Luzbelia -Lucifer fem- empezó a encariñarse demasiado con las creaciones de dios.
En especial con el macho, con el hombre que robo su corazón sin querer.
El primer hombre, Adán.
-Todavia recuerdo nuestra primera cita, ¿Sabes?.-hablo a solas a un patito de goma más grande que el resto.
Esta solo tenía una hojita en su parte baja y una fotografía de un hombre en el cuellito.
La mujer solo miro a su atrás, dónde se encontraba su ventana. Dónde solo podía ver cómo era el mismo caos de siempre.
-Yo era mucho mejor que esa mujer desabrida...-susurro mientras la iris de su ojo se reflejaba en el espejo.
-Te di todo de mi...-continuo empezando a acostarse en el suelo para dormir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luzbelia estaba muy nerviosa por las miradas que recibia por traer un ramo en sus manos.
Nunca había recibido esas miradas de duda histérica por saber algo.
Le era demasiado incómodo, si no fuero por qué se encontró con una pequeña niña.
-¡Luci!.-gritaba desde abajo para llamar su atención.
-¿Pero a quien tenemos aquí?, eres tú Emily.-sonrio mientras se acercaba a ella.
Ella solo daba saltitos para apuntar a el ramo y preguntar;-¿Y ese ramo?.-pregunto inocentemente.
Luzbelia sin pensarlo mucho contesto;-Fue el hu-..-fue interrumpida por Será quien se encontraba atrás de ella.
-¿Quién fue, mi niña?.-pregunto en seco.
Ahora con la presencia de Será todo se había venido para abajo.
-Fue un tal Hu.-contesto la pequeña Emily.
Luzbelia solo pudo emitir una pequeña sonrisa de nervios.
-¡No!, No fue nadie solo las recogí por ahí.-sonrio apenada.
-Pero me dijiste que te los ha-..-fue callada rápidamente por la mirada de súplica de luzbelia.
-¿Que decía Luzbelia?-pregunto Será a la pequeña.
-Bueno...-tartamudeo la pequeña.
-¿Si?.-.
-¡Voy por un helado!.-chillo la pequeña para empezar a correr.
-¡Espera Emily!.-grita para empezar a perseguirla, no sin antes claro decirle a Luzbelia.
-Mira cariño, cuando vuelva quiero saber quién te dio ese ramo de flores.-amenazo con su voz angelical, aunque difícil de notar. Luzbelia solo asintió avergonzada.
-¡Emily!,¡No corras!.-grito para empezar a correr.
Ahora Luzbelia se encontraba más asustada.
¿Que se supone que le diría a Será?, que abría entrado a el edén y se lo dio el humano.
Eso la metería en un lío tremendo, y justo ahora empezaba a pensar que su curiosidad la había llevado demasiado.
