Devil Town

676 117 7
                                    

Devil Town is colder in the summertime
I'll lose my mind at least another thousand times
Hold my hand tight, we'll make it another night
I still get a little scared of something new
But I feel a little safer when I'm with you
Falling doesn't feel so bad when I know you've fallen this way too

— Devil Town by: Cabetown
➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹

Estaba afuera de su antigua mansión, con maletas a sus lados siendo sostenidas por elfos domésticos. Suspiro, sintió su mano temblar pero lo dejó a lado, había cosas más importantes de que ocúpese.

—Amo, entramos?—uno de los elfos domésticos se acercó a él tembloroso, lo miró sin emociones y el salto en su lugar asustado.

—Entren.—le dijo sin emoción, mirando la mansión delante de él—Y acomoden todas las maletas y su contenido en sus respectivas áreas.

—Si, amo—todos desaparecieron en un "pop" dejándolo solo.

Suspiro, su mano aún temblaba y sentía sus ojos humedecerse, pero no dejó que ninguna lágrima cayera o siquiera se asomara. Agacho la cabeza mirando directamente lo que colgaba de su cuello: el collar familiar y su último regalo de sus padres.

Este es el collar familiar de la familia Black, una reliquia antigua y valiosa entre el mundo mágico—recuerda a su madre decirle con una sonrisa mientras le ponía entre su cuello el collar.

El sonrió, su padre estaba detrás de su madre con una diminuta sonrisa en labios. Vio curioso y emocionado el collar, era un cuervo negro de obsidiana (reconoció gracias a su múltiple conocimiento de piedras preciosas) con ojos de diamantes preciosos brillantes.

Era simplemente hermoso.

—Es hermoso, mamá, gracias—le sonrió emocionado, mientras ella reía y abrazaba a su padre.

—Este collar se le da a los herederos de las casas al cumplir los trece, para que todos reconozcan su estatus y autoridad—ella le dijo mientras aún sonreía tranquila, su padre asintió de acuerdo.

—Si, así que cuídalo, Dragón—su padre le dijo, mientras hacía un ademán con las manos y un elfo doméstico aparecía—Ya están las maletas listas?

—Si, amo Lucius—le respondió tembloroso, su padre asintió.

—Bien, llévalas al carruaje.

El elfo desapareció, y el junto con su madre empezaron a hablar más sobre la casa Black. Su padre se acercó a él y se inco a su altura, ganándose una mirada curiosa de su parte y una enamorada de su madre.

—Mi regalo te lo daré cuando regresemos del viaje—le dijo con una sonrisa tranquila—Solo espera, será increíble.

—Lastima, yo quería abrirlo ya—el hizo un puchero, escuchó a su padre reír ligeramente.

—Lo sabrás, tranquilo.—le acarició el pelo—Solo tienes que ser paciente, la paciencia es lo una de las cosas más importantes en esta vida.

—Pero es aburrido esperar!

Sus padres rieron mientras el seguía haciendo pucheros, sentándose en el gran sofá y ellos a su lado acariciandole el pelo.

Los extrañosusurro al aire, apretando el collar entre sus manos y cerramos los ojos fuertemente para no dejar que ninguna lágrima cayera.

Retuvo el aliento unos segundos, para luego soltarlo y mirar sin emociones la mansión. Dio un paso hacia delante, sus manos aún temblaban pero aún así no soltaba el collar. Miró la reja, luego dio otro paso y sintió como si algo lo hubiese atravesado.

Cierto, la barrera del santuario de la familia Black, pensó mientras un escalofrío recogía todo su cuerpo.

Las barreras del santuario permiten que cualquier miembro de la familia Black tenga acceso a la casa del patriarca, sin importar qué tipo de hechizo la esté protegiendo. Es una poderosa pieza de magia, nadie en el mundo mágico a podido replicarlas.

Nadie a podido deshacerlas.

Solo la familia Black o alguien con sangre Black podía entrar, claro sin ser comido o torturado por la bestia gigante que resguarda la mansión.

Dio un suspiro, de encaminó directo a la parte delantera de la mansión en donde una elegante y pálida puerta lo espesaba, la abrió con cuidado y se encaminó hacia adentro.

La mansión era enorme, por afuera y adentro. Estaba repleta de trofeos, rollos mágicos, artefactos mágicos, retratos y de más cosas preciosas y valiosas.

Como cualquier mansión de un sangre pura.

—El árbol genealógico Black...—se giró sobre sus talones, encaminándose hacia la sala principal.

Era elegante, repleta de colores opacos y oscuros (mayormente negro, como toda la mansión) que la hacían ser familiar. Como todo aquí, tenía artefactos mágicos y costosos como simple decoración, con trofeos por todas partes.

Pero lo que más destacaba para el era el enorme retrato de un árbol en medio de la sala, colgando arriba de la chimenea apagada. El árbol era dorado con negro para su tranco y alrededores, las hojas era doradas brillantes. En cada hoja había un nombre, junto con un leve retrato de la persona.

La familia Black era antigua y extensa, poderosa dirán muchos y no que equivocarían.

Los Black son de temer, siempre lo han sido.

No era de esperarse que algunos (muy pocos en realidad) estaban tachados o borrados, miembros de la familia que no siguieron las tradiciones.

—Narcissa Black...—vio con dolor escondido el nombre de su madre, junto con un retrato leve de ella de joven.

Quiso llorar, pero se contuvo. No podía, ahora era un Lord y el patriarca de dos casas muy importantes.

El ya no era un niño que lloriqueaba por sus padres, ellos estaban muertos y no podía hacer nada más que lamentarse en silencio y ocultando todo.

Eso era a lo que debía acostumbrarse.

Desvió la mirada un poco más, para notar como al lado de un ombré tachado había otro muy conocido para el.

—Regulus Black—leyó curioso.

Sabe sobre Regulus Black, sus padres (en especial su madre) y su padrino siempre le contaban sobre el y que tan maravilloso era.

Como murió siendo un héroe que desafió a Voldemort y era un espía infiltrado entre sus tropas para ayudar a Dumbledore a derrotarlo.

Su historia siempre le intrigó. Regulus Black era un hombre muy curioso y misterioso. Le llamaba mucho la atención, claro también lo veía como un héroe y ejemplo a seguir.

Un hombre interesante.

—Y un cuento pasado—susurró, girándose y llendo se directo al piso de arriba con una cara seria.

Señor Malfoy BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora