Pov Haewon
La noticia se celebró por todo el reino y se vivieron días de fiesta en cada rincón.
Yo solo esperaba que fuera un varón para poder volver a mis cosas y que se me deje de enseñar a gobernar.
Por esta misma celebración mis estudios impuestos por mis padres se pausaron hasta que toda la celebración cesara.
La seguridad del castillo se reforzó y se celebró un banquete para todos los nobles y se repartieron provisiones extras para el pueblo.
La alegría era inmensa, pero nunca nos imaginamos que ese día sucedería la tragedia.
Al terminar de comer primero me puse de pie tras recibir el permiso de mis padres de abandonar la mesa.
Fui directamente a jugar con Roni que estaba en la habitación de al lado.
Esa acción fue la que me salvó la vida, pues unos momentos después varios caballeros y miembros de la nobleza empezaron un ataque sorpresa.
Todo inició con un acercamiento silencioso a espaldas de mi madre a la cual sujetaron y apuñalaron el vientre en repetidas ocasiones mientras que a mi padre una flecha en la cabeza acabó con su vida.
Una lucha inició en donde se reveló quien había planeado todo y disparado la flecha a la cabeza de mi padre.
Mi hermano en secreto había formado una rebelión contactándose con nobles que deseaban deshacerse de mis padres y armando un ejército de traidores a escondidas para apoderarse del reino.
El ruido me hizo acercarme a ver que pasab, solo para presenciar aquel brutal escenario.
No estuve ahí mucho tiempo, pues el tio Seyoung me agarró en brazos y salió corriendo conmigo hacia la ciudad.
En la ciudad también había iniciado un ataque y varios lugares estaban siendo incendiados, por lo que no podríamos salir tan fácilmente de la ciudad así que tuvimos que irnos escondiendo en casas de ciudadanos que no fueran traidores.
Si uno resultaba serlo el tio Seyoung le ponía fin y nos escondíamos en esa casa hasta que estuviéramos en peligro
El reino y sus cuatro ciudades ardieron por dos días en los que se me buscó en cada rincón del mismo.
Yo era la única amenaza para que mi hermano se quedara en el trono.
---Tio Seyoung, yo no quiero reinar, nunca quise. Quiźa si le digo a mi hermano que no tengo interés alguno por la corona no me hará daño--- Le dije el segundo día que estábamos ocultos.
---Haewon, tú no lo viste, pero yo sí: Tu hermano es capaz de matarte para que en un futuro alguien no planee usarte para quitarle el trono--- Dijo mirándome a los ojos y sujetándome de los hombros.
Poco a poco fueron matando a quienes se oponían a que mi hermano ocupara el trono y el resto era forzado a aceptarlo por miedo a perder sus vidas.
Mi mundo había dado un giro muy drástico en pocos días y la búsqueda no iba a parar hasta encontrarme, además de que solo quedaba una ciudad que no había sido invadida por la rebelión de mi hermano.
Debíamos infiltrarnos en el establo de la ciudad, tomar un caballo y huir lejos de ahí; en cualquier momento esa ciudad también caería.
Tampoco sabíamos si alguno de nuestros "aliados" o enemigos tenía algo que ver en esto apoyabdo a mi hermano o entregando soldados o espías.
Nuestra situación era delicada.
Cuando llegamos a la única ciudad que mi hermano no había logrado acceder aún pudimos tomarnos un respiro.
Fue cuestión de horas para conseguir el caballo, pero también para que la entrada y defensas de la ciudad cedieran dando entrada a mi hermano y sus hombres quienes empezaron a prender fuego la ciudad.
La calle principal empezó a llenarse de cadáveres y antes de salir de la ciudad un grito nos hizo voltear a mirar la calle principal en donde estaba el caballo blanco de mi padre.
Los soldados hacían los cánticos que hanía cuando el ejército y el rey volvían de la guerra.
Sobre el lomo del caballo estaba sentado el cuerpo de mi padre atado a una madera para que se mantuviera erguido, pero en el lugar en que debía de estar su cabeza estaba la cabeza amputada de Roni incrustada con un palo y sujetada por hilos.
Iba a gritar horrorizada, pero el tio Seyoung me tapó la boca para irnos de ahí hacia el bosque.
El tio armó un campamento sobre un árbol y me dejó ahí para luego bajar e irse.
Narrador Omnisciente
Seyoung regresó a verificar el estado del reino e intentar averiguar que iba a pasar ahora.
Pudo ver un gran número de cadáveres que eran apilados para ser prendidos en fuego.
Apartados estaban en una carreta los cuerpos de Mina, la reina y de su mejor amigo, el rey; ya sin la caveza de Roni y con su baeza al costado.
Como no habían soldados cerca logró llegar a la carreta para tomar los cuerpos y la cabeza de su amigo para luego huir de ahí y regresar donde la princesa.
Dejó los cuerpos cubiertos por matorrales y al dejar la cabeza notó que aún tenía los ojos abiertos, por lo que los cerró.
---Quizás en otra vida, amigo mio, podamos reencontrarnos y vivir mas pacíficamente---
Luego de eso sacó su hacha para empezar a talar un árbol pequeño y hacer una balsa improvisada.
No debía ser duradera ya que planeaba incendiarla al amanecer antes de seguir su camino en busca de un lugar seguro para la princesa.
Ella no tenía culpa de nada y merecía vivir alejada de todo ese conflicto.