varios botones al azar hasta acertar
—bienvenido, Jiho— Apareció en la pequeña pantalla —
Bueno, dijo el nombre del abuelo, claramente esto era de él...
—Insertar fecha y lugar—Ponía la pequeña pantalla—
—Esto no puede ser lo que estoy pensando—Dije incrédulamente —
Sin pensar en alguna consecuencia hice lo que me indicaba aquel desconocido objeto.
—28/4/1969 Manhattan—Puse números al azar cómo acostumbraba a hacer, aunque claro, no quería aparecer en alguna otra parte del mundo, si es que esto era real.
Aplasté "aceptar" y por un momento no ocurrió nada, me sentí algo tonto por creer en este tipo de cosas, así que tomé mi mochila y cuando estaba apunto de marcharme...
El piso y las paredes comenzaron a comportarse de manera extraña, miraba mis manos y era cómo si estuviese apunto de desintegrarme, el objeto de pronto desapareció y comencé a entrar en pánico, creí que alucinaba, intenté salir de la habitación pero ya era demasiado tarde, de pronto todo se volvió oscuro.
Sentí que solo un segundo estuve inconciente, abrí mis ojos, estaba tirado en un callejón que nunca había visto, miré a mi alrededor, no había personas, pero junto a mí estaba el objeto en forma de huevo, o... Máquina del tiempo
Asustado salí del callejón y metí la máquina en mi mochila, me parecía algo familiar la calle, pues era Manhattan, pero las personas... Iban vestidas tan raramente, habían tipos elegantes y autos para 2024 antiguos, esos que venden en un riñón por ser clásicos. Yo me veía claramente diferente a las personas que paseaban por ahí, así que no me quedé mucho tiempo en un solo lugar, ya que se percataban de mi vestimenta que desentonaba con la época. En mi intento de escapar de las miradas y un poco entrando en pánico, decidí apresurar el paso, quise guardar mi teléfono en mochila para asegurarme que nadie lo viera, lo dejé caer al pavimento torpemente, intenté tomarlo antes de que alguien lo viera, pero se me adelantaron.
—Ten, se te calló—
—Gracias—Dije volteando a ver a esa persona, para darme cuenta que era probablemente el chico más lindo que había visto en mi vida entera, rulos rubios, tiernos ojos azules, mejillas rosadas y labios carmín.
A pesar de ser tan lindo tuve que ignorarlo y hacer cómo que nada había pasado.
—Espera, que era esa cosa?—Dijo el rubio chico asimilando lo que acababa de ver—
—Nada, de que hablas?—Dije mientras me marchaba sutilmente
—Espera, se que vi algo, no te vallas...—
Solté un suspiro y frené el paso.
—Es difícil de explicar, si? Y más en plena calle...—
—Vamos a mi casa, está muy cerca—
Enserio me invitaba a su casa? Que ingenuo, ni me conoce, él parece inofensivo...
—Está bien...?—

Viajero del tiempo (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora