No pude identificar cuánto tiempo había pasado desde que mi cerebro despertó por última vez. El único dato que era capaz de resaltar, es que la muerte aún no reclamaba a Cenycol Adnoort.
Abrí los ojos, y observé de forma deficiente al consternado rostro de mi padre, Hyuri Adnoort. A su lado, se encontraban unas cuantas figuras políticas que no pude identificar, entre ellas, noté la presencia de un par de jefes de Distrito.
Llamó mi atención la visita de Afelm Freim y la de Zald Glacier, ambos fijaban una mirada rebalsada de preocupación.
Hyuri lloró de la felicidad al observarme despertar, mientras que la satisfacción invadió al resto de presentes.
Mi padre me abrazó, firme, pero con el cuidado suficiente de no dañar mi salud.
—¡Oh, hijo! ¡Qué alivio saber que fuiste capaz de sobrevivir! —Exclamó mientras sus lágrimas eran expulsadas con rapidez.
—¿Qué fue lo que pasó? —Dije débilmente, invocando dotes teatrales que jamás pensé que utilizaría en mi vida.
—Alguien ingresó a la finca mientras me encontraba en el Consejo Distrital. Logró envenenar a ti y a tu hermano... Desconozco cómo, pero un antídoto te fue suministrado. El Sexto Departamento de Policía está investigando los hechos.
—¿Y Hvien? ¿Él está bien?
Un silencio lúgubre se hizo presente.
—Lamentablemente falleció.
La única decisión pertinente para mí, fue llorar sin parar.
¿Por qué tuve que hacer esto, en primer lugar? Cometí una monstruosidad gigantesca.
Si no logro ser un buen gobernante para el Sexto Distrito, mi acto habrá sido en vano.
Mientras procesaba mi situación, la fugaz imagen de una cabellera blanca y negra se mostraba ante mis ojos, seguida de una carcajada maliciosa que añadió un peso insoportable a mi cerebro. Le siguió el pánico, y, posterior a eso, el recuerdo de las palabras que escuché luego de envenenar a Hvien.
Hoy he renacido, he renunciado a mi humanidad y la he manchado del pecado. No puedo permitir que mi misión fracase... No puedo defraudar a Hvien.
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El Sexto Distrito
General FictionEl Sexto Distrito es una división federal dentro de cierta nación, que es compuesta por ocho distritos. En dicho territorio ocurrirá algo de gigantesca magnitud, pues su mandamás abdicará para abrirle paso a su hijo. No obstante, existe una persona...