『This is the end
Hold your breath and count to ten
Feel the Earth move and then
Hear my heart burst again
For this is the end
I've drowned and dreamt this moment
So overdue, I owe them
Swept away, I'm stolen
Let the sky fall
When it crumbles
We will stand tall
Face it all together』— Skyfall by: Adele
➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹Lo único que recordaba era que todo estaba bien. Había regresado de su segundo año para pasar las vacaciones con sus padres y padrino en su mansión, feliz por verlos otra vez y no solo escuchar de ellos por cartas o a su padrino siendo más que profesional con el.
Fue un año extraño, pero no se quejaba. Sentía que debería acostumbrarse a tener años extraños de ahora en adelante.
La había pasado bien, sus vacaciones no fueron la gran cosa la verdad. Fueron a Grecia para pasar algunas semanas ahí, después habían vuelto a Londres para pasar el resto de sus vacaciones ahí yendo de fiesta elegante a fiesta elegante todas las vacaciones.
Las fiestas siempre eran aburridas si sus amigos no estaban con el, los cuatro (Blaise, Pansy, Theo y el) habían estado socializando lo estrictamente necesario, para luego irse a convivir entre ellos. Ese día en especial fue su compénsalos número trece, algo grande para los sangre pura pues esa edad era la Isela para declarar a su heredero legítimo sobre la ley mágica.
La ley declara que "A la edad de trece años los herederos podrán oficialmente tomar acciones en sus respectivas casas familiares. Si algo le llegase a pasar a los progenitores o patriarcas de las casa ellos tomarían el mando inmediatamente para evitar catástrofes internas."
Ley nada importante para el en ese entonces, ahora que miraba en retrospectiva desearía destruir esa jodida ley.
Dejando eso de lado.
En general, tenía una vida del sueño. Su padres eran increíbles (estrictos pero buenos padres) y amorosos. Su padrino era un hombre a quien aspiraba parecerse, lo admiraba que podía decir. Sus amigos eran unidos y amigables, se apoyaban y defendían mutuamente entre ellos. Y tenía mucho dinero, era asquerosamente rico.
Su vida era perfecta.
Claro, hasta esa noche en donde no recuerda nada más que los gritos desesperados de su madre y a su padre batallando con alguien o algo, no estaba seguro pues estaba demasiado nervioso y temeroso para verlo bien. Lo único que recordaba de ese alguien o algo era sus ojos.
Grandes y profundos ojos dorados cual oro pero también oscuros como una noche estrellada.
Eran simplemente aterradores. Aún le daban escalofríos al recordarlos.
Se había desmayado poco después de verlo a los ojos, solo escuchando como su padre gritaba un "Avada Kedavra" y a su madre protegiéndolo y llorando en silencio.
Luego todo había sido negro, solo oscuridad fría y aterradora.
Después termino despertando en San Mungo rodeado de Medimagos. Despertó asustado, buscando por sus padres mientras los doctores trataban de calmarlo, no fue hasta que su padrino entró y lo vio fue que se calmó un poco.
—Padrino, y mis papás?—recuerda haberle preguntado angustiado, notando casi de inmediato como la cara de su padrino pasaba de ser una seria y estoica sin emociones a diminuta tristeza posarse en ella.
Había estado con el desde que nació, prácticamente era su segundo padre, sabía cómo leerlo bien.
—Todos fuera, necesito hablar con mi ahijado—les indico a todos, ello salieron y los habían dejados solos a ambos.
Su padrino camino hacia el, se sentó al lado de su camilla y lo miró serio.
—Ellos...se fueron, Draco.—lo había oído decir, con tristeza y arrepentimiento en su voz.
Lo había escuchado, juraba que lo había escuchado bien, pero aún así sintió que no escuchó nada a la vez. Escuchaba a su corazón latir frenético en su pecho, sus oídos zumbar aturdidos, y sus manos temblar y frenéticas mientras trataba de respirar de nuevo.
Sus padres se habían ido, era un niño pero era listo y para nada imbecil. Joder, era un Malfoy Black, no un niñito inculto que no sabía el significado de la palabras, en especial la palabra "Se fueron" o "Se han ido".
Sus padre estaban muertos, y ni siquiera recuerda cómo.
Estaba estático, mientras su padrino llamaba a los Medimagos para que lo ayudaran a estabilizarse. Sintió a muchas personas tomarlo del cuerpo, sostenido lo fuertemente u evitando que saliera corriendo de ahí, luego la voz de su padrino gritando preocupado y a muchos pares de ojos mirándolo preocupados y serios.
—Tenemos que estabilizarlo! Traigan el tranquilizante!—escuchó a alguien gritar, no le importo y siguió moviéndose frenéticamente para liberarse antes de sentir algo incrustarse en su piel.
Todo volvió a ser negro otra vez.
Quería despertar de esa pesadilla, no quería seguir ahí.
Quería a sus papás.
—Joven Malfoy Black—un señor anciano y arrugado entro a su habitación de hospital mientras su padrino venía detrás de él con el ceño fruncido—Usted, ahora como único heredero de las poderosas casas Malfoy y Black, sera coronado como el nuevo patrón de ambas casas. El nuevo señor Malfoy Black.
No entendía nada en ese entonces, solo que su padrino estaba preocupado y enojado y que ese señor le había dicho indirectamente que su infancia había terminado a la corta recién cumplida edad de trece años.
Que maravilloso cumpleaños, no es así?
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Señor Malfoy Black
FanfictionDraco Malfoy Black había perdido todo en su cumpleaños número trece. Sus padres habían fallecido misteriosamente dejándolo solo en el mundo mágico enfrentando ser el nuevo "Lord Malfoy Black" y encargado de ambas Casas Mágicas Black y Malfoy. Y eso...