Ashlyn decide mudarse con su mejor amiga Taylor a Savannah por nuevas experiencias, pero ¿quién diría que cierto rubio se obsesionaría con ella? Y todo por un estúpido post...
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Ashlyn POV.
Ya terminó la película y sigo sin sueño. Taylor salió a una salida con su novio Ben, su hermano y un chico llamado Logan, el novio de Tyler, así que estoy sola en el departamento y sin absolutamente nada por hacer.
Maldito insomnio.
Decido poner música para distraerme un poco. La melodía se empieza a escuchar y mi cuerpo comienza a fluir con ella. Bailar es una gran distracción y un buen pasatiempo.
Fluyo con la música por un rato, perdiendo la noción del tiempo. Es cuando los ruidos empiezan a escucharse de forma fuerte y repentina que finalmente me distraigo en un giro, tropezando para luego caer al suelo. Me levanto, y, por instinto debido a las últimas semanas, volteo detrás de mí y en todas direcciones, básicamente. Me asomo por la ventana e incluso reviso el departamento de pies a cabeza. Nada. Nadie. Pero la jodida sensación de estar siendo observada sigue firme y los ruidos torturándome aún más.
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Aiden POV.
Al parecer, estaba equivocado. Pecas, a pesar de ser las dos de la mañana, está despierta e incluso bailando. La estoy mirando desde una distancia lejana con binoculares a través del gran balcón de su habitación. En la clase no movió ni un pelo, pero, Dios, aquí sin duda parece ser una sola con lo que sea que esté escuchando. Se ve hermosa.
Tan perfecta.
Tan mía.
Quisiera poder verla más de cerca, aunque está claro que aún no es momento. Pero tal vez apresurar un poco las cosas sea lo mejor, juro que moriré de ansiedad si no la tengo en mis brazos dentro de poco.
La observo más tiempo del que tenía antes planeado. Me fijo en la hora y son casi las tres de la mañana. A lo lejos escucho un auto acercarse. Cuando el vehículo se detiene frente al edificio, de él baja su mejor amiga, Taylor Hernández.
Bueno, supongo que es mi señal para irme.
Volteo por última vez a su balcón y una sonrisa de superioridad brota en mis labios.
—Pronto serás completamente mía, Pecas.
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