Beautiful Boy

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Close your eyes
Have no fear
The monster's gone
He's on the run
And your daddy's here
Beautiful, beautiful, beautiful
Beautiful boy
Beautiful, beautiful, beautiful
Beautiful boy

— Beautiful Boy by: John Lennon
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La oficina del patriarca no era diminuta y mucho menos sencilla, era todo lo contrario.

Una sala elegante, con dos sillones y un sofá en la parte extrema de la habitación, justo enfrente del masivo escritorio negro transparente con dorado. Las ventanas eran largas y cristalinas, dando una vista perfecta al jardín principal (que está bastante dañado, ahora que lo ve bien). Por supuesto todo estaba en orden, implacable para tener años sin uso.

No se molesto en saber el por qué, no tenía tiempo.

Dejo su portafolio en el suelo, sentándose en uno de los sillones y quedándose con la mirada perdida en la oficina, jugando con el collar entre sus manos. Suspiro, jugo nervioso con su collar y dirigió su mirada hacia arriba, en donde un candelabro de cristales brillantes mágicos.

Movió nervioso su pie, cerrando los ojos y soltando una gran bocanada de aire. Su trato de relajar, pero al fin de unos minutos tratando de calmarse no lo logro, de levantó del sillón y se encaminó tenso hacia el escritorio.

Tomó su portafolio, lo abrió y sacó de el múltiples papeles legales. Se sentó y empezó a revisar los papeles, tomando su pluma negra con líneas delgadas verdosas y empezando a firmarlas.

Había estado solo unos días en San Mungo mientras se recuperaba y los trámites legales se completaban para ser el nuevo patriarca Malfoy Black. Tenía su firma autorizada y prácticamente era un Lord más de la sociedad (sin contar que tenía uno de los estatus más altos a su corta edad y era el patriarca de dos familias poderosas) que podía hacer lo que le plazca.

Escuchó la puerta ser tocada ligeramente, sacándolo de sus pensamientos y haciéndolo levantar ligeramente su vista de los múltiples papeles.

—Adelante.

—Amo Malfoy Black, tiene visitas—un elfo doméstico se asomó por la puerta, nervioso y temblando.

—Quien?—lo miró sin emoción, mientras dejaba sus papeles de lado.

—El señor Severus Snape—respondió temblando, Draco levantó la mirada esta vez curioso.

—Mi padrino? Que hace el aquí?—se preguntó más para el que para el elfo, quien seguía tembloroso.

—No dijo, amo—respondió, nervioso—Solo dijo que necesitaba hablar con usted.

—Ya veo...—se levantó, estirándose un poco—Hazlo pasar y acomódalo en la sala principal. Iré en unos momentos, no se te olvide ofrecerle Té o Café.

—Si, amo Malfoy Black.

El elfo desapareció en un "pop" dejándolo solo, suspiro y se acomodó un poco el pelo que sin notarlo antes se había revuelto un poco. Se encaminó hacia la puerta y se dirigió directo a la sala principal.

Cuando estuvo ya en la escaleras noto como su padrino estaba sentado tranquilamente en la sala, tomando el té y viendo concentrado el árbol familiar Black.

—Regulus Black—du padrino empezó, mientras Draco bajaba de las escaleras y se acercaba a él—Un hombre misterioso.

—Y misterioso.—agregó serio, mientras se ponía delante de él con los brazos cruzados y mirada sin emociones—Que hace aquí, padrino?

—Te visito.

—No lo necesito.

—Si lo haces.

Ambos se miraron retadores, Draco era necio y orgulloso, Severus por otro lado sabía demasiadas cosas de su ahijado y como se sentía.

Lo conocía más que el mismo.

—No necesito que esté aquí, Profesor Snape—le dijo, mientras Snape cerraba los ojos fastidiado—Estoy bien por mi cuenta.

—No lo estás—le dijo, dejando su taza de té de lado y levantándose de su asiento.

Draco no retrocedió, jamás lo hacía.

—Lo estoy.

—Eres mi ahijado, Draco.—el dijo tranquilo—Te conozco prácticamente desde que naciste, se cuando necesitas ayuda pero eres demasiado obstinado y orgulloso para admitirlo.

—Yo no-!—Snape lo interrumpió alzando la mano dándole a entender que el estaba hablando.

—No vengo siendo tu maestro, vengo siendo un familiar tuyo—le dijo suspirando—Eres mi ahijado, alguien importante para mi quieras o no.

Se quedaron en silencio, Draco se giró y se dirigió a las escaleras otra vez. Lo vio por el rabillo del ojo, su padrino no se movía y lo miraba expectante.

—Tal vez necesite que alguien me ayude con el papeleo. Hay algunas cosas que no entiendo por ser demasiado joven, algo tal vez de tus épocas—giró su cabeza, sintiendo sus mejillas arder.

—Con todo gusto.

Su padrino se dirigió a su lado, mientras el retomaba el camino hacia la oficina del patriarca. Ambos al llegar empezaron a trabajar en el papeleo, su padrino encargándose sobre cosas antiguas antes de su nacimiento mientras el se encargaba de lo más reciente.

Todo fue en silencio, pero uno cómodo.

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⏰ Última actualización: Jun 20 ⏰

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Señor Malfoy BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora