Los sonidos comenzaron a penetrar en mi infinito silencio. La puerta se abría, las pisadas se aproximaban a mi posición, y la tos de un hombre adulto resonaba en el comedor.
Susodicho hombre me zamarreó ligeramente, con la intención de que yo pudiese despertar de mi dificultosa situación.
Una voz que escuché alguna vez, en algún lugar, comenzó a recitar unas palabras.
—¿Me recuerdas?
No fui capaz de contestar, ni siquiera pude abrir los ojos.
—Lo lograste, muchacho, cumpliste tu acometido. Te motivó el deseo de orden... Pero, no sabes el caos que acabas de desatar—Decía mientras reía de forma burlona.
Luego, su tono burlesco cambió de forma radical. Ahora, su voz sonaba casi celestial.
—El día de hoy, acabas de entrar al selecto grupo de pecadores plagados de bondad en su corazón. Supuse desde un inicio que ingerirías el veneno de igual forma.
Mi visión comenzó a ser tenue, plagada de borrones.
Él se acercó más, y se agachó. De sus bolsillos sacó un par de contenedores, a la vez que ocultaba unos frascos semivacíos que yo conocía muy bien, aquellos utilizados para acabar con Hvien.
No pude divisar las letras presentes en los contenedores... ¿Dimer? ¿Dicaprol?
Mis esfuerzos para ver correctamente se estaban terminando. Sentí que dicho hombre inyectó una solución en mi brazo.
—Después de esto, renacerás como una persona cuya única meta será la de velar por los ciudadanos del distrito que te corresponde... El paraíso se ausentará si pecas por un motivo distinto al de tu misión.
En un último intento, pude divisar una cabellera de colores blanco y negro.
Era Jos.
Podría jurar que algo lo rodeaba, una especie de energía siniestra.
Estupideces, mi estado ha facilitado los delirios.
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El Sexto Distrito
General FictionEl Sexto Distrito es una división federal dentro de cierta nación, que es compuesta por ocho distritos. En dicho territorio ocurrirá algo de gigantesca magnitud, pues su mandamás abdicará para abrirle paso a su hijo. No obstante, existe una persona...